STRIPTEASE CAPÍTULO 21: Nueva Relación

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STRIPTEASE
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CAPÍTULO 21
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NUEVA RELACIÓN
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Sonó el despertador perturbando el sueño de los dos jóvenes que dormían desnudos y abrazados en esa familiar cama. El pelinaranja gruñó estirando su brazo tanteando con la mano sin mirar hasta que dio con el molesto aparato. Lo desconectó y regresó a colocar su extremidad donde estaba antes. En la espalda de la chica que descansaba con la cabeza en su torso.

—Que sueño tengo —murmuró Ichigo sin abrir los ojos, deseando volver a dormirse.

Rukia se removió desperezándose.

—No vayas a primera hora. Quédate aquí y descansa —sugirió echándose en su lado y estirando los brazos, bostezando—. Yo sí que no puedo faltar al trabajo.

Ichigo entreabrió los ojos y giró la cabeza hacia ella, que se pasaba las manos por la cara y por el pelo. Los dos sabían porqué estaban tan cansados y porqué no podían casi ni levantarse.

—Tendrías que haberme contado todo un fin de semana, enana —dijo con voz dormida esbozando una pequeña sonrisa ladeada—. Así no me hubiera salido decirte eso ayer.

Rukia también sonrió de la misma manera y le habló girando su rostro hacia él.

—No —movió el dedo índice de lado a lado para remarcar esa negativa—. Tú tendrías que haberte guardado esas palabras para un fin de semana, descerebrado —se puso de lado apoyando su cabeza en la mano observando que él hacía lo mismo.

—Fuiste tú la que quiso repetir y repetir.

—¿Cómo no voy a querer repetir… —levantó su mano libre y la llevó hacia el cabello despeinado naranja que lo hacía ver más deseable— si me dices eso con la voz que se te pone cuando estás a punto de llegar al orgasmo?

Se sonrieron mutuamente recordando lo que había pasado esa misma noche, mientras se miraban a los ojos.

FLASHBACK

El pelinaranja notaba como si su corazón se le fuera a salir del cuerpo. Ya no había manera de mentirse a sí mismo ni de dudar de nada. Lo que sentía realmente estaba tan claro que arrastraba todo lo demás. Respiró profundo, perdiéndose en esos ojos brillantes que sólo lo miraban a él, antes de que las palabras salieran de sus labios para no volver a negarlas nunca más.

—Que estoy completamente enamorado de ti.

Rukia cerró los ojos y dejó salir el suspiro que había estado reteniendo sin darse cuenta, apoyando su frente en la de él. Se quedó en silencio notando su calor envolviéndola y escuchando esa frase pronunciada con su voz, una y otra vez, en su cabeza.

Estoy completamente enamorado de ti…

Completamente enamorado…

De ti…

—De mi… —susurró la morena percibiendo que Ichigo movía la cabeza para esconder el rostro en el hueco de su cuello. Le dio un suave beso en la piel, casi irreal, que sintió en su propio corazón—. ¿Desde cuándo?

—No lo sé —respondió Ichigo con el mismo tono de voz sintiéndose feliz por dentro de haberse dado cuenta por fin de lo que sentía por la mujer  que lo había vuelto loco en todos los sentidos—. Llevo algunos días dándole vueltas pero nunca llegaba a ninguna conclusión. Estaba confuso.

—¿Y que ha sido lo que te ha hecho dejar de estarlo? —preguntó Rukia pensando que ella se sentía de esa misma manera. Había estado pensando en él y en lo que sentía, y eso no hacía más que confundirla.

—Escuchar todo lo que te guardabas —dijo el pelinaranja saliendo de su escondite y mirándola a los ojos que abría para él. Se alegraba de que después de decirle que sentía eso por ella, no estuviera asustada ni esquiva. Esto le confirmaba que su relación había pasado por completo de aquella etapa en la que ella tenía miedo por sentir más—. Poder ver a la verdadera tú, Rukia, y sentir realmente que confías en mí. Antes me lo decías pero seguías guardándote cosas al igual que algunas emociones —levantó la mano y le apartó el flequillo con los dedos, sonriendo cuando regresaba al mismo lugar—. Ahora que has abierto tu corazón para que yo te conozca de verdad, no puedo seguir confuso. Me estaría mintiendo a mí mismo.

Rukia le escuchó en silencio experimentando una sensación entremezclada entre alegría y nerviosismo, y eso se notó en la sonrisa que se formó en sus labios.

—Yo… yo no sé que decir, Ichigo. Nunca… nadie me había dicho eso antes —tartamudeó observando como él agrandaba su sonrisa y le envolvía la cintura con más fuerza.

—Pues me alegro de ser el primero, enana.

Rukia le sujetó el rostro con las dos manos queriendo encontrar las respuestas a sus dudas y a su confusión.

—¿Qué es lo que sientes? ¿Qué se siente el estar enamorado? —le preguntó encima de sus labios—. Nunca lo he estado.

Ichigo mantuvo su mirada sin decir nada pensando que lo que sentía por ella no se parecía a lo que sintió por Senna. Quizá porqué, en aquél entonces, era más joven y no tenía experiencia con las mujeres. O sencillamente porqué, aunque dijeran que el primer amor no se olvidaba no siempre era el más intenso.

—Que te encanta todo lo de esa persona. Que no quieres pasar ni un solo momento sin verla —dijo el ojimiel volviendo a perderse en aquellos ojos—. Que no se va de tu pensamiento ni un solo segundo durante el día —eliminó la mínima distancia que separaba sus bocas y se dieron un beso antes de seguir hablando, ahora los dos con los ojos cerrados—. Que no quiero volver a verte llorar sino es de felicidad —dejó de hablar en general y se centró en ella. Apretó los dientes y arrugó la frente—. Que me duele saber por lo que has tenido que pasar y que aún estás pasando. Incluso me da rabia no habernos conocido antes y no haber podido estar a tu lado en esos momentos tan difíc….

La morena lo besó cortando sus palabras. No hacía falta que le dijera más cosas. Ella ya las sentía dentro. Ichigo no necesitaba decirle nada porqué sus acciones hablaban por él. Cuando le limpió el rostro mojado de las lágrimas con un pañuelo, el estar en silencio dejando que ella se desahogara, abrazándola y haciéndola sentir que no estaba sola, la tensión que notó en sus brazos y en su mandíbula cuando le habló del causante del accidente…

Ichigo no necesitaba decirle nada más porqué ya le había hecho sentir todo. Por eso, cuando le había dicho que estaba enamorado, ella no se asustó. Una parte de su ser había estado anhelando escuchar esas palabras viniendo de él y, a pesar de que ella seguía percibiendo una ligera confusión en su interior, sabía perfectamente que ese chico de diecisiete años se iba a encargar personalmente de hacerla desaparecer. No dudaba de ello.

Se besaron con pasión y deseo, experimentando la liberación de sus pensamientos y de la coraza que llevaba Rukia. Era como besarse por primera vez.

—No me imagino… —habló Rukia entre los besos— una mejor manera de acabar este día… que tú haciéndome el amor, Ichigo.

Éste se levantó de la silla con ella en brazos sin dejar de besarla. Sí, eso es lo que quería que supiera. Que a partir de este momento iba a seguir haciéndola suya pero yendo más allá. Siempre iría más allá con ella. La acompañaría y la llevaría a donde quisiera.

La estiró en la cama y él se quedó de pie empezando a quitarse la ropa, observando como la morena también se desnudaba. Iban contemplando cada porción de piel que el otro mostraba, deseando tocarla y aferrarse a ella. A Ichigo no le importaba que Rukia no le hubiera correspondido diciéndole que estaba enamorada de él. Sabía, por la forma en que lo miraba, que ella también sentía lo mismo o algo parecido. Recordaba las palabras de su padre aconsejándole que tuviera paciencia. Ahora que estaba de esta manera con ella, más unido que nunca a una mujer, no le importaría esperar una eternidad para escucharle decir eso.

Cuando estuvieron desnudos, Rukia alzó los brazos para acogerle. Necesitaba tenerlo muy cerca. Ichigo se colocó encima dejando caer parcialmente su peso escuchando como ella soltaba un jadeo placentero antes de adueñarse de nuevo de su boca.

Se besaban, se mordían los labios, enredaban sus lenguas y movían sus cuerpos en un rítmico vaivén, tocando todo lo que podían con sus manos como si fuera su propia piel, excitándose gradualmente, notando Rukia la erección de Ichigo en su vientre y la humedad de ella entre sus dedos.

La morena gimió abrazando su espalda, mientras la penetraba y empezaba a embestirla. Se miraban a los ojos sintiendo como el placer aumentaba por momentos. Un placer que iba más allá de lo físico. Ichigo le dejaba besos en el cuello manteniendo un ritmo lento, alterando por completo las terminaciones nerviosas y los latidos de Rukia.

—Ichigo… más rápido —le rogó subiendo las piernas y envolviendo su cadera.

—No, quiero hacértelo así —le susurró en el oído llevando sus manos a los femeninos glúteos para pegarla más hacia él y que lo sintiera más profundamente.

—¡Ahh! —gimió Rukia con los ojos cerrados y el rostro contraído, percibiendo como el clímax se acercaba de la misma forma que Ichigo entraba y salía de su interior. Lenta, muy lenta pero cada vez más y más cerca. Casi podía tocarla con los dedos—. ¡Por favor!

El pelinaranja apretaba la mandíbula respirando con dificultad ya que le era muy difícil mantener ese desesperante aunque excitante ritmo. Sin embargo, deseaba que la primera vez que hacían el amor fuera así para que pudieran ser conscientes de lo que sus cuerpos sentían y no simplemente dejarse llevar. Ya habría tiempo de hacerlo de otras maneras diferentes. En ese momento, solamente quería regocijarse en lo que su corazón experimentaba por la mujer que lo envolvía por completo.

Al notar que las paredes de su interior le comenzaban a asfixiar, haciéndole saber que pronto llegaría a su final al igual que él, acercó sus labios de nuevo al femenino oído y le dijo unas palabras justo cuando sintió que el orgasmo les iba a alcanzar.

—Te quiero, Rukia.

La morena que pensaba que nunca llegaría a alcanzar el clímax de tan lejos y a la vez tan cerca que lo sentía, al escuchar como Ichigo con su voz rota por el placer le decía que la quería, le atravesó el mayor éxtasis que había sentido nunca. Los dos gimieron fuerte al experimentar exactamente lo mismo, dejándose ir por completo. Rukia se aferraba a él con esas palabras aún viajando por todo su caliente cuerpo, sabiendo que, después de oírlas, no habría nada más erótico para ella que escucharle decir que la quería.

Ichigo salió de su interior y se estiró a su lado respirando agitado por la boca pensando que no podía sentirse mejor. Estaba claro de que esto era un nuevo comienzo para ellos. Como si empezaran desde cero y se dijeran mirándose a los ojos: ‘Ahora sí. Ahora ya no hay nada que nos distancie’.

Rukia se acercó a él y se subió encima aún sintiendo sus piernas débiles y su interior palpitar. Con el pensamiento de querer escucharlo de nuevo y de volver a necesitar sentirse amada para borrar de una vez por todas su dolor por el pasado, le dijo cinco palabras que los llevarían a estar despiertos hasta que alcanzaran el límite de sus fuerzas.

—Hazme el amor otra vez.

FIN FLASHBACK

—¿Decirte qué? —cuestionó Ichigo acercando su rostro al de ella sonriendo travieso—. ¿Qué te quiero?

Rukia se sonrojó levemente dándose cuenta de que, aunque no fuera lo mismo escuchárselo decir cuando sus niveles de excitación estaban por las nubes que ahí recién despiertos y atontados, seguía encantándole que se lo dijera. Cerró los ojos y entreabrió la boca para recibir sus labios. Se besaron tranquilos y sin prisas. Un dulce beso de buenos días.

—¿Ahora vas a decírmelo a cada momento? —preguntó Rukia observándole con su boca aún cerca de la suya.

Ichigo se rió.

—No soy tan empalagoso —respondió con tono de broma y alzó los hombros—. Solo te lo diré de vez en cuando para que no se te olvide.

—Oh —fingió un puchero y dibujó círculos con el dedo en su torso—. Y yo que pensaba que ahora tendría a mi lado a una fresita cursi.

—Pues ese no soy yo, enana —soltó una carcajada antes de agachar su rostro hacia el cuello de Rukia para mordisquearlo, haciéndola reír.

—Anda, déjame que me tengo que duchar —le apartó con esfuerzo ya que con gusto se quedaría todo el día disfrutando de él, sin nada más que hacer.  Se dieron un pico y se levantó de la cama.

Ichigo se estiró poniendo sus dos manos debajo de la cabeza observándola salir desnuda de la habitación. Sonrió levemente y dejó salir un suspiro. Estaba convencido que haberle dicho que la quería había sido lo mejor que había hecho después  de aceptar la invitación de Bleach que le entregó Mizuiro aquél día en el empezó todo.
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Kaien saludaba a los alumnos que pasaban para entrar en el instituto al estar apoyado en la entrada.  Como era el capitán del equipo durante muchos años conocía a bastante gente y era uno de los chicos más populares. Sonrió internamente pensando que esta época la recordaría con cariño cuando fuese mayor.

—¿Estás esperándome?

Se giró hacia donde provenía esa conocida voz, viendo a Miyako acercarse a él con el abrigo y su uniforme puesto. Como la conocían todos.

—La verdad es que estaba esperando a mi novia, pero como tarda en llegar me conformaré contigo —bromeó Kaien recibiendo un golpe en el hombro con la cartera de ella.

—Que estúpido eres —se rió—. Pobrecita lo que tiene que aguantar tu novia.

El joven dio un paso hacia ella pegándose a su cuerpo y pasando los brazos por encima de sus hombros.

—Recuérdame que le haga un monumento por soportarme —le dijo antes de besarla suavemente.

Miyako disfrutaba del beso pero al acordarse de donde estaban puso las manos en su pecho y le empujó para separarlo.

—Estamos en el inti, para —volvieron a juntar los labios—. Detente, Kaien.

Éste dejó de besarla y se quedó mirándola con los ojos enturbiados.

—Te necesito, Miyako. Ya te lo dije cuando salí de tu casa después de cenar.

—Y yo también a ti, pero ¿Dónde? Ahora mis padres casi siempre están ahí.

Kaien miró hacia arriba pensativo.

—Creo que los míos me dijeron algo de que iban a celebrar su aniversario el viernes o algo así —regresó sus ojos a los de ella—. Si se marchan, ¿vendrías a dormir a mi casa?

—Por supuesto —respondió convencida la joven haciendo sonreír a su pareja—. Tengo muchas ganas de que podamos estar juntos, después de lo que hemos pasado.

—Lo estaremos, ya lo verás —le sonrió para animarla y le agarró la mano para caminar juntos hacia el edificio acariciando con el pulgar la pulsera que le regaló.
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Byakuya iba firmando uno a uno todos los documentos que le iba entregando su secretaria. No habían hablado de lo que pasó por la noche ni del beso que compartieron. Los dos intentaban que la profesionalidad se mantuviera siempre visible.

—¿Éste es el último? —preguntó el abogado mientras firmaba.

—Sí, señor. Ya están.

Él le entregó el documento.

—¿Qué reuniones tengo para hoy?

—Solo dos —respondió Hagiwara mirando su tablet—. Una de nuevo con el de la constructora para acabar de ultimar los detalles del juicio y una comida con el director de la empresa téxtil más importante del país. Después de eso, ya no tendrá ningún asunto más que tratar en China, señor.

Byakuya asintió.

—Reserva entonces un vuelo a Tokio para mañana.

—¿A Tokio? ¿No íbamos a ir directamente a Corea del Sur?

—Debo regresar para tratar unos temas personales pendientes —se levantó del asiento y caminó por su despacho hacia la ventana—. Usted vaya a Corea y hable con los clientes para tener todo preparado a mi llegada. Si me demorase más dos días, tómeselos libres y pagados para hacer turismo por el país.

Hagiwara se abstuvo de decir que no quería hacer turismo sola y de preguntar si podía acompañarle.

—Sí, señor. Le reservaré el vuelo con su avión privado ahora mismo.

Kuchiki observó a través del cristal como la mujer se daba la vuelta y caminaba hacia la puerta del despacho. Por muy profesional que quería ser, no podía pasarle desapercibido el aroma embriagador de su perfume ni el recuerdo de sus labios en los suyos.

—Señorita Hagiwara —la llamó dándose la vuelta antes de que se marchara. La rubia se detuvo y se giró hacia él—. Deseo volver a disculparme por lo que ocurrió anoche. No debí besarla.

Ella respiró hondo sintiendo un nudo en el estómago. ¿Si no debió hacerlo porqué lo hizo? Tampoco se atrevió a preguntárselo.

—Ni yo corresponderle, señor. No se preocupe, está todo olvidado.

Hizo una reverencia y abrió la puerta. Byakuya volvió a mirar por la ventana escuchando el ruido que hizo al cerrarse y el silencio que quedó en la estancia después.
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Senna había regresado a su casa. El médico le había dado el alta con las indicaciones de limpiarse bien la herida y la de volver a la semana siguiente para que él la viera. Estaba sentada en su cama con el móvil entre sus manos observando que no tenía ninguna llamada ni ningún mensaje. Lo dejó en su mesita sintiéndose triste de que su amiga no le hubiera puesto nada. Aunque en el fondo la entendía después de cómo la había tratado los últimos días.

—¡Senna! —se escuchó la voz de su madre llamándola desde el piso de abajo—. ¡Baja un momento!

Está suspiró y se levantó para bajar no muy dispuesta. Ella solo quería tirarse en la cama y que pasaran las horas.

—¿Qué pasa, mam… —se calló al ver a la mujer que se había presentado como su psicóloga al lado de su madre—. ¿Qué hace ella aquí?

—Me alegra verte más recuperada, Senna —dijo Nanao con una sonrisa.

—Mamá, ¿no os había dicho que no necesitaba a una psicóloga?

—¿Y yo no te respondí que vendría de toda formas dijeras lo que dijeras? —pasó de su hija y miró a la mujer—. ¿Quiere que le traiga algo de beber?

—No, gracias. Estoy bien —respondió colocándose bien las gafas.

—Vale, pues os dejaré a solas. Cualquier cosa estaré en la cocina —le sonrió a su hija que rodó los ojos y se marchó.

Senna se sentó en el sofá dejándose caer desganada. Nanao se acercó y se sentó en un sillón marrón individual que había al lado de donde estaba sentada Senna. No podía gustarle más la posición de los muebles. Justo desde ahí podía observar las reacciones de su, ahora, paciente. Dejó su bolso en la mesa y sacó una pequeña grabadora de su interior.

—Voy a grabar cada sesión que hagamos para que puedas escucharlas siempre que quieras o necesites ¿de acuerdo?

Senna alzó los hombros y se cruzó de brazos.

—Me da igual. Yo no pienso hablar. Solo se te escuchará a ti.

—Bueno, pues me escucharás a mí, aunque espero que te animes a participar porqué no quiero que te olvides de que estoy aquí para ayudarte —dijo Nanao sentándose más cómodamente en el sillón, mirando hacia ella—. Y si no quieres que te ayude por lo menos te escucharé.

La joven apretó los labios en una fina línia y miró hacia otro lado pensando que ya tuvo a alguien que la escuchaba y había conseguido alejarla de ella. Menuda amiga estaba hecha.

—Sé que no quisiste suicidarte al tomarte esas pastillas —continuó Nanao al ver que ella no hablaría—. Lo hiciste para llamar la atención de un chico ¿verdad?

Senna bufó y negó con la cabeza.

—¿Qué más te ha contado mi madre?

—Que ese chico es tu ex novio —respondió sinceramente sin querer que ella se enfadara con su madre pero deseando tocar el tema principal— y que sigues enamorada de él.

La pelivioleta agachó la mirada y se quedó callada. Nanao la observaba en silencio mientras sacaba su pequeña libreta del bolso para apuntar lo que hablaban y poder acordarse en las siguientes sesiones. Senna no era su única paciente. Al ver que no iba a hablar, continuó.

—¿Cómo se llama ese chico?

La joven la miró de reojo.

—No te voy a contar nada, ya te lo he dicho. No necesito que nadie me escuche. Las cosas que tenga que decir ya se las diré a él cuando le vea.

—¿No lo has visto después del accidente? —observó que volvía a apretar los labios y miraba hacia otro lado—. Por tu reacción deduciré que no. Creo que si él aún sintiera algo por ti habría ido a verte preocupado por tu estado de sal…

—¿Que sabrás tú? —le soltó despectivo mirándola a los ojos—. Yo sé que él hubiera venido a verme.

—¿Y qué se lo ha impedido?

—No es que. Es quien y la respuesta es ella.

—¿Ella? —repitió Nanao gustándole que estuvieran manteniendo una conversación aunque pareciera más un interrogatorio. Por algo se empezaba—. ¿Te refieres a su novia actual o algo así?

—¿Su novia? —dijo sarcástica Senna soltando una carcajada—. Esa chica y él solo follan y ya está. No hay nada más entre ellos dos.

—Entonces, si sabes que no hay nada más entre ellos ¿Por qué dices que no ha ido a verte por ella?

—Porqué le comerá la cabeza o le hablará mal de mí, yo que sé —se sentó hacia adelante, apoyando los codos en sus rodillas—. La verdad es que no tengo ni idea de porqué esa chica le impide venir a verme. Conozco a Ichigo y sé que en su interior está preocupado por mí. Si no viene es por su culpa.

Nanao apuntó el nombre del chico. Ichigo. Sonrió internamente al darse cuenta de que significaba fresa. Escribió también las palabras ‘Otra chica’ y le hizo un círculo uniéndolo con el de Ichigo.

—¿Esa chica te conoce?

—Bueno… una vez coincidimos pero nada más —contestó Senna sin percatarse que llevaba rato hablando con la psicóloga—.  Aunque estoy segura de que Ichigo le ha hablado de mí.

—¿Por qué estás tan segura?

—Pues porqué… —se calló antes de contarle algo sobre las fotos que le puso en el buzón. Eso se lo quedaría para ella. Nadie más a parte de Nozomi y Kaien debían de saberlo— yo fui su primer amor. Eso queda marcado para siempre. Si llevan tanto tiempo viéndose, supongo que habrán hecho otras cosas a parte de estar enrollándose a cada momento y habrán hablado.

—¿De ti?

Senna alzó los hombros.

—De sus antiguas relaciones y ahí he tenido que salir yo. He sido su relación más importante.

—¿Crees que ellos dos solo mantienen una relación sexual? ¿No pueden estar enamorados?

La pelivioleta se rió.

—Por supuesto que no. Ichigo jamás se enamoraría de alguien como ella.

—¿Por qué no?

—Porqué es muy diferente a mí —respondió como si fuera obvio.

Nanao asintió repetidamente escribiendo la palabra “egocentrismo” debajo del nombre de Senna.

—¿Te ha dado señales de que sigue enamorado de ti?

—Cuando me desmayé, él fue uno de los que me llevaron al hospital. Si no le importara no lo hubiera hecho. Él estaba en mitad de un partido de baloncesto y lo dejó por mí.

—Cualquier amigo tuyo que estuviera ahí lo habría hecho, Senna —vio que ella sacudía la cabeza restándole importancia a su frase. Pensó en su siguiente pregunta antes de que se cerrara en banda—. ¿Esa chica estaba ahí?

La joven se quedó parada recordando lo que le había dicho su madre.

—Sí.

Nanao alzó las cejas sorprendida.

—¿Entonces? —cuestionó, pero al ver que Senna la miraba de reojo con la frente arrugada le hizo saber que no entendía la pregunta—. Si es cierto lo que dices, de que ella le prohíbe estar contigo, ¿no crees que Ichigo se hubiera quedado en el partido?

Senna frunció más el ceño.

—Se lo habrá prohibido después.

La psicóloga adelantó su cuerpo en el sillón mirándola a los ojos, intentando romper la burbuja que la envolvía.

—Pues muy buena tiene que ser esa chica en la cama para que Ichigo haga caso a una prohibición suya cuando, según tú, no son ni tienen nada especial —dijo con voz firme observando como ella regresaba la vista al suelo—. No tiene ni pies ni cabeza lo que dices, Senna. Solo tiene lógica en tu mente.

Ésta se quedó en silencio durante un rato hasta que se levantó de golpe y se marchó del salón sin decir nada, subiendo por las escaleras y dando un portazo al cerrar la puerta de su habitación.

La madre salió de la cocina al escuchar el golpe y se acercó a donde estaba la psicóloga recogiendo sus cosas y apagando una grabadora de encima de la mesa.

—¿Qué ha ocurrido?

—Que no ha sabido responderme ni continuar con la conversación después de decirle yo una cosa —respondió guardándose para ella lo que habían hablado. Eso era secreto profesional entre médico y paciente—. Pero no se preocupe, no hemos acabado mal. Es más me ha sorprendido para bien que hayamos hablado aunque solo sean quince minutos. Como me ha pagado por una hora, este tiempo que ha sobrado será para otra sesión, ¿de acuerdo?

—Vale, gracias.

Nanao se levantó y le entregó la grabadora.

—Entréguele esto a su hija por si quiere volver a escucharlo.
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—Sí, se ha quedado esta semana conmigo —dijo Rukia por móvil hablando con Nell mientras cruzaba el patio del instituto.

—¿Y todo va bien? Ya os imagino haciéndolo como conejos todas las noches y las mañanas.

Se rió escuchando la risa de ella al otro lado cuando llegó a la puerta del gimnasio donde estaba Ichigo entrenando.

—Ayer me dijo una cosa —saludó al pelinaranja con la mano cuando él se percató de que estaba allí. Enseguida tuvo que continuar con el ejercicio que les había mandado el entrenador.

—¿Qué te dijo?

Rukia sonrió al recordarlo.

—Que está enamorado de mi —se separó de inmediato al escuchar el grito emocionado que soltó su amiga.

¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? Cuéntame, cuéntame, cuéntame —volvió a reírse—. ¡¿Te ha dicho que te quiere?! ¡Ay madre mía que se me va a salir el corazón de mi enorme pecho!

La morena se rió por lo bajito.

—¿Por qué no quedamos mañana y te lo cuento? Además me gustaría presentarte a unas chicas que he conocido en el trabajo. Son muy simpáticas, te caerán bien.

—Mmmmm…. Vale, pero me cuentas todo con pelos y señales eh, no me importa quien esté delante.

—De acuerdo.

—¿A qué hora?
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—Es todo por hoy, chicos —dijo el entrenador dando unas palmadas para que se acercaran a él—. Recordad que esta semana y la siguiente son las últimas antes de empezar el campeonato de invierno.

—¿Ya sabe donde se harán los partidos? —preguntó Kaien respirando agitado con los brazos en jarras.

—Sí, nos lo han comunicado esta mañana. Se harán en Tokio.

Los chicos se miraron entre ellos asintiendo. Ya habían estado hablando de que lo más seguro es que se realizaran en la capital.

—¿Y los gastos de el viaje y la estancia? —cuestionó Ichigo—. Mira que yo estoy aquí por dinero, no me sobra precisamente.

—No os preocupéis por eso. La organización se encarga de pagar todo pero solo a vosotros. Si familiares o amigos quieren ver los partidos y estar con vosotros tendrán que ir por su cuenta —respondió el mayor alzando los hombros. No había otra solución—. Ahora venga, a la ducha y hasta mañana.

El equipo se dio la vuelta después de despedirse del entrenador y caminaron hacia el vestuario. Ichigo miró hacia la puerta donde estaba Rukia y vio que aún seguía hablando por móvil. Él sonrió al verla reír. Era muy gratificante tenerla cerca y saber que estaba feliz.

—¡Ya queda poquito para el campeonato! —exclamó uno de ellos abriendo el grifo y colocándose debajo de la ducha.

—Pero jode que no veas que sea en Tokio. Nadie de mi familia va a poder venir a verme —soltó otro haciendo lo mismo al igual que todos los demás.

—Digo lo mismo que tú —opinó Ichigo empezando a lavarse el pelo.

—Ya sabíamos que iba a ser allí, estaba clarísimo —dijo Kaien—. Campeonatos nacionales, pues en la capital.

—Oye, cambiando de tema —habló un compañero apagando el grifo y poniéndose la toalla alrededor de la cintura—. ¿Has vuelto con Miyako?

Éste sonrió.

—Pues sí, ya estamos bien.

Todos exclamaron contentos, saliendo de las duchas y dándole golpes en la espalda con compañerismo.

—¡Nos alegramos un montón por vosotros, capitán!

—Estaba claro de que ibais a volver —le dijo Ichigo esbozando una sonrisa.

Kaien se lo agradeció individualmente con un movimiento de cabeza antes de dirigirse al grupo.

—Muchas gracias, tíos —abrió su taquilla—. La verdad es que ya necesitaba estar con ella como antes.

—Ahora viene la mejor parte —habló uno con tono pícaro. Todos se rieron al entender enseguida a que se refería—. La reconciliación.

—Y no es solo una vez. Esa etapa suele durar bastante —dijo otro ya con el pantalón puesto—. Hacerme caso que yo ya he perdido la cuenta de las veces que lo hemos dejado y hemos vuelto mi novia y yo.

—Pues entonces disfrutaré de esta etapa —soltó Kaien bromeado y levantando un puño.

—Ahí, ahí, capitán. Ese es el espíritu.

El buen ambiente que había en el vestuario era inmejorable. A medida que iban vistiéndose, se despedían y se marchaban de allí con una sonrisa en el rostro, entre bromas y cachondeo.

Rukia los iba viendo salir cuando dejó de hablar con Renji. Después de Nell, le llamó a él y estuvieron un rato conversando de cómo estaban. Ella le contó que le había explicado todo a Ichigo y que éste le había dicho que la quería. Se alegró de que Renji, a parte de decirle que si se atrevía a hacerle daño le cortaría los huevos, se sintiera feliz por ella. Sin embargo, una frase que le había dicho él antes de que colgaran, la mantenía pensativa.

‘Deberías de decirle a Ichigo si tú también sientes lo mismo, cuanto antes. Si no sentirá que no correspondes los sentimientos que tiene ahora por ti. Los tíos también somos sensibles con estas cosas, pequeña’

La morena saludó con la mano a Kaien cuando éste salió por la puerta, cortando sus pensamientos.

—Ichigo o sale el primero o el último, no tiene un punto medio —dijo el joven pasando por su lado.

—Ya veo —se rió—. ¿Ya no hay nadie más?

—No, sólo queda él.

—Pues voy a ir a darle prisa.

—Bien pensado —se rieron y se despidieron con una sonrisa—. Hasta pronto, Rukia.

—Que vaya bien —dijo antes de girarse e ir hacia el vestuario. Mientras caminaba por el parqué observaba las gradas vacías recordando lo llenas que estaban, al igual que todo el gimnasio, el día del partido—. ¡Ichigo! ¡Sal ya! Te llevo esperando un buen rato.

Pasó por el pasillo con las sillas donde estuvieron ese mismo día hablando y entró donde estaban las taquillas y las duchas. Le vio sentarse en un banco para atarse los zapatos. Ichigo levantó la mirada hacia ella.

—Ya lo sé, perdona. Solo me queda esto y ya estoy.

La morena esbozó una pequeña sonrisa cruzándose de brazos pensando que incluso el estar simplemente ahí, esperando a que se atara los zapatos, la hacía feliz. La naturalidad del momento, la comodidad y la soltura que tenían con el otro. Su sola presencia la llenaba por completo y daba igual donde estuvieran, en la cama, en su piso, en la calle, en el hospital, en un autocar, en un vestuario aún con la humedad de las duchas… Había alguien con ella, a su lado y ese alguien era él.

Ya lo tenía decidido.

No había nada más que pensar.

Esta era su realidad.

—Ichigo.

—¿Sí? —dijo éste levantándose y guardando sus cosas en la taquilla y en su cartera. De pronto sintió como sus finos brazos le envolvían la cintura por detrás y como apoyaba la cabeza en su espalda.

—Me encanta todo de ti —se sinceró cerrando los ojos, notando su corazón latir fuerte en su pecho—. No quiero estar ni un solo momento sin verte y no te vas de mi pensamiento ni un segundo durante el día.

Ichigo apretó la mandíbula, respirando hondo. Recordó que esas palabras se las dijo él ayer cuando ella preguntó que se sentía estar enamorado. Se soltó enseguida de su agarre y se dio la vuelta encontrándosela con la cabeza agachada.

—Rukia —le sujetó las mejillas y le levantó el rostro viendo que tenía éstas algo sonrojadas—. Lo que quieras decirme, dímelo a la cara.

La morena se mojó los labios nerviosa, mirándolo a los ojos. ¿Cómo lo había hecho él? ¿Cómo le había sido tan fácil? Le envidiaría toda la vida por tener esa capacidad de hablar de sus sentimientos sin darle mil vueltas y sin pensárselo demasiado. Ella siempre iba varios pasos por detrás.

—Estoy enamorada de ti, Ichigo. No voy a seguir mintiéndome a mi misma ni a seguir estando confundida. No quiero que pienses que no te correspondo —dijo Rukia alzando sus brazos para envolverle el cuello, sintiendo como el pelinaranja llevaba las manos a su cintura y la levantaba sin dificultad. Se escuchó el golpe seco que hizo el bolso al caer pero ninguno le hizo caso. Ahora estaban frente a frente—. Te quiero.

Ichigo la besó con fuerza sin poder contenerse después de escucharla decirle lo que había estado dispuesto a esperar para escuchárselo decir. Estaba enamorada de él. De él. Kurosaki Ichigo. ¿Qué había hecho para merecerla?

Giró su cuerpo y la apoyó en las taquillas separando minimamente sus bocas y mirándose a los ojos.

—Dímelo otra vez —le susurró antes de besarla de nuevo sin dejar de mirarla.

—Te quiero —dijo hundiendo los dedos en su cabello mojado—. Estoy loca por ti, Ichigo.

Éste gruñó y la volvió a besar con ímpetu. Deseaba hacerle el amor ahí mismo y demostrarle con su cuerpo lo feliz que le hacía con esas palabras. Que lo más quería era amarla como nadie lo había hecho. Acariciar tanto su piel como su alma y dejar su huella para siempre.

Sus lenguas batallaban por una guerra en la que no había perdedores y sus manos deshacían la ropa que les impedía tocarse como necesitaban hacerlo. Rukia levantó el rostro hacia arriba con los ojos cerrados y la boca jadeando por el calor que sentía por dentro. Ahora si que era libre. Notando como los labios de Ichigo besaban su piel de los hombros descubierta por sus dedos, como lentamente notaba su cálida respiración por su escote mientras ella misma estiraba hacia abajo el sujetador dejando caer las tiras para liberar sus pechos. Deseaba que le hiciera el amor ahí mismo.

Clic.

Rukia gimió al empezar Ichigo a lamerle y mordisquearle el pezón derecho. Entreabrió los ojos y miró a su alrededor.

—¿Has… oído algo? —preguntó ella con dificultad—. ¿Puede venir alguien?

—Los de la limpieza vienen más tarde —respondió Ichigo cambiándose al otro pecho—. Céntrate en mí.

La morena volvió a gemir más fuerte al sentir la mano de Ichigo tocándole en la entrepierna por encima del pantalón.

Clic. Clic.

Los dos se detuvieron, respirando agitados, y miraron hacia la puerta del vestuario.

—¿Lo has oído, verdad? —cuestionó Rukia antes de que el pelinaranja la bajara. Empezó a colocarse bien la ropa.

—Sí —caminó hacia la puerta y miró a los dos lados del pasillo. Arrugó la frente al no ver nada ni a nadie—. Habrá sido cualquier cosa o este edificio que se cae a pedazos.

—Mejor nos vamos, ¿vale?

Ichigo la miró y asintió.
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—Así que ese hombre es un especialista —dijo Mabashi entrando en el despacho que tenía Shinrei en su mansión después de él y seguido de Udagawa.

—Pero ¿especialista de qué? —preguntó el último cerrando la puerta.

Kuchiki sonrió sentándose en su sillón y viendo como los otros hacían lo mismo en las de enfrente.

—En hacer fotos.

—¿Para que cojones quieres tú eso? ¿Quieres que te retraten? —soltó el rubio—. Ya tienes muchos retratos tuyos, narcisista.

—No son para mí, sino para ella —dijo Shinrei encendiendo el ordenador—. Me acaba de mandar un mensaje diciéndome que acaba de hacer unas fotografías.

Udagawa asintió con la cabeza al entender a que mujer se estaba refiriendo. A la que no paraba de dar vueltas en la cabeza de su amigo.

—No sabía que te gustaba tanto esa chica para querer fotos suyas caminando o haciendo la compra.

—¿Qué chica? —arrugó la frente Mabashi hasta que también se acordó—. Ahh, la stripper. Joder, llamarla así porqué sino no me entero.

Shinrei abrió su correo y vio que tenía un mensaje de ese hombre. Apretó con el ratón y al ver como se actualizaba la página con las fotos en la pantalla sintió una punzada en su entrepierna. Eran magníficas.

—Yo no quiero fotos suyas tan sosas, yo quiero éstas —les dijo antes de girar la pantalla para que también las vieran.

Mabashi abrió la boca encantado, acercándose con el sillón y apoyando sus brazos en la mesa. Udagawa también hizo lo mismo pero no precisamente por la misma persona que ellos dos.

—Es una belleza —susurró el rubio alargando su mano para tocar la pantalla con su dedo índice—. Mira que pechos tan redondos.

Shinrei le dio un manotazo para apartarlo sin dejar de sonreír.

—Son perfectos, al igual que sus piernas —las resiguió con la mirada—. Ahí estan tapadas pero tendríais que verlas sin ropa.

—A mí me gusta más la ancha espalda del chico —opinó Udagawa—. Y su color de pelo es naranja, que exótico. ¿No hay ninguna en la que se le vea la cara?

—No, las tres son así. Es de donde estaba la puerta o eso me ha dicho. También me ha comentando que enseguida salieron después de él —respondió Shinrei admirando las fotografías—. Que envidia me da este chaval.

—Se lo están pasando bien eh. La manita del naranjito es una traviesa —soltó Mabashi con una sonrisa pícara—. Si esto ha sido ahora mismo, ya me estoy imaginando lo que harán al llegar a su casa o a donde sea que fueran. Eso no habrá acabado ahí.

—Buff, lo que le haría yo a ese chico. Mira que culo tiene.

—¿Qué me decís de la cara de la chica? —quiso saber Shinrei—. Su cara de gozo.

—La próxima vez, tu especialista debería de grabar un vídeo —dijo Mabashi—. Así podríamos escuchar los gemidos que debe de solt…

La puerta del despacho se abrió y entró la señora Kuchiki, parándose al ver que su marido no estaba solo. Se dio cuenta que éste giró su ordenador enseguida hacia él pero no dijo nada.

—Que sorpresa que estén aquí —soltó sarcástica mirando a los dos hombres alternativamente.

—Señora, mucho gusto volver a verla —se levantó Mabashi y le hizo una reverencia.

La mujer le siguió mirando con la misma cara de antipatía. Que no le gustaba los amigos de su marido era algo mucho más que obvio. Por muy nobles que fueran, cuando se juntaban los tres solo eran un trío de enfermos.

—Nosotros ya nos íbamos —dijo Udagawa levantándose también del asiento pero sin saludar a la recién llegada—. Ya nos veremos, Shinrei.

—Adiós —se despidió éste de los dos y observó como su mujer se hizo a un lado y los dejó pasar mirando hacia otro lado. Cuando se marcharon, cerró la puerta—. Yoshino, tienes que ser más amable con mis amistades.

—Seré amable con ellos cuando tú lo seas con las míos —sugirió la mujer sabiendo que éste no conocía la palabra amabilidad si no había algo detrás que le interesara.

Shinrei guardó las imágenes y apagó el ordenador.

—¿A qué has venido?

—Me he enterado de algo que nos interesaba saber.

—¿De qué?

—Que Byakuya vuelve mañana a Japón.

El hombre abrió los ojos sorprendido.

—¿Cómo sabes eso?

Yoshino sonrió cruzando los brazos.

—Yo nunca revelo mis fuentes.
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Al día siguiente, el instituto volvió a llenarse de alumnos y profesores atendiendo las clases que tocaban los jueves. Había sonado el timbre para un pequeño receso y el silencio empezó a dejar paso al barullo y al murmullo de ruido por los pasillos. Nozomi caminaba en dirección al baño pensando, como llevaba haciendo todo el rato, en su amiga. Hoy iría a verla. Ya lo tenía claro.

Se detuvo en el vestíbulo al ver al padre de Senna hablar con el director. No le hacía falta escuchar la conversación para saber de que estarían hablando. Su hija seguiría faltando unos días más.

Suspiró y entró en el servicio de chicas. ¿Cómo estaría Senna? ¿Seguiría pensando en Ichigo? ¿Se sentirá mal de que no haya ido a verla? Se encerró en uno de los habitáculos y antes de levantarse la falda, unas voces que entraban en el baño hicieron que se parara.

—El otro día casi me lo dice pero alguien le cortó. Que ahora nos lo haya dicho a todo el grupo, aún no me lo creo —dijo una chica que ella reconoció. Era Tatsuki.

—No es muy propio de él, ¿verdad? —soltó la otra que por la voz y por la risa supo enseguida que era Inoue—. Pero me parece fantástico que haya querido contárnoslo. No habrá tenido que ser fácil para él decirnos que está enamorado de Kuchiki-san.

Se escuchó el agua de los grifos y Nozomi se llevó la mano a la boca para callar un jadeo de sorpresa preguntándose si esa tal Kuchiki sería Rukia, la stripper de la que le había hablado Senna. La que según ella solo mantenían una relación sexual.

—Ya, ya, le ha costado muchísimo. Estaba con el ceño aún más fruncido y mirando hacia otro lado —se rió la morena—. Pero se nota que le está yendo muy bien salir con una chica mayor. Rukia le está haciendo madurar.

Apagaron los grifos y la peliverde escuchó como se acercaban al habitáculo de al lado para coger papel con el que secarse. Asintió para ella misma al haber sido respondida su pregunta. Sí que era la stripper.

—Tenemos que quedar con ella Tatsuki-chan y unirla al grupo.

—Por supuesto —abrieron la puerta—. Además podríam…

Las voces se silenciaron cuando ellas se marcharon y la puerta se cerró a su paso. Nozomi apoyó su espalda en la pared pensando sobre que es lo que tenía que hacer.

¿Qué es lo mejor para ti, Senna? —se llevó las manos al pelo, tirándoselo hacia atrás—. ¿Qué te lo diga o que no?
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—Siguientes —avisó una coordinadora que llevaba una carpeta en la mano con los nombres de las personas que quería Kensei que salieran en cada fotografía.

Shiba iba colocando a la gente según sus rasgos, su color de pelo, la forma de sus ojos… deseaba hacer una composición donde la armonía fluyera. Que no hubiera nada que fuera extraño o que alguien pensara que eso no encajaba en el lugar donde estaba puesto. Quería hacer unas fotos perfectas que mezclaran la jovialidad y la naturalidad de una manera que no parecieran premeditadas ni estudiadas.

La coordinadora hizo pasar al siguiente grupo a la zona del estudio fotográfico donde había un panel blanco colgado desde el techo para hacer de fondo y una cámara delante. Kensei los observó entrar con una mano en su barbilla. Los miraba de arriba abajo pero ninguno se sentía cohibido con esa mirada ya que era siempre muy profesional.

El grupo eran tres chicos, Kiyone y Rukia. Iban los cinco de blanco, sin nada de maquillaje en la piel y ellas sin nada en los ojos ni en los labios. Bien peinados sin nada artificial y cara lavada. Había algunas chicas que no les hacía mucha gracia el ir así pero Rukia no había sido nunca de maquillarse mucho. Para ella, cuando estaba en Bleach, maquillarse era parte del trabajo. Luego en su día a día solo quería comodidad.

—A ver, desabróchate estos botones un poco —ordenó Kensei acercándose a uno de los chicos y señalándole la parte del cuello del jersey blanco. Fue hacia Kiyone y le retocó un poco el pelo—. Así mejor. Vale, atended. Voy a haceros unas cuantas fotos individuales y después en grupo. Quiero que me mostréis un lado sexy pero sin dejar de ser tierno, nada provocativo, nada de enseñar más piel de la que mostráis así vestidos. Ser naturales. Quiero que penséis en esa persona especial, en lo que os hace sentir. Quiero que transmitáis a la cámara que estáis enamorados y que la gente cuando os vea lo sepa al instante ¿de acuerdo?

Ellos asintieron y Rukia sonrió pensando que era totalmente lo contrario a lo que hacía cuando bailaba. Tenía que ser provocativa, nada tierna y enseñar cuanta más piel mejor. Sabía que de no ser por Ichigo hacer este tipo de fotos la harían sentir nerviosa por no saber que hacer ni que cara poner. ¿Cómo se sentía una persona enamorada? Eso se preguntaría. Sin embargo, ahora ya conocía ese sentimiento. Solo tenía que pensar en él y el mundo entero se daría cuenta de que estaba en las nubes.

—¿En quien piensas eh? —le susurró Kiyone aprovechando que era el turno de uno de los chicos—. ¿En ese chico del que nos hablaste el otro día?

Rukia la miró con la sonrisa tatuada en su rostro.

—¿En quien voy a pensar si no es en él? —se acercó un poco más para hablarle más bajito sintiéndose, desde hacía mucho tiempo que no lo hacía, como una chica normal—. ¿Te acuerdas que os conté ayer que me había dicho que me quería?

—Sí y que tú no le habías respondido nada.

La morena asintió.

—Pues ayer se lo dije —vio que Kiyone abrió los ojos y se tapó la boca con ganas de gritar. Miró hacia el estudio para saber que no molestaban—. Le dije que estaba enamorada de él y que lo quiero.

—Uyyy que bonito —susurró la más joven moviendo sus piernas y sus brazos de forma cómica pero sin hacer ruido—. Luego nos lo cuentas mejor que quiero oírlo todo.

—Vale —dijo Rukia antes de escuchar como Kensei la llamaba.

Se levantó y se acercó al estudio sonriendo al chico que había terminado. Éste le sonrió en respuesta.

—Me encantan esas mejillas sonrojadas, señorita Kuchiki —opinó Kensei viéndola colocarse en medio del panel blanco, encima de una marca en forma de cruz en el suelo—. Siga pensando en esa persona y no mires a la lente.

—De acuerdo.

—Relajate.

Rukia cerró los ojos y respiró hondo recordando cuando llegaron a su piso después del rato en el vestuario del gimnasio. Ladeó su cuello hacia un lado apartándose el cabello con las manos.

Ichigo le apartó el cabello suavemente y le acarició el cuello con sus labios. Rukia se estremecía al sentir como sus besos bajaban por la sensible piel de su columna.

Entreabrió los ojos, los dirigió a su izquierda sin mirar un punto fijo y sonrió mordiéndose el labio inferior.

 Las masculinas manos paseaban por sus piernas mientras ella se daba la vuelta para estirarse boca arriba en la cama. Tocaba con los pies su desnudo torso y sus abdominales marcados. Ichigo la agarró por debajo de los brazos y la alzó llevándola hacia él.

Rukia se rió bajito mirando hacia el frente pero sin conectarla con la cámara que no dejaba de disparar. Le encantaba la fuerza de Ichigo y sentir su delgado cuerpo entre sus brazos.

—Te quiero —se susurraron a la vez rozando los labios del otro con los suyos propios.

—Perfecto, señorita Kuchiki —dijo Kensei haciendo que Rukia saliera de su ensoñación—.Pondría una galería solo con fotografías suyas, de verdad. Me han fascinado todas.

—¿Enserio? —preguntó la morena sintiendo sus mejillas arder.

—Por supuesto. Va a ser realmente difícil quedarme sólo con algunas —le sonrió Shiba antes de dirigirse al grupo y llamar al siguiente.

Cuando terminaron de hacer las fotografías individuales y las grupales de todos los demás grupos, hicieron una pequeña pausa para tomar algo y descansar. Kiyone y Rukia salieron juntas y esperaron a Mashiro para ir a una cafetería.

—Ya estoy aquí, chicas —dijo la última en llegar al unirse—. ¿Qué tal vuestras fotos?

—Muy bien, además los chicos de nuestro grupo eran encantadores —respondió Kiyone emprendiendo la marcha.

—¿Y a ti Mashiro? —preguntó Rukia.

—¡Perfecto! Ya sabéis que me encanta que Kensei me haga fotografías —movió una ceja de arriba abajo haciendo reír a las otras dos.

Rukia recordó que el primer día que se conocieron ellas tres, Mashiro ya les contó que se había prendado de Shiba nada más verlo. Que le encantaba todo de él y que según palabras textuales suyas: no le importaría si él quisiera hacer una sesión privada en su cama.

—Acuérdate de que ahora es tu jefe —señaló Kiyone.

—Sí, sí, me acuerdo. No se me olvida. Por eso estoy deseando que acaben estas semanas para poder pedirle una cita. ¿Creéis que me la aceptará?

—Yo creo que sí —dijo Rukia con una sonrisa pícara—. He visto como te mira cuando piensa que nadie se va a dar cuenta. Te hace un tour visual.

—¡¿Qué dices?! —exclamó Mashiro dando saltos de alegría—. ¡Bien! ¡Tengo posibilidades!

Las tres se rieron mientras entraban a la misma cafetería donde habían ido los demás días. Un sitio acogedor y con precios razonables para un simple zumo de naranja o un café con leche.  Rukia miraba para todos lados para ver si Nell ya estaba ahí.

—¿Os importa si nos acompaña hoy una amiga mía?

—Claro que no —dijo Mashiro dándole con el codo.

—¿Le has dicho que estaríamos aquí? —preguntó Kiyone.

—Sí, pero supongo que aún no…

—¡Rukia! —gritó Nell escandalosa como siempre al entrar por la puerta. Corrió hacia ella y la abrazó ahogándola con sus pechos—. ¡Que feliz que estoy por ti! ¡Kyahh!

—No puedo… resp… —tartamudeó intentando apartarla con sus brazos.

Kiyone señaló hacia ella.

—Me parece que la estás ahogando.

Nell se paró y miró hacia abajo. Al darse cuenta, la apartó enseguida observándola toser y respirando hondo.

—Perdona, cariño.

—¡Madre mía, tienes unas tetas enormes! —exclamó Mashiro admirándola.

—Pues son naturales, eh —se acercó a ella con una sonrisa—. Mira, toca, toca.

Mashiro ni corta ni perezosa le agarró los pechos con las dos manos y apretó.

—Oh, que blanditas y esponjosas.

Rukia se recompuso ayudada por Kiyone cuando le dio de beber el zumo de piña que había pedido. Las dos se miraron entre ellas y no pudieron evitar reírse al verlas como las de pelo verde estaban en su salsa sin darse cuenta de la gente que las observaba. La morena pensó enseguida que había acertado en que estas dos se parecían demasiado.

Acabaron de hacer sus pedidos en la barra y se sentaron en una de las mesas vacías. Nell enseguida se dirigió a Rukia para pedirle que empezara a contarle todo desde el principio hasta el final sin olvidarse de nada. Las otras dos también se entusiasmaron con la idea aunque Kiyone ya supiera cual era la última noticia.

Rukia les contó lo que había pasado pero obviando algunas cosas como lo del hospital y lo de que casi lo hacían en el vestuario si no fuera por unos ruidos extraños que habían escuchado.

—¿Y que hizo cuando le dijiste que le querías? —preguntó Nell con brillo en los ojos.

—Me besó enseguida y me pidió que se lo repitiera —respondió Rukia con una sonrisa tonta en los labios escuchando un jadeo de las tres de lo encantadas que estaban por la historia—. Cuando se lo repetí, nos volvimos a besar.

—¡Ayy, que monos! Me alegro un montón por vosotros, nena —le agarró las manos y la miró a los ojos—. Te tengo que decir que desde el primer momento en que vi que te atraía ese chico quise que te hiciera feliz. No puedo estar más contenta de saber que lo está consiguiendo.

—Gracias Nell. Sí que me hace feliz.

—No conozco en persona a ese chico pero me ha enamorado hasta a mí —dijo Mashiro.

—Yo quiero uno como Ichigo —corroboró Kiyone.

—Pues si vierais como la besa, ya os moríais de envidia —soltó a Rukia para dirigirse a ellas.

—¿Cómo la besa? —cuestionaron las dos acercándose a Nell.

—Pues mira…

—Oye, que estoy aquí —recriminó Rukia pero ninguna la escuchó.

—Pasa un brazo por sus hombros así —hizo el movimiento con el suyo propio en el aire—. Porqué claro es un chico alto a diferencia de ella. Entonces con la mano la agarra por el hombro y la sube un poco para arriba con posesividad. Luego…

Rukia desconectó negando con la cabeza mientras Nell contaba como la besaba Ichigo. Sonrió al pensar que su amiga solo describía el beso que se daban cuando se encontraban. Si le gustaba ese, se moriría de envidia como decía ella, si pudiera ver como la besaba cuando estaba excitado o cuando estaban debajo del agua de la ducha. Esos besos no los vería nadie ni siquiera ella. No obstante, sería la única que los disfrutaría.

Escuchó su móvil sonar al llegarle un mensaje. Abrió el bolso y lo sacó. Apretó los labios al ver que era un mensaje de Byakuya.

“Acabo de llegar a Tokio. Por la tarde ya estaré en Karakura. ¿Dónde y a qué hora nos vemos?”

Rukia miró a sus amigas y vio que seguían hablando entre ellas, ahora de otro tema que no supo bien cual era. Regresó su mirada violeta al móvil sintiéndose nerviosa. Había llegado el momento de hablar sobre quedarse en la familia o no. ¿Dónde debía quedar con su hermano para hablar de eso? Pensó en su piso pero lo descartó enseguida. No quería que Byakuya fisgoneara en sus cosas. Ya tuvo bastante con Shinrei.

Supo que lo mejor sería ir a un lugar público donde hubiera más gente. Como él era un noble con modales sabría que nunca tocaría algún tema que lo alterara para ponerse en evidencia. Así se aseguraba que no hablaría de su hermana.

Con ese pensamiento le escribió un mensaje de respuesta.

“Quedamos para cenar a las nueve en el restaurante italiano que hay en el Boulevard. Tú invitas”

Enseguida le llegó otro mensaje.

“De acuerdo. Allí estaré”

Rukia agradeció que no pusiera pegas a su decisión aunque no le hubiera contado un pequeño detalle. Ella no quería estar sola en ese momento. Buscó la conversación que tenía abierta con Ichigo y le escribió.

“Siento molestar, estarás en clase. Tienes un traje elegante en tu casa?”
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Ichigo sintió como le vibró el móvil en el bolsillo del pantalón. Miró hacia los lados y al profesor para ver si alguien se había dado cuenta pero todos estaban atentos a la clase de literatura. Sacó el aparato y lo puso delante, en la mesa, tapándose con la persona que tenía delante.

Arrugó la frente al leer el mensaje que le había puesto Rukia.

“Un traje? Para que?”

“Byakuya ha vuelto a Japón y quiere hablar conmigo sobre lo del apellido, te acuerdas?”

Suspiró y se llevó una mano a la nuca. Claro que recordaba cuando había llegado al piso de Rukia con la maleta para quedarse esa semana con ella y la había encontrado con los ojos rojos de llorar.

“Sí que me acuerdo”

“He quedado con él en un restaurante para cenar y me gustaría que me acompañaras.  No le he dicho nada a él sobre eso pero me da igual. Quiero ir contigo”

Ichigo sonrió por dentro alegrándose de poder conocer a esta nueva Rukia.

“Si tú quieres que vaya contigo, iré. No voy a dejarte sola”

Miró hacia el frente cuando el profesor empezó a apuntar los ejercicios que tenían que hacer para el siguiente día y se dispuso a copiarlos en su libreta. Los ojos se dirigieron a la pantalla cuando vio otro mensaje.

“Te quiero, fresita”

La sonrisa en su interior se hizo más grande.

“Quien es la cursi ahora enana?”

“Todo por tu culpa, imbécil. Ya no te lo voy a decir más”

Se llevó una mano a la boca sabiendo que de haber estado en la calle hubiera soltado una carcajada. Definitivamente, le encantaba esta nueva Rukia.
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Cuando acabaron las clases, Nozomi fue directamente a casa de Senna. Conocía ese camino como la palma de su mano. Recordaba cuando lo hacían juntas de pequeñas para jugar a un nuevo juego que le habría comprado su padre. A pesar de unas cuantas cosas que habían cambiado en el barrio, el recorrido seguía siendo el mismo.

Al llegar apretó el timbre algo nerviosa y se sorprendió de que fuera su amiga quien la abriera y no su madre como siempre.

—Hola Nozomi —la saludó Senna contenta de verla y la dejó pasar.

—Hola, ¿cómo estas? —entró eliminando su nerviosismo al observar que le sonreía. Le señaló la frente donde tenía la herida visible—. ¿Te duele mucho?

—Un poco, pero es más molestia que otra cosa —se dirigió al salón junto a ella—. Mi madre no está, ha salido un momento, así que podemos charlar aquí tranquilamente.

—Vale —dijo Nozomi quitándose el abrigo y sentándose las dos en el sofá—. Cuando me contaron que había pasado en el partido, no me lo creí.

—Ya, te entiendo. Supongo que todo el mundo se habrá enterado.

—Sí, no creo que haya alguien que no lo sepa. Sin embargo, solo sabemos que te desmayaste. Ya está —la miró a los ojos poniéndose de lado hacia ella—. ¿Contínuaste sin comer?

Senna se puso igual que ella.

—Sí que comía —le respondió—. Quiero que sepas que en ningún momento lo hice para suicidarme ni nada de eso. Solo quería llamar su atención y que se preocupara por mí.

Nozomi frunció el ceño.

—¿Qué hiciste, Senna?

—Me tomé bastantes pastillas de golpe de un medicamento que tenía mi padre en el baño. Ya no recuerdo ni de que eran.

La peliverde se quedó en shock mirándola con los ojos abiertos. Cuando pudo moverse, se levantó del sofá y caminó por el salón hasta llegar a la mesa donde se apoyó, dándole la espalda a su amiga.

—¿Y dices que no querías suicidarte? —susurró.

Senna se levantó y fue hacia ella quedándose unos pasos más atrás.

—No, solo era para que Ichigo se preocu…

Nozomi se dio la vuelta enseguida, cortándola.

—¡Casi te matas, joder! —gritó enfadada con emoción contenida en los ojos—. ¡¿Y me estás diciendo que has hecho eso para que Ichigo se preocupe por ti?! ¡¿Es que eres gilipollas?! —observó que su amiga agachaba la cabeza sin decir nada—. Yo sintiéndome mal por no haber ido a verte al hospital y ¡¿tú haces esa puta locura?!

La pelivioleta asintió repetidamente y habló en voz baja sin levantar la cabeza pensando que se merecía todos esos gritos. Era la primera vez que la veía así.

—Lo sé. Ahora lo sé. No debería haber hecho eso. Ni siquiera lo pensé detenidamente. Me vino como un flash a la cabeza y lo hice sin pensar en las consecuencias. Solo pensaba en… —se calló y volvió al sofá tapándose los ojos con las manos— en él.

Nozomi respiró hondo intentando tranquilizarse. Jamás hubiera pensado que su amiga iba a llegar a esos extremos por esa obsesión que la torturaba. Esto tenía que acabar, y más cuando ella sabía una información de él que le había llegado por casualidad. Estuvo debatiéndose durante las clases sobre que hacer, si decirselo o no, y no había conseguido ninguna conclusión. Ahora ya lo sabía. Tenía que hacerselo saber.

—Senna…

—Mi padre hoy ha ido a hablar con el director para decirle que en unos pocos días volveré a clase.

Nozomi arrugó la frente percatándose que se había equivocado al imaginar la conversación que estaban teniendo los dos hombres.

—¿Estás segura?

Senna alzó los hombros.

—Si quiero sacarme el curso tengo que ir a clase. No quiero seguir perdiendo más. Voy a ir súper atrasada.

—Lo importante es que tú te pongas bien.

—Estoy bien, solo algún mareo de vez en cuando pero nada más.

—No me refiero a eso, Senna.

Ésta la miró.

—¿Te refieres a que veré a Ichigo? —le preguntó y vio como su amiga asentía levemente—. Por lo menos, podré estar a su lado.

La peliverde se acercó y volvió a sentarse donde estaba antes. Se dio cuenta de que encima de la mesa había una grabadora.

—¿Y eso? —la señaló con el dedo—. ¿Te estás grabando o algo?

—Es de mi psicóloga.

—¿Tienes psicóloga?

—Me la han puesto mis padres. Vino ayer a hacerme una visita y supongo que volverá mañana —la agarró y la movió entre sus manos—. Estaba escuchando la conversación que hemos tenido hoy.

Nozomi se sintió un poco más contenta. Sus padres habían hecho muy bien.

—Es estupendo, Senna.

—Quiero pedirte perdón —giró la cabeza hacia ella—. Estas últimas semanas me he pasado contigo y no me había dado cuenta. Es lo típico ¿no? Darte cuenta de las cosas cuando ya no las tienes. Soy una maestra en eso. Lo siento.

La peliverde la miró a los ojos y vio verdadero arrepentimiento en ellos. Asintió como diciéndole que no pasaba nada y que estaba olvidado.

—Espero de corazón que hablar con la psicóloga te ayude a quitarte a Ichigo de la cabeza.

Senna se tiró hacia atrás apoyando su espalda en el respaldo esbozando una cara triste sin dejar de mirar a su amiga.

—¿Sigues pensando que me tengo que olvidar de él? —sintió como sus ojos se humedecían—. ¿Soy la única que ve algo de esperanza en que volveremos a estar juntos?

Nozomi apretó los dientes doliéndole verla así.

—Sí —le susurró intentando armarse de valor para decir las palabras que su amiga debía de saber para que saliera de donde se estaba metiendo ella sola. Rezó porqué se rompiera su burbuja de una vez por todas—. Esta mañana, en el baño del insti, he escuchado una conversación de Tatsuki e Inoue sin ellas saber que yo estaba ahí. Hablaron de algo que les había contado Ichigo.

Senna sentía su corazón y sus nervios a flor de piel. Notó como su amiga le agarró la mano y se la apretó.  Supo que lo que iba a escuchar no le iba a gustar.

—¿El qué?

La peliverde la miró a los ojos deseando que los abriera a la realidad para siempre.

—Que está enamorado de Rukia y ella le corresponde.
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Ichigo picó en el portal del piso y esperó unos pocos segundos a que Rukia le abriera. Había ido a su casa a por el traje y ya lo llevaba puesto. Era uno muy sencillo para la época de invierno en la que estaban. Pantalones de pinza y americana de color negro y una camisa con los botones del cuello y el siguiente desbotonados de color vino. Cuando llegó a la puerta vio que estaba entreabierta para que él pasara.

—Ya estoy aquí —dijo al cerrar quitándose el abrigo, dejando la cartera y la bolsa donde su hermana le había doblado el uniforme para mañana.

Se escuchó la voz de Rukia desde el baño.

—¿Ya te has vestido o te tienes que vestir?

—No, ya me lo he puesto allí mientras aguantaba al pesado de mi viejo —le respondió yendo a la cocina a por un vaso de agua oyendo la risa de la morena—. No te rías, enana. Que hasta me quería coser a la camisa una de esas corbatas o pajaritas tan horteras que tiene en su armario.

—No será para tanto. Piensa que no es muy normal que vayas a por un traje. ¿Qué le has dicho?

Ichigo se bebió el agua y lo dejó en el fregadero.

—Pues que iba a cenar contigo. No le he contado que estaríamos con alguien más.

Rukia salió del baño con un vestido violeta oscuro, largo y con escote halter.

—¿Me puedes ayudar a subirme la cremallera? —se acercó a él y le dio la espalda enseñándole que el vestido estaba abierto por detrás.

—Claro —fue hacia ella y subió la pequeña cremallera con cuidado de que no se pillara ni se rompiera. El vestido al tener ese escote anudado al cuello, dejaba casi mitad de espalda descubierta—. Estás preciosa.

La morena aprovechó que la ayudaba para ponerse unos finos pendientes.

—Gracias. Es el único que tenía aquí. Me lo compré cuando fuimos una vez a cenar todos los trabajadores de Bleach —cuando notó que acabó se dio la vuelta y le observó de arriba a abajo—. Tú sí que estás guapo. Te sienta muy bien el traje.

Ichigo sonrió y se agachó para darle un beso. Rukia le devolvió otro antes de caminar hacia el sofá para ponerse los tacones.

—¿Estás nerviosa?

—Un poco —contestó sincera metiendo el pie en uno—. Pero lo tengo claro. Quiero salir de esa familia. Al fin y al cabo ya no somos nada aunque antes nos uniera una persona —se colocó el otro—. Ahora es todo diferente y yo quiero mirar hacia delante.

—Saldrá todo bien, ya lo verás.

Rukia suspiró levantándose del sofá un poco más alta que antes.

—Aún no hemos salido de aquí y ya estoy deseando regresar —susurró mirando la hora del reloj. Las 8:35 p.m.

—Cuanto antes nos vayamos antes acabaremos —dijo Ichigo con voz firme para intentar darle seguridad. Vio que ella asintió y se fue a la habitación a por su abrigo y su bolso. Él se puso el suyo de nuevo, apagaron todas las luces y cerraron la puerta. Le extendió el brazo doblado para que entrelazara el suyo—. Vamos vestidos elegantes, así es como tenemos que ir.

La joven le sonrió y pasó su brazo por el medio sujetándose a él. Bajaron las escaleras y salieron a la calle. El restaurante estaba cerca y sabían que no iban a tardar en llegar así que disfrutaron del paseo. Muchas veces habían caminado juntos y también agarrados. No obstante, era la segunda vez, después del de la salida del gimnasio hasta su piso, que lo hacían sabiendo que se querían. Era una sensación muy reconfortante que se lo hacían saber al otro mirándose a los ojos y sonriéndose de vez en cuando durante el trayecto.

Cuando llegaron al restaurante, el servicio de guardarropa les pidió los abrigos después de que diera el nombre de su hermano para avisar que ellos eran sus acompañantes. El camarero enseguida los guió hacia donde estaba ya el hombre.

Éste al verla se levantó sorprendiéndose de que no viniera sola.

—Hola Byakuya —saludó Rukia—. ¿Cómo ha ido el viaje?

—Muy bien, gracias por preguntar —miró con el rostro serio al joven—. Pensé que estaríamos los dos solos.

—Pues has pensado mal —dijo Ichigo.

—Le he pedido que me acompañe para que esté conmigo.

—Vamos a hablar de temas personales, Rukia.

El pelinaranja estuvo a punto de decirle algo a ese noble estirado cuando la mujer se adelantó.

—Ichigo es mi pareja —notó las miradas de los dos hombres en su persona, sorprendido uno y emocionado por escucharla el otro—. No quiero ocultarle ya nada más. Lo que tengamos que decirnos también lo oirá él.

Kuchiki observó de reojo a Ichigo que miraba a su hermana con una sonrisa en su rostro. Miró hacia otro lado cuando se dieron un comedido beso. ¿Cuándo había pasado Rukia de decir ’no te importa la relación que tenga con él’ a ’es mi pareja’? ¿Tanto tiempo había estado fuera o es que de verdad se querían?

—Bueno, pues sí a ti te da igual a mí más —hizo un movimiento con la mano para que tomaran asiento y él también se sentó—. Por eso has dicho que invitaba yo en el mensaje ¿no? Para que pagara lo de él.

—Exacto.

—No todos podemos permitirnos pagar un restaurante tan caro como éste —dijo Ichigo.

—Si este restaurante lo consideras caro es que no has ido a muchos de este tipo.

—Tienes razón, no he ido a ninguno.

El camarero llegó para apuntar lo que iban a comer. Los tres leyeron la carta durante un rato antes de pedir los platos.

—Muy bien, señores. ¿Qué desean para beber?

—Un Vin rosé del 78 y… —miró a Ichigo y le sonrió de lado levemente— una botella de agua para el joven. Es menor no puede beber alcohol.

Rukia rodó los ojos e Ichigo esbozó la misma sonrisa.

—Que bien me conoces eh, Byakuya —le soltó con ironía.

El camarero carraspeó.

—Pues si no quieren más los señores, de inmediato les traeré sus pedidos.

—No, espere —dijo Ichigo abriendo la carta y señalándole unos pequeños platos de degustación a cada cual más caro—. Póngame estos tres y estos dos de aquí. Los cinco que valen más. Gracias —vieron que el camarero hacía una reverencia y se marchaba. Regresó la vista al noble que ya no lo miraba con una sonrisa y eso hizo que él agrandara la suya—. Es que los jóvenes comemos mucho.

—Niñato insolente —le soltó lo que se guardó el otro día en la casa de Rukia.

—¿Podéis parar los dos? —cuestionó ésta mirándolos alternativamente hasta que se detuvo en su hermano—. Byakuya, tenemos asuntos importantes que tratar y quiero que lo hablemos ya antes de que me de algo por lo nerviosa que estoy.

El abogado la miró.

—El asunto es que tú no vas a dejar de ser una Kuchiki.

—Eso lo tendré que decidir yo ¿no crees?

—Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? ¿Una reunión familiar? —los tres se giraron hacia donde procedía la voz masculina. Ichigo frunció el ceño al no reconocer a la pareja que se acercaba a ellos pero Rukia se tensó en la silla de inmediato. Eran Shinrei y su mujer. Cuando se detuvieron enfrente de la mesa, el hombre miró fijamente a la morena y sonrió—. ¿Podemos unirnos?
.
.
.
CONTINUARÁ…

¡Rukia también le ha dicho que está enamorada de él! Yuuuuhuuuuuu!!! Y además que delante de su hermano ha soltado que es su pareja jajaja Zas en toda la boca! Con cariño eh Byakuya jijijiji
¿Qué os parece la nueva relación que tienen estos dos? A mí me fascina :D Ya tenía ganas de escribirlos así, tan tontitos ^^

¿Y lo de las fotos que tiene Shinrei? OMG! ¿Qué pensastéis que era lo del: Clic, Clic cuando lo estabais leyendo? Están enfermos esos tres! puagh!

Nozomi le ha dicho a Senna que Ichigo y Rukia están enamorados :O ¿Qué pasará? ¿Se dará cuenta por fin que ya lo ha perdido y que él no quiere estar con ella? 

¿Cómo sabía la mujer de Shinrei que volvía Byakuya a Japón? ¿Quién es esa fuente? (Por cierto, para la mujer de Shinrei,me he inspirado en Yoshino de la saga de los Bount también :D)

¿Que ocurrirá en esta cena? ¿Dejará Rukia de ser una Kuchiki?

¡Todo esto y mucho más en el siguiente capítulo de Striptease!

¡ESPERO VUESTROS COMENTARIOS!  

¡OS QUIERO! ¡UN ABRAZO FUERTE!
<3

 






22 comentarios:

  1. Aiiiii muero de amor!!! Por fin los dos se quieren y se aman y de todo!!! ❤ que bonito...

    Respecto a Clic, 0ensaba que era de una cámara, pero que las fotos las hacia uno del instituto de Ichigo, no para el salidorro de Shinrei y sus salidorros compañeros. Les mataba, me dan mucho asco.

    Bueno bueno! Senna se entera de que Ichigo está enamorado y Rukia le corresponde... espero que la tía entre en razón, que llore, patalee y todo lo que quiera, pero que el tema del hospital quede lejos xD que no la vuelva a liar!

    Y la cena... ufff... hay tensión ahora!

    Que ganas de el próximo capítulo T-T que pena que sea dentro de dos semanas! Muero! Jaja

    Cómo siempre un trabajo genial! :P

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    1. Síiiii!!! ya se lo han dicho los dos que se quieren!! jijiji

      Hubiera estado bien que un alumno del instituto hiciera fotos para que rodaran por ahi y vieran que Ichigo ya está pillado xDD pero eran para Shinrei, puagh! Ya veremos que ocurrirá ahora en esta cenita.
      Y Senna, a ver que siente después de saber eso, seguirá pensando que es mentira o abrirá los ojos de verdad? ^^
      Me alegro de que te haya gustado <3 Iré poniendo cositas nuevas para que la espera no se haga tan larga ;)
      Besos!

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  2. Oh!!!!!! Siiiii por fin se confesaron mutuamente, kyaaaaaa ya era hora o por dios, ( grita como una loca ) o por dios, me desmayo de la emoción.
    Que bonito te quedó este capi espero el próximo con muchas ancia, me dejaste con mucha intriga que pasara O.O
    Esperó que esta noticia ahora si le abra los ojos a Senna, ya es tiempo de que avance y deje de vivir en el pasado, lo unico que hace es que todos le tengan lástima, y se aburran de ella en consecuencia se puede quedar sola.
    Con el tema del hijo de p@#$$, ni el nombre de lo dire de ahora en adelante será el golfo o el puto lo que mas le convenga ese ahora si que lo odio; no me quiero amargar el rato.
    Gracias por el capítulo esperó con muchas ganas el próximo
    Un abrazo :D

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    1. Síiiii ya son pareja!! :D A ver como se toma Senna la noticia de que están enamorados, se pensará que es mentira o podrá olvidarse de él? Y a Shinrei le pega muchísimo si le dices golfo o puto porqué es así, ahora que se han autoinvitado a esa cena, no sé que pasará.
      Ayyy estoy emocionada hasta yo jajajaja
      Un abrazo fuerte Angie! :D

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  3. Lo sabía!!! Les estaban tomando fotos!!! >:X mi sexto sentido me lo dijo XDDD añlskdjañlsdkjañsdlkasd SOOON TAAAN LIIINDOOOS!!!! <3 <3 añdmadsalkdaslkdjañd morí cuando Rukia le dijo que lo quería!! *//* ñalksjasmda y cuando le dijo a Nii-sama que era su pareja.....casi me da un no se que jajaja añsldkañldkad *///* MALDITO VIEJO RABOVERDE!!!!!! Ya es tiempo que se muera -3- lo único que hace es desperdiciar oxígeno :B jajajaja ok no XD maldita sea la esposa de Shinrei ¬¬ son tal para cual e.e estoy segura que fue la asistente de Nii-sama que le fue con el chisme!! ¬3¬ añskdjadsk es por eso que él no quiere nada con ella, solo e atracción *o eso espero XD* ok sha Me alegro que Senna alla recapacitado un poco con respecto a su relación con Nozomi y espero que entienda de una vez por todas que Ichigo no la quiere e.e quien la manda a ser tan zdorra .3. jajaja Nanano yo se que puedes ayudarla a que no sea tan p*****a!! òwó lo sostengo deberían de enviarla a un convento -w- Miyako y Kaien!!! >///< que bárbaros jajaja me alegro que ellos ya estén bien :3 alkñdjaldkmaklsd tú me quieres matar!! TTnTT dos semanas para saber que va a ser ese maldito viejo!! Dx añlksjdañskad si no me matas tú me mata mi dolor de dientes jajaja ok ya XD
    Realmente me gusto mucho el capítulo de hoy >3< aslkdjasñld hicieron el amorsh!! *//* no solo sexo <3 jojo *//* me siento feliz XDD esperare con muchas ansias el próximo capítulo :B

    Nos leemos~
    Cuídate~
    Adiosito~ :3

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    1. Es que son tan monossss!!! ^////^ Piensas que es la secretaria la que se lo ha dicho a la mujer de Shinrei? Otros también lo piensan :D Ya se verá, ya se verá jijiji
      A ver si Senna recapacita al saber que Ichigo y Rukia están enamorados y deja de pensar en las mentiras que ella misma se crea.
      Te duelen los dientes? ayyy eso duele mucho >.< Recupérate guapa! Traeré cositas nuevas para que la espera no sea tan larga <3
      Muchos besos!! :D

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  4. AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH No puedo con tantooo xD me encantoooo -se desmaya- xD okno me calmo, ame su nueva relacion *-* parece como si hubiera sido hace 20 capitulos que se conocieron <3 _____ <3 aaahh xD me emocione de nuevo jajaja En serio espero que Rukia deje de ser una Kuchiki ya basta de sufrir, y tener ese familia que se gasta ay no, excepto por Byakuya, solo èl vale la pena. Ese asqueroso engendro de Shinrei Dx iiuuu ¬¬ es un pervertido de lo peor. Con senna espero qu de verdad entienda, aunque ya esta loca, que Ichigo NO la quiere, osea niña superalo!! QUIERO SABER MAS, me comere las uñas esperando que sea domingo 23 u.u morire T-T pero solo se que la espera siempre vale la pena xD jeje Bueno me encanto esta muy genial, sigue asi te felicito :3 nos leemos pronto saludos.

    By: SangoSarait

    Posdata: PRIMER COMENTARIOOOO xDD ok necesitaba hacer eso, estoy muy emocionada xD ok ya, BYE :3

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    1. ok no era el primero, pero en mi defensa cuando empeze a leerlo no habian comentarios, al parecer Todos los que ya comentaron, lo leimos al mismo tiempo *-* que emociionn -por si no se nota sigo emocionada- jejeje saludos :3

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    2. Sí!! Lo leéis a la vez y luego van apareciendo :D Yo también estoy emocionada jijiji y más al leeros ^^ jajajaja a que parece que ha pasado tiempo desde que se conocieron? xDD Intento hacerlo lo más real posible :)P
      A ver que pasará en la cena ahora que ha llegado Shinrei uyuyuy tensión tensión! Y también con Senna, abrirá los ojos por fín o seguirá pensando que es mentira?
      Me alegro de que te haya gustado <3
      Besos!! :D

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  5. Ha sido la secretaria!!!!! Si es que por algo no me gustaba, (tengo un sexto don para estas cosas jajajajja). Si antes quería que la despidiera ahora ya… uyyyy cuando se entere Byakuya, estoy segura de que se la va a liar (o eso espero) ajajajajaj aggg que la despida! Estoy que no puedo con ella jajajaj
    Y Shinrei…. Dios este hombre si que es asqueroso, pervertido y vamos… como se entere Ichigo de que le esta haciendo eso a Rukia, el tio recibe, no podrán ni identificarle ni con la foto del dni jajajajjaja
    Y Senna, me da que no se lo va a tomar nada bien y no se porque me da que hara alguna tontería más. Me encanto cuando Nanao apunto: egocéntrica jaajjaja
    No me esperaba que Rukia se lo dijera tan pronto, creía que le iba a costar más jajaja a mi me paso ajjajaja
    Ahora a esperar dos semanas, que largas se me van a hacer, el martes ya estaba todo el rato y todavía me quedan cinco días más… jajajaj

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    1. jjajajajaja por qué te cae tan mal la secretaria? no creo que haya hecho nada malo no xD crees que es ella la fuente de la mujer de Shinrei? Otros también lo piensan pero ya se verá, ya se verá jijiji
      A ver que ocurrirá en la cena con Shinrei, que el tío está enfermo igual que sus amigos viendo esas fotos de ellos dos. Pensaste que lo de Clic era alguien haciendo fotos?
      Jajaja yo me imaginé a Nanao en plan psicóloga ahí apuntando cosas xDD
      En principio no iba a poner que se lo dijera tan pronto pero creo que solo estaría alargando algo que Rukia en el fondo ya sabe que siente por él, sobretodo después de haber podido liberarse de todo lo que se guardaba.
      A ti te pasó? Cuenta cuenta que yo soy como Nell jajajaja
      Estabas así de verdad? >////< aishhh me alegro un montón de que os guste enserio jijiji me hace muy feliz :D Iré poniendo cositas nuevas para que no se haga tan larga la espera ^^
      Besos!!! <3

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    2. jajaajajajajjajaj no se es mi intuición (además que se ha besado con Byakuya se estaba aprovechando!!) jajajaj además creo que es ella porque es la que sabía que Byakuya volvía a Japón. Hasta nuevo aviso me cae mal jajajjajaja
      Shinrei es... vamos... telita jajaja con el clic, exactamente no sabía muy bien que podía ser, cuando vi que era cosa de Shinrei...
      Yo con temas de sentimientos soy demasiado cerrada y me costo mucho saber lo que sentía y luego decirlo... todavía me cuesta pero bueno ajaja
      Por supuestíiiisimo que estaba así. Si eske ya quiero saber que pasa en la cena, estoy ansiosa ajajajja

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    3. jajajaja vale, hasta nuevo aviso xDD Ya te entiendo, cuando son sentimientos profundos yo también me los guardo, sé que siento pero sólo lo sé yo hasta que logro abrirme jajaja

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  6. No manches!!!! Llego el tio justo en el momento mas inoportuno, seguro escucho eso de "no dejaras de ser una kuchiki" O.O
    Espero que byakuya e ichigo puedan protegerla de el o ella pueda arrrglarselas...
    Pero pasando a lo bonito, me encanta que ya se hayan dicho lo que sienten, se me hizo tan bonito el mensaje de "te quiero fresita" jajaja
    Esto se está poniendo bueno
    Saludos

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    1. Shinrei y su mujer aparecen de la nada y se autoinvitan, ya veremos que ocurre en esa cenita. Sí, ahora los dos ya saben lo que siente el otro. Rukia se puso tonti en ese mensaje jiji que monos son <3
      Un abrazo!!!

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  7. Yo que me lamentaba por no estar al corriente...
    Ahora lo odio.
    WAH ese final... como los odio. Odio a todos ahora, he de tirar mi toronja por la ventana (no es verdad, me la robaron)
    Entonces como decía... ya que el capítulo es más reciente me daré la libertad de hacer mi comentario tan largo como me plaza! Buajaja(?
    Odio a Shinrei, incluso más que a Senna. Me da como cosa que vigile a Rukia y además en momentos tan íntimos. Si cuando yo me doy cuenta que me espían por el agujero de mi puerta me da cólera, con eso es peor.
    Pero bueno, en otro tema (ya parezco reportera), por más buena persona que sea la secretaria, no puedo tener ni una idea de ella con Byakuay >>>>>>>>>>>>>>:C)
    ¡Nos leemos!

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    1. QUE DEMONIOS!
      No me publicó el mensaje entero. Esto me está empezando a desesperar. Mi esfuerzo para nada ;n;

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    2. No sé si es mi conexión. Se ve horrible el mensaje cortado a la mitad y unido con lo último que escribí.
      -llora-

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    3. Esos finales son necesarios para crear tensión juasjuasjuas xD Shinrei es un tío asqueroso puagh! A ver que ocurrirá en la cena.
      Por qué a algunos os cae mal la secretaria desde un principio? jajaja
      Un abrazo fuerte!!

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  8. Rukia White Moon <3

    Por fin leí el nuevo capitulo, Me quería esperar hasta la próxima actualización pero no pude xD

    ♡♡♡♡♡ Por fin se dicen que se aman kyaaaaaaa!!!
    maldito viejo pervertido, Mira que mandarle tomar fotos Grrr...
    *llorando* yo se que ese maldito le va querer hacer algo a rukia T-T
    Ajajaa me dio mucha risa esa parte donde ichigo pidio 5 platillos y de los más caro del menú xD (los jovenes comemos mucho Ajajaja)
    Esos dos van a querer sacar a rukia como sea de la famila kuchiki, Ja pero espero y no lo logren :P

    Y de verdad esperar 15 días es un tortura ::>_<:: xD

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    1. jajajaja sí!! ya son parejita!! :DDD Ese asqueroso de Shinrei y sus amigos ¬¬ a ver que ocurre en la cena.
      Ichigo se aprovecha que paga Byakuya para pedir de todo un poco xDDD
      Ya queda menos para el Domingo jijiji
      Nos leemos! Besitos <3

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  9. Omg!!! Omg!! OMG!!!!! *------* Rukia le dijo tambien "te quiero" . Cada vez su amor es mas intenso y con lazo q no se rompre , me encanta!! me gusto mucho cuando le dijo a Byakuya "es mi pareja" me lo imagine y todo , hasta la cara q puso Byakuya xD . Tengo intriga ... q pasara ahora q llegaron estos dos? ... como quedara la cosa .. intriga ,, intriga owo. Sigue asi de verdad esta historia cada vez se pone mas interesante . Saludos By: Jenni

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