STRIPTEASE CAPÍTULO 23: Punto Débil

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STRIPTEASE
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CAPÍTULO 23
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PUNTO DÉBIL
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Kaien acabó de preparar la mesa del salón para dos personas. Sus padres al final se habían marchado a celebrar su aniversario fuera y él había tardado menos de dos segundos en sacar el móvil y llamar a Miyako para decirle que se quedaba solo en casa.

Cuando le preguntó a sus padres si su novia podía quedarse a dormir, éstos se alegraron de ver que todo marchaba bien entre ellos después de un tiempo en el que notaron que algo pasaba entre su hijo y ella. El padre fue el único que lo miró de reojo antes de susurrarle al oído que usara protección o que si no le cortaba los huevos. Kaien se sonrojó y asintió. Su padre siempre tan explícito. ¿Tanto se notaba que iban a hacer algo de eso?

El timbre de la puerta le sacó de sus pensamientos y fue corriendo a abrir con una sonrisa. Al verla, su mueca se agrandó un poco más.

—Hola, siento haberte avisado con tan poco tiempo es que mis padres hasta última hora no sabían lo que iban a hacer.

La dejó pasar dándose un beso en los labios y cerró la puerta.

—No pasa nada, Kaien. Como me habías comentado que había una posibilidad, ya me preparé un poco.

—Siempre tan previsora —la elogió quitándole el bolso grande que llevaba al hombro y lo dejó en el suelo—. Tengo una sorpresa.

—¿Cuál? —preguntó Miyako emocionada.

—Cierra los ojos.

Ella los cerró respirando hondo y dejó que su novio la guiara por el pasillo hasta donde él la detuvo. Supuso que sería el salón. Había estado muchas veces en su casa como para saberlo sin necesidad de verlo.

—¿Ya?

—Sí, ábrelos.

Miyako los abrió y se llevó las manos a la boca sorprendida. Lo que veían sus ojos era hermoso. La mesa del salón estaba decorada con velas encendidas con los candelabros de plata que brillaban por la luz de las llamas y con pétalos de rosas rojas desperdigados por el mantel.

—Es precioso.

—¿Te gusta? La verdad es que los pétalos son de mentira —se rascó la nuca avergonzado—. Los he encontrado por ahí, mi madre los tenía guardados al igual que las velas.

Miyako sonrió y le abrazó fuerte sin dejar de mirar hacia la mesa.

—Me encanta.

—Quería que nuestra primera cena de reconciliación fuera especial.

—Siempre eres tan detallista —levantó el rostro para que se miraran a los ojos—. Te quiero, Kaien. Me siento muy afortunada de estar aquí contigo.

Kaien le envolvió la cintura con los brazos.

—Eso debería decirlo yo. Gracias por perdonarme. Si no lo hubieras hecho, nunca volvería a ser el mismo de antes. Lo único que deseo ahora mismo es estar a tu lado para siempre.

Miyako se acordó de algo a partir de esa última frase.

—¿Cuándo es el campeonato nacional?

—La segunda semana de Diciembre.

—O sea ésta que viene no, la otra —vio que él asintió—. Que pronto. Estoy segura de que un ojeador te fichará y tu vida cambiará por completo.

Kaien notó el tono de voz triste aunque ella le sonriera y le animara a que pensara que eso era lo mejor para él. Pero como le había dicho el otro día, lo mejor era estar con ella. Ya lo tenía claro.

—Si eso ocurriera y al final de este curso me tuviera que ir de aquí… ¿Te vendrías conmigo después de que terminaras la universidad?

—¿Me esperarías tanto tiempo?

—Por supuesto —la abrazó más fuerte—. Te esperaría los años que fueran.

La joven se mordió el labio inferior mirándolo a los ojos. Ninguno de los dos sabía lo que pasaría en un futuro ni si serían capaces de estar tanto tiempo alejados ni de aguantar una relación a distancia que durara tanto, sin embargo sí que sabían lo que querían ahora mismo. El presente era lo único por lo  que valía la pena luchar.

—Claro que sí, Kaien. Iría donde tú estuvieses.

—¿Me lo prometes?

—Te lo prometo.

Se sonrieron emocionados y se besaron.
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—Cuando quieras Rukia, dejas a Ichigo y te vienes conmigo —soltó Keigo cuando estaban despidiéndose para ir cada uno a sus casas.

El grupo había pasado toda la tarde juntos y habían ido a cenar unas pizzas. Rukia enseguida se sintió cómoda de nuevo entre los amigos de Ichigo. Eran demasiado simpáticos como para no estarlo. Además el pelinaranja siempre estaba a su lado para que no se sintiera cohibida ante tanta pregunta que le hacían. Sobretodo lo que intentaba más Ichigo era que su amigo castaño no se acercara demasiado a ella. Eso a Rukia le hacía más gracia que cualquier cosa. Agradeció que la hicieran sentir como a una más del grupo.

—Vete a tomar por culo, Keigo —le dijo Ichigo pasando un brazo por los hombros de Rukia.

—¡Que posesivo eres!

—Nosotros nos vamos también —habló Ishida agarrando de la mano a Inoue.

—Quedamos otro día, Kuchiki-san.

—Claro, cuando queráis.

—Hasta más ver —despidió Tatsuki dando la vuelta y moviendo la mano.

—Buenas noches —dijo Chad.

Ichigo y Rukia se despidieron y empezaron a caminar hacia el piso de ella. La morena le agarraba por la cintura y entrelazaba sus dedos con los de la mano de encima de sus hombros.

—Que divertidos son tus amigos —alzó la cabeza para mirarlo con una sonrisa—. ¿Te has dado cuenta que siempre te rodeas de gente así? Tus amigos, tu familia.

El ojimiel soltó una carcajada.

—Pues no lo había pensado pero tienes razón —agachó la mirada para verle la cara—. Aunque tus amigos no se quedan cortos. Nell no es muy normal que digamos.

—Un día te presentaré a otras dos amigas que he hecho en el trabajo. Mashiro y Kiyone. Son muy simpáticas. Mashiro es muy parecida a Nell, estoy segura de que te caerá muy bien.

—¿Esa chica también me toqueteará?

Rukia se rió.

—No lo sé, puede que sí.

—¿Y eso te gustaría? —preguntó en tono de broma. Le apartó el brazo de su cintura y se puso detrás de ella abrazando sus hombros, caminando los dos con dificultad pero sin dejar de sonreír—. Se supone que soy tu novio. No te tiene que gustar que otras me toquen.

—Me divierte mucho ver la cara que pones pero no me gusta. Prefiero ver como te las quitas rápido de encima.

Ichigo agachó el torso para hablarle al oído.

—A la única que quiero tener encima de mí, es a ti enana.

La morena miraba hacia delante mientras seguían caminando. No había mucha gente por la calle. Levantó un brazo y hundió los dedos en el pelo naranja.

—¿Te gusta que sea yo quien te toque? —susurró antes de morderse el labio inferior al sentir un escalofrío cuando Ichigo le pasó la lengua por debajo de la oreja.

—¿Hace falta que te responda a eso? —le murmuró.

Rukia se separó agarrándole de una mano y tirando de él, caminando de espaldas. Los dos se miraban con deseo.

—Dijimos que no íbamos a actuar así en lugares públicos.

Ichigo se hizo el inocente levantando la mano libre.

—¿Actuar cómo? No estamos haciendo nada.

La morena esbozó una sonrisa pícara.

—¿Y cuando lleguemos al piso tampoco vamos a hacer nada?

—Allí vamos a hacer todo lo que no podemos hacer en la calle.

Se sonrieron juguetones e Ichigo tiró del agarre de las manos, atrayendo a Rukia hacia él. Ésta lo soltó y le abrazó por la cintura cerrando los ojos antes de que el pelinaranja juntara los labios con los de ella de una manera superficial. Al separarse, con sus miradas se dijeron que esos besos cambiarían una vez estuvieran solos. Sus cuerpos se estremecían de deseo hacia el otro con anticipación. Sin embargo, ahora lo que les hacía sentirse más emocionados era saber que se querían. Que cuando se desnudaban, se acariciaban y se unían, lo hacían con cariño, y eso sobresalía por encima de cualquier otro sentimiento.

Si antes eran unos adictos al sexo entre ellos, ahora eran unos adictos a hacerse el amor. Dulce, tierno, pasional, salvaje o la mezcla de todo. Daba igual como lo hicieran. Lo importante era que ya no solo satisfacían las necesidades del cuerpo, sino que satisfacían el anhelo de sentirse lo más cerca posible del otro. De demostrarse lo enamorados que estaban.

Llegaron al bloque y Rukia sacó las llaves del bolso para abrir el portal. Subieron las escaleras hasta el segundo piso y mientras ella se disponía a meter la llave en la cerradura, Ichigo se pegó detrás de ella para apartarle el cabello del cuello y empezar a besarle la piel.

—Mmm —jadeó Rukia ladeando la cabeza y cerrando los ojos—. Déjame que abra.

—Yo no te estoy cogiendo las manos —le susurró en el oído mientras iba bajando la cremallera del abrigo con la intención de tocarla por debajo de él.

—Kuchiki-san.

Los dos se sobresaltaron y miraron hacia la derecha en el pasillo oscuro. Urahara se acercó a ellos sin el sombrero y con una bata verde oscuro.

—Urahara, ¿qué ocurre? —preguntó Rukia llevándose una mano al pecho—. Que susto nos has dado.

—Perdonad, no era mi intención, pero es importante lo que os tengo que decir.

—¿Qué pasa? —quiso saber Ichigo.

—¿Entramos dentro y os lo digo ahí? —sugirió Urahara pensando que no era plan de decir eso en mitad del pasillo donde cualquiera podría oírlo. No sería bueno que la gente temiera porqué les pasara a ellos lo mismo que tenía que contarle a Rukia.

La morena compartió una breve mirada con Ichigo al no entender nada y abrió la puerta, dejándolos pasar a los dos. Cerró y encendió las luces.

—Me estás poniendo nerviosa, Urahara.

—No me demoraré más —respiró hondo y lo soltó—. He visto a tres hombres salir de tu piso esta tarde, Kuchiki-san.

Rukia abrió los ojos y la boca sorprendida. Ichigo arrugó la frente y enseguida se puso a mirar alrededor.

—¿Han entrado unos ladrones? —cuestionó la joven en estado de shock.

—No puede ser, Rukia —respondió Ichigo—. La televisión está aquí al igual que los electrodomésticos —fue hacia la habitación y abrió los armarios y los cajones. Sobretodo se fijó más en el que sabía que la morena guardaba la cartilla del banco—. No hay nada removido, todo está igual y en su sitio.

—Eso es lo que me ha parecido extraño. No los he visto llevarse nada sino sí que hubiera llamado a la policía. Al verlos con las manos vacías he querido esperar para decírtelo a ti —dijo el mayor mirando hacia Rukia—. ¿Tenías joyas o dinero en efectivo?

—No —respondió observando a su alrededor, respirando hondo y volviendo en sí—. No sé porque han entrado aquí para no llevarse nada.

—Quizá buscaban algo de valor y al no encontrarlo, se marcharon —opinó Ichigo saliendo del cuarto—. La tele es antigua, no les darían mucho por ella. Urahara-san, ¿sabes si estuvieron mucho rato?

—No los ví entrar, lo siento. Solo salir. Además, iban vestidos de negro y apenas pude verles el rostro. Miraron hacia todos lados para cerciorarse que nadie se diera cuenta de ellos.

Ichigo asintió y miró a Rukia.

—¿Llamamos a la policía?

—¿Para qué? No se han llevado nada, no podemos demostrar que aquí ha entrado alguien. Solo los ha visto él. Ni siquiera se nota que hayan forzado la cerradura. Va a parecer que yo he dejado la puerta abierta —negó con la cabeza retirándose el pelo hacia atrás—. No tengo ganas de estar con papeleo policial para no solucionar nada. Gracias Urahara por decírnoslo.
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—Gracias Urahara por decírnoslo.

—No me las des, es lo mínimo que podía hacer. Por cualquier cosa, ya sabes donde estoy. Por cierto, ¿tú como te llamas? Te veo mucho por aquí, ¿es tu novio, Kuchiki-san?

—Sí.

—Me llamo Ichigo Kurosaki. Encantado.

—Yo Kisuke Urahara, un placer.

Shinrei estaba sentado en su despacho observando la pantalla del monitor donde salía la imagen en directo de lo que ocurría en el piso de Rukia. Con la cámara que había en la pared de la cocina podía ver parte del salón. Lo único que no podía ver con ninguna de las tres era el sofá y el cuarto de baño entero.

Contempló como el hombre mayor se marchaba y esperó a escuchar lo que se decía la pareja antes de llamar a los encargados de las cámaras que había contratado para ese trabajo.

—¿Quiénes habrán entrado y para qué? No entiendo nada.

—¿Crees que ese capullo tenga que ver?

—¿Shinrei?

—Sí.

El noble esbozó una sonrisa ladeada.

—Vaya… así que me llamas capullo eh, Kurosaki.

—No lo sé, no tengo ni idea de que pensar sobre todo esto. Ya no me puedo sentir cómoda ni en mi propio piso —se sentó en una silla en la cocina y escondió la cabeza en las manos.

—¿Nos vamos a mi casa? Allí estarás más cómoda —vio como Ichigo se arrodillaba delante de ella, quitándole las manos para que lo mirara.

—Que tierno, voy a llorar —soltó el noble con sarcasmo.

—No. Sea quienes sean los que han entrado aquí, no quiero meter a tu familia. Da igual, nos quedaremos aquí aunque todo esto me esté dando escalofríos.

—Vamos a estar a disgusto, Rukia. Lo mejor sería que nos fuéramos a dormir a otro sitio.

—Sí pero ¿a dónde? Yo no tengo dinero ahora mismo para pagar un hostal.

—Quedaos ahí —ordenó desde su asiento de piel.

—Yo tengo algunos billetes en la cartera, seguro que para una habitación barata si que nos dará —se incorporó al igual que ella.

Al empezar a hablar en susurros no pudo escuchar lo que se decían, pero al ver como se daban un beso e iban a la habitación donde, cambiando la cámara, pudo ver como metían algo de ropa en unas mochilas supo que Ichigo la había convencido a que se fueran esa noche fuera.

Shinrei apretó los dientes enfadado por la influencia que tenía ese chico en Rukia. Unas cuantas palabras y había conseguido que ella aceptara irse de allí. Apagó el monitor sin ningún cuidado.

—Y yo que quería veros follar. Joder.

Agarró su móvil y llamó a los que había contratado.

—¡Trío de inútiles! Un hombre os vio salir y se lo ha dicho a Rukia. Ahora ya sabe que hubo unos hombres merodeando por su piso y no se fía. Os lo advertí, que no os viera nadie… Solo por eso, vais a cobrar la mitad de lo que habíamos hablado… ¡Me importa una mierda! Aquí el que manda soy yo.

Colgó sin esperar ninguna respuesta cabreado por la idea de que otro plan se le iba a fastidiar. Miró hacia la puerta del despacho cuando su mujer la abrió.

—¿Qué son esos gritos?

—Nada importante.

—¿No vas a venir a la cama?

Shinrei alzó una ceja.

—No lo hagas ver como si a ti te interesara si voy o no, querida.

Yoshino miró hacia otro lado y resopló. Por ella mejor si no aparecía por ahí.

—He hablado con la familia y está consternada con la decisión de Byakuya. No se esperaban que iba a reaccionar así. Sin embargo, saben que tiene razón en lo que dice. Nadie como él para llevar los bufetes —lo miró de nuevo viendo como su marido fruncía más el ceño—. Vamos a tener que aguantar que la stripper siga siendo parte de la familia y tenga nuestro apellido.

—Hasta que se nos ocurra algo —susurró el noble.

La mujer sonrió falsamente.

—Tus planes de querer que baile para ti se han jodido. Cuanto lamento que tengas que conformarte con las putas que contratas de vez en cuando.

—Parece que te alegres que no haya salido de la familia.

—No me alegro pero me hace gracia verte frustrado por no tener lo que quieres. Es una diversión sana.

Shinrei echó hacia atrás el cuerpo y apoyó la espalda en el respaldo por completo.

—De las pocas diversiones sanas que tienes, ¿verdad?

Yoshino deshizo la mueca y apretó los dientes antes de salir del despacho. El noble se paso una mano por la cara pensando que él no era precisamente el más indicado para burlarse sobre diversiones ajenas. Suspiró y encendió de nuevo la pantalla viendo que ya no había nadie en el piso de Rukia.

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Miyako acabó de ponerse el camisón que se había traído en el bolso. Era de tela fina y suave, de tirantes y con escote de pico. De largo era hasta un poco por encima de las rodillas. Se miraba en el espejo y notaba como sus nervios recorrían raudos debajo de su piel, sonrojando sus mejillas.

¿Por qué estás nerviosa? —se preguntó a sí misma—. Ni que fuera la primera vez.

Pero sí que era la primera vez después de prometerse que si al acabar el curso de preparatoria tenían que separarse, pasara el tiempo que pasara, esperarían hasta que llegara el día de juntarse de nuevo. En cierta manera, parecía que se habían comprometido.

Se puso las manos frías en las mejillas y sonrió a su reflejo. Pronto dejarían de ser unos adolescentes para convertirse en adultos. No podía imaginarse una mejor vida que una al lado del hombre que amaba.

Respiró hondo y salió del baño apagando la luz. Escuchó el sonido de los platos y supo que Kaien estaría abajo en la cocina acabando de fregar lo que habían utilizado en la cena. Bajó las escaleras y se acercó hasta allí sin hacer ruido con las zapatillas. Se apoyó en el marco de la puerta y le observó cerrar el grifo y agarrar el trapo para secarse las manos. Lo dejó en la encimera y al darse la vuelta, se quedó parado en el sitio mirándola de arriba abajo.

—Eres preciosa.

Miyako sonrió tímidamente.

—¿Tus padres tardaran en llegar?

—Sí, llegarán por la una o por las dos de la madrugada supongo —se fue acercando a ella a pasos lentos mientras hablaba—. ¿Por qué?

—Ya sabes porqué.

—Dímelo —le susurró al ponerse enfrente y mirarla de forma intensa.

La joven puso sus manos en el torso del moreno y se pegó a él sin despegar su mirada.

—Te necesito. Necesito sentirte.

Kaien percibió como los latidos de su corazón aumentaron al escucharla y no pudo hacer más que bajar la cabeza para besarla. Besarla como cuando estuvieron en la habitación de ella la tarde en la que lo perdonó por ser tan estúpido.

Le sujetó las mejillas y hundió su lengua en su interior siendo recibida de inmediato por la de la joven. Se separaron para respirar y en dos segundos volvieron a fundir sus bocas. Llevó sus brazos a la femenina cintura y la alzó sujetándola del trasero. Miyako le envolvió la cintura con las piernas y le agarró la cabeza para que no se separara de sus labios.

Con cuidado, fue subiendo las escaleras, apagando las luces, y se dirigió a su habitación. La dejó en el suelo y cerró la puerta con el seguro. Los dedos de ella cogieron el final del jersey y lo subieron para arriba con la intención de quitárselo. Él enseguida levantó los brazos para que lo hiciera. Le acarició el fuerte torso y el vientre mientras volvían a besarse caminando hacia la cama.

Kaien tocaba la piel de sus muslos subiendo cada vez más, levantando el camisón. Le acarició el trasero tapado con las braguitas y subió por la espalda. Miyako jadeó y cerró los ojos cuando su novio pasó las manos por sus pechos desnudos antes de quitarle la prenda.

—¿Te he dicho alguna vez que me encantan tus pechos? —le susurró en el oído acariciándoselos.

Miyako sonrió con los ojos cerrados, disfrutando de esas caricias, y tanteando con los dedos el botón y la cremallera del pantalón.

—Sí, todas las veces que hemos estado de esta manera.

Kaien se rió por lo bajito.

—Pues creo que te lo voy a decir siempre —se separó para quitarse él mismo el pantalón, ya que empezaba a molestarle, y lo tiró por ahí antes de volver a pegarse a ella para besarla—. Mmm, cuanto extrañaba estar así contigo.

—Yo también —murmuró entre besos moviendo los dos las caderas para rozar sus entrepiernas aún cubiertas.

Se fueron estirando en la cama, ella debajo de él, y siguieron rozándose con un placentero vaivén. Él se incorporó para bajarle las braguitas sonriendo al ver como ella siempre se sonrojaba a pesar de que ya la había visto desnuda en otras ocasiones. Se sentó y se quitó el bóxer dejando libre la erección que ya tenía.

Abrió el cajón de su mesita de noche, quitó las cosas que tenía encima a modo de escondite para que ninguno de sus padres lo vieran, y sacó la caja de condones.

—Me quedan solo dos.

—Ya sabes que a mí me da mucha vergüenza ir a la farmacia a por eso.

—Ya lo sé, tranquila. Cuando pueda me pasaré a comprar otra —la miró de reojo—. Ahora que ya estamos bien, quizá la gastemos enseguida.

Miyako soltó una carcajada.

—Anda ven aquí, que empiezo a tener frío —levantó sus brazos para que se pusiera encima.

—Ya lo noto —le pellizcó un pezón.

—Tonto —le insultó riendo y tapándose el pecho con los brazos.

Kaien también se rió y abrió uno de los condones para ponérselo. Se colocó encima, entre las piernas de ella cuando las abrió y se abrazaron.

—Te quiero, Miyako.

La joven gimió al sentir como su miembro iba entrando poco a poco.

—Te… quiero.

La habitación empezó a llenarse de jadeos, gemidos y del sonido que hacía el colchón al moverse, pero sobretodo se llenaba de palabras de amor susurradas y de promesas por un futuro juntos.
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Rukia se quedó mirando los precios de uno de los tantos hostales que había por ese barrio. No era uno de los más agradables pero si uno de los más baratos.

—¡Rukia! —giró la cabeza hacia donde la llamaba Ichigo—. ¡Éste está bien!

La morena se acercó a donde estaba él y leyó el letrero.

—Love hostal… ¿Dónde me traes? —le abrazó por la cintura—. ¿Vas a engañar a tu mujer conmigo?

Ichigo se rió pasando un brazo por sus hombros.

—Es el más barato de todos, puedo pagar la noche perfectamente. El único problema es esto —señaló a una parte del cartel—. ‘Prohíbido menores’.

—Bueno, si es el más barato tendremos que hacer algo para quedarnos aquí —se separó y se asomó a la entrada. Había una pareja en la recepción hablando con la trabajadora—. Yo la distraeré y te haré una señal para que pases, ¿de acuerdo?

—Vale —sacó del pantalón su cartera y le entregó el dinero para la habitación más barata —. Toma, esperemos que haya vacías.

Rukia asintió y entró dentro. Esperó a que la pareja se dirigiera hacia los ascensores para empezar a hablar con la recepcionista.

—Buenas noches, señorita. ¿En que puedo ayudarla?

—Me gustaría pasar esta noche en una de vuestras habitaciones. La más barata, por favor.

—Lo sentimos pero en este hostal solo pueden pasar parejas.

—Ehhh.. Claro, sí. Mi novio vendrá más tarde. Es una sorpresa que le quiero hacer. Llevo cositas en la mochila para retocar un poco la cama, poner velas y todo eso, ya sabe.

—Mmm…

—Por favor, quiero darle esa sorpresa. Es nuestro aniversario y no puedo permitirme ir a otro lugar.

La mujer suspiró y le sonrió.

—De acuerdo, pero su novio tendrá que pasar por aquí para enseñarme el carnet antes de subir a la habitación. Voy a mirar si tenemos libre alguna de las más baratas —tecleó el ordenador durante un rato. Rukia aprovechaba para buscar algo detrás de ella o lejos para poder distraerla y que Ichigo pudiera entrar. Sonrió al ver algo que podía servir en una vitrina un poco lejos de donde estaban—. Sí, ha tenido suerte. Tenemos una libre, en la planta de arriba, habitación once.

—Muchas gracias —le entregó el dinero, enseñándole el carnet, y la recepcionista le dio la llave.

La mujer arrugó la frente al ver que no se marchaba.

—¿Quiere algo más, señorita?

—Sí… esto… ¿me puede enseñar que hay en esa caja de allí? —señaló con el dedo—. Esa que está forrada de color rojo brillante.

—Claro que se la puedo enseñar, es para los clientes.

La recepcionista salió del recibidor y fue hacia allí. Rukia aprovechó para hacerle una señal a Ichigo para que entrara y corriera a la zona de ascensores. Con el dedo índice le indicó que tenía que subir a la primera planta. La mujer se giró al escuchar ruido pero solo vio a la morena sonriéndole.

—¿Qué ocurre?

—No sé, me había parecido escuchar los pasos de alguien.

—Habrán sido los míos —caminó un poco marcando fuerte el paso—. Estoy un poco nerviosa porque toda la sorpresa salga bien.

—Es normal —puso la caja encima de la recepción y la abrió—. Puede que esto te ayude en tu sorpresa.

Rukia alzó las cejas quedándose sorprendida de todo lo que había ahí dentro. Juguetes sexuales metidos en sus plásticos, preservativos, esposas…

—¿Esto lo vendéis vosotros?

—Esto es un love hostal, las parejas que vienen aquí no vienen precisamente para dormir. Les ofrecemos estas cositas para que sea todo más divertido a un precio muy asequible. También tenemos un catálogo de disfraces. ¿Quiere verlo?

—No, no, gracias. No llevo dinero para comprar nada más.

—Lo más barato que tenemos son estos condones de sabores. Los llamamos condones por la forma pero no se utilizan como medida de protección, es solo como un caramelo. Aunque el hombre siente el mismo placer.

Rukia agarró uno y miró el precio. Asintió con la cabeza al ver que valía muy poco. Como un caramelo de menta.

—¿De que sabores los tiene?

—Pues de todo un poco —sonrió la mujer sacándolos de la caja—. De mango, de tutti fruti, de chocolate, de plátano, de fresa, de vaini…

—A ver el de fresa.

—Tome.

La morena agarró el envoltorio de un color rosa chillón y le entró curiosidad por saber si sabría a fresa o a plástico.

—Me llevo este.

—Buena elección, le encantará el sabor —le guiñó un ojo— y su novio también lo disfrutará.

Rukia sonrió mientras le pagaba.

—Estoy segura de que sí.
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Ichigo estaba en el pasillo de la primera planta con los brazos cruzados esperando a Rukia. Miró hacia el ascensor cuando éste sonó y vio salir a su chica.

—Menos mal, ¿por qué has tardado tanto?

—Porqué tenía que hablar con la mujer sobre la caja que he utilizado de distracción —caminó hacia la puerta once seguida por él, metió la llave y abrió la puerta—. No podía irme así sin más.

Los dos entraron dentro.

—¿Y que había en la caja?

—Nada interesante —movió la mano para restarle importancia y contemplaron la habitación—. Bueno, no está mal.

—Un aseo y una cama, ¿para que queremos más? —dejó la mochila en la cama al igual que el abrigo y observó la televisión. Curioso abrió el armario de abajo—. Madre mía.

—¿Qué hay? —preguntó Rukia dejando también su mochila y el abrigo.

Ichigo agarró una película de las muchas que había y se la enseñó. La carátula no dejaba nada a la imaginación.

—Porno.

Rukia se rió por lo bajito y echó un vistazo a un extraño botón que había al lado de la cama. Lo apretó y el colchón empezó a vibrar. Los dos se miraron y soltaron una carcajada. Todo estaba pareciendo demasiado surrealista. Ichigo se tiró boca arriba en la cama notando como la vibración se transmitía por todo su cuerpo cuando eliminó su mueca al ver lo que había en el techo.

La morena al notarlo también miró hacia arriba descubriendo un enorme espejo.

—Pervertido, estoy escuchando tus pensamientos.

Ichigo giró la cabeza hacia ella.

—Me está gustando mucho este lugar.

Rukia se rió y se apoyó en la pared pasándose las manos por la cara. No podía dejar de pensar en lo que les había llevado a pasar la noche en ese hostal. ¿Quiénes eran esos hombres? ¿Qué habían hecho en su piso? ¿Sería obra de Shinrei? Eso era lo que más le disgustaba, que el tío de su hermano tuviera algo que ver.

El ojimiel la observaba quieto cuando el colchón dejó de vibrar. Sabía que era lo que la tenía así. Se movió y se sentó en el filo de la cama justo enfrente de ella. Estiró su brazo y sujetó su codo para que lo mirara.

—¿Por que no llamas a Byakuya?

—No quiero molestarle, seguro que es lo que dices tú. Unos ladrones que entraron a robar pero al ver que no tenía nada de valor se fueron sin hacer nada.

—Aunque lo haya dicho, si te pones a pensar tampoco tiene mucha lógica. No había nada removido, ni la ropa, ni la cama, ningún cajón ni ningún armario. Está claro que esos hombres no buscaban nada. Entraron a otra cosa.

Rukia se acercó y se sentó en sus piernas.

—¿A qué?

—No lo sé —observó que ella agachó la mirada—. Por eso creo que lo mejor es que llames a Byakuya para que traiga a algún especialista y que revise tu piso. Así nos quedaríamos más tranquilos —le apartó el flequillo suavemente viendo como volvía a su sitio de nuevo—. Entiendo que no quieras preocuparle pero unos hombres han entrado donde vives y eso es grave. No cargues todo tú sola, Rukia. Delega en los demás. Estamos aquí para ayudarte.

La joven lo miró a los ojos. Esos ojos color miel que la miraban con convicción y entereza, dándole siempre la fuerza que necesitaba para tirar hacia delante.

—Vale, mañana lo llamaré —vio que asintió y le sonrió. Ella también lo hizo, llevando sus manos a las mejillas para agarrárselas—. ¡Ay, fresita! ¿Qué haría yo sin ti?

—Quita, enana —empezó a reírse cuando su novia comenzó a hacerle cosquillas por el cuello. Se cayeron hacia atrás—. ¡Para!

—¿Qué haría yo eh? —se estiró encima y le dejó besos por el cuello—. Nada, no haría nada.

Ichigo dejó de reír y resopló. Le encantaba escuchar esas palabras. Giró la cabeza hacia un lado notando como Rukia metía las manos por debajo de su suéter para acariciar sus abdominales sin dejar de succionar su piel.

—Mmm… Rukia —le agarró su trasero y la apretó contra él juntando sus entrepiernas.

La morena también jadeó mordisqueándole la barbilla, acariciándole el torso por debajo de la ropa.

—Eres tan bueno conmigo. Te quiero Ichigo.

—Y yo a ti —bajó el rostro y se besaron, enrollando sus lenguas y tocándose con ellas—. Te quiero demasiado.

—Mmm —gimió la joven dentro del beso al seguir el pelinaranja haciendo que restregaran sus sexos cubiertos. Sus manos grandes le agarraban fuerte de las nalgas y eso la excitaba más—. He comprado una cosita para ti.

—¿El qué? —le preguntó con la voz ronca y mirándola con los ojos velados y entrecerrados. Notaba como su miembro crecía debajo de ella.

Rukia llevó su mano al bolsillo del abrigo sin moverse del sitio y sacó un envoltorio de color rosa chillón.

—Un condón de sabor a fresa.

Ichigo sonrió de lado.

—Eso es lo que había en la caja esa ¿verdad?

—Sí, había muchas más cosas pero esto valía como un caramelo. Lo demás era muy caro —acercó sus labios a los de él de nuevo y le habló ahí—. ¿Qué te parece?

—¿Vuelves a tener hambre?

Rukia se rió al recordar a que venía eso y asintió.

—Además… —le dio un beso en los labios y empezó a bajar de nuevo— me apetece mimarte después de todo lo que haces por mí. Nada de esto sería igual si no estuvieras a mi lado.

Le quitó el suéter y le besó por la clavícula, por el pecho, jugueteó con la lengua en los pezones. Ichigo solo podía mirar hacia arriba, hacia el espejo para ver el cuerpo de ella ir bajando lentamente.

—Soy tuyo —balbuceó entre suspiros.

—Ya lo sé —le lamió los abdominales notando su dureza—. Eres mío.

Le desabrochó el botón y bajó la cremallera con cuidado ya que el bulto apretaba bastante y podía pillarlo. Se levantó de encima de él para quitárselo. Estaba disfrutando de verlo así. Totalmente entregado a lo que iba a hacerle. Su respiración irregular, sus mirada fundida, su cuerpo caliente y… le quitó el bóxer y se pasó la lengua por los labios… y su miembro esperando por ella.

Se puso de rodillas en el suelo entre sus piernas, siendo observada por él en todo momento. No perdían detalle de todos sus movimientos y eso la hacían sentir poderosa. Rasgó el envoltorio y sacó el condón. Un olor a fresas los inundó a los dos. Se lo colocó y lo lamió de abajo a arriba.

Ichigo apretó los dientes al sentirlo antes de preguntarle.

—¿Sabe bien o a plástico?

Rukia le sonrió traviesa.

—Sabe genial. Me encanta —volvió a pasarle la lengua gustosa contemplando el rostro contraído de placer que ponía su novio—. Disfrútalo.

Ichigo gruñó fuerte al notar como Rukia se metió dentro todo lo que pudo. Hundió sus dedos en el cabello oscuro pero solo para notar el vaivén que inició, dejándola ir a su ritmo. Él miró hacia arriba contemplando como la cabeza de la chica se movía en su entrepierna. Dejó que su cuerpo se relajara disfrutando del placer que experimentaba al sentir como su novia le hacía el amor con la boca.
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Todos los espectadores salieron del teatro al acabar la función. La sonrisa y la emoción en sus rostros reflejaban el éxito que tenía la obra todas las noches. Llenaba la sala y las críticas eran tan positivas que ya se hablaba que pronto el elenco entero viajaría a los Estados Unidos para representarla en Hollywood. 

Byakuya y Hagiwara también salieron del teatro contentos y prefirieron ir caminando hacia el hotel para seguir disfrutando de más tiempo juntos. El ambiente era muy agradable entre ellos. La mujer se sujetaba al brazo que él le había ofrecido con sus educados modales y seguían hablando de cualquier cosa. Aunque la que más hablaba era ella. Él la escuchaba atento sintiéndose cómodo con su compañía.

—Siempre quise ser actriz, desde pequeña. Incluso a los catorce años hice alguna aparición en unas series de televisión —le contó Hagiwara—. Sin embargo, mis padres no querían que yo me dedicara a eso profesionalmente. No me animaban en mi sueño. Al final, consiguieron que yo dejara de poner esfuerzo en luchar por ser actriz. Cuando tocó el momento de decidir que estudiar dejé mi ilusión a un lado y empecé a estudiar secretariado e idiomas.

—¿Lo lamenta?

—No, no lo lamento, sé que fue una buena decisión y entiendo la forma de pensar de mis padres. No querían ver a su hija sin unos estudios y yendo a castings y de prueba en prueba sin parar. Pero era tan grande mi deseo de verme en la pantalla grande o encima de un teatro que no puedo evitar sentir cierta envidia cuando una actriz hace una entrevista y cuenta lo feliz que es trabajando de eso —habló en tono soñador hasta que se dio cuenta de lo que acababa de decir—. No me entienda mal, señor. Soy muy feliz trabajando para usted es solo que…

Byakuya se rió por lo bajito.

—La he entendido, señorita. No se preocupe.

Hagiwara le sonrió.

—¿Y usted? ¿Siempre quiso ser abogado?

—Sí. Mi padre lo era y desde pequeño me inculcó el respeto por las leyes y la justicia —respondió Kuchiki en un tono tranquilo—. En mi familia siempre hemos sido de normas. De saber guardar las apariencias y saber comportarse. Para mí, estudiar derecho era como leer un libro cualquiera de los que había en mi casa.

—¿Nunca ha hecho algo que estuviera fuera de las normas?

Byakuya miró hacia delante y asintió levemente.

—Cuando desposé a Hisana. Los Kuchiki somos una familia de nobles, y solo se tolera que un miembro se case con otro mientras sea del mismo estatus social o superior. Hisana no estaba dentro de ninguno de esos. Me prohibieron muchas veces que no me casara, que ella no era digna de mí, pero al final tuvieron que claudicar porqué yo no me rendí. A partir de ese momento, creí que no volvería a incumplir ninguna norma pero actualmente, estoy poniéndome en contra de mi familia.

—¿Eso tiene que ver con ese repentino viaje a Japón? —observó que él asintió de nuevo pero sin intención de hablar del tema. Al notarlo, ella sonrió y siguió hablando. No quería incomodarle—. Yo nunca he sido de cumplir muchas normas, prefiero vivir la vida y tomar mis propias decisiones. Estoy segura que si hubiera nacido en los años sesenta, sería una de esas hippies con el pelo lleno de flores y bailando alrededor de una fogata. Conduciría mi furgoneta Volkswagen pintada de muchos colores y participaría en las manifestaciones de ‘no a la guerra’ —levantó una mano y lo miró de reojo viendo que él la observaba—. Claro que no fumaría hierba ni nada de eso.

Byakuya soltó una carcajada tapándose educadamente con la mano libre. Ella también se rió al verle.

—Usted páreme si hablo más de la cuenta, que empiezo a coger confianza y no pararé nunca.

—No, usted siga —giró la cabeza y la miró a los ojos, que brillaban con las luces de las farolas—. Me gusta escucharla. Continúe.

Ella se quedó prendada de nuevo con aquella mirada y tuvo que respirar hondo para poder unir una palabra con la otra. De una manera rápida, volvió a coger el hilo.

—Recuerdo que mi padre tenía una furgoneta de esas. Un día agarré los botes de pintura que había en el garaje y —sonrió al rememorarlo en su cabeza— ya puede imaginarse como puse el coche.

Los dos se volvieron a reír. Estuvieron hablando durante todo el camino hasta que llegaron al hotel. Subieron al ascensor y llegaron a la planta donde estaban sus habitaciones.

Hagiwara se sentía nerviosa. Sus pensamientos cuando se detuvieron en su puerta fueron tan claros que le costó un gran esfuerzo retenerlos antes de que salieran de sus labios.

—Muchas gracias por invitarme, señor. Ha sido una velada maravillosa.

—Gracias a usted por aceptar acompañarme. Estoy seguro de que no hubiera sido lo mismo de haber ido solo.

La mujer le sonrió y se quedaron mirando a los ojos en silencio. Su corazón se aceleró cuando notó por un segundo como la mirada del abogado bajaba hacia sus labios antes de volver a sus ojos. Él deseaba lo mismo que ella.

—Señor…

Él suspiró.

—Buenas noches… Mio.

Ella también hizo lo mismo. Los dos retenían lo que querían hacer y eso era difícil de manejar.

—Buenas noches… Byakuya.
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Ichigo arrugó la frente con los ojos cerrados al notar como una luz que le daba directo a la cara le despertaba del sueño. Se pasó las manos por el pelo despeinado y bostezó estirando la espalda. Al escuchar unos murmullos entreabrió los ojos y miró al otro lado de la cama. Como lo vio vacío supuso que la que murmuraba era ella hablando por teléfono dentro del cuarto de baño.

Miró hacia arriba y sonrió pensando en lo bien que se lo habían pasado por la noche. Después de que él recuperara las fuerzas tras el sexo oral que le había hecho Rukia, realizaron unas cuántas posturas con las que disfrutar de aquél enorme espejo en el techo y de aquél botón que hacía que la cama vibrara. Había sido una noche de lo más productiva.

Se sentó en el filo y estiró los brazos y el cuello. Estaba molido. Miró la hora en el móvil y vio que eran las nueve. Recordó que en el cartel de fuera del hostal ponía que la última hora para abandonar las habitaciones era a las diez. Tenía que ducharse rápido.

Se levantó y sin ponerse nada caminó hacia el baño. Cuando se acercó pudo escuchar un poco de lo que hablaba.

—Nos tuvimos que ir y pasar la noche en un hostal porqué yo no podía quedarme ahí haciendo como si no hubiera pasado nada.

Escuchó como Ichigo picaba a la puerta y la abrió, recibiéndole con una toalla alrededor del cuerpo tras haberse duchado. Se sonrieron e ichigo le dio un beso en la frente.

—Ya, lo entiendo. Es normal. Pero tendrías que habérmelo dicho en el mismo momento en el que te enteraste de eso.

Ella le acarició la mejilla y salió dejando que él entrara mientras escuchaba a su hermano.

—No te dije nada porqué ya era muy tarde y estaba cansada —se sentó en la cama oyendo de fondo el agua de la ducha—. ¿Vas a hacer que alguien revise el piso?

—Por supuesto. Estoy seguro de que mi tío tiene algo que ver. Ahora mismo llamaré a un equipo de especialistas para que mire cada rincón de ese piso tuyo.

—¿A que hora vendrán? Lo digo para abrirles.

—Tranquila, ellos también saben forzar cerraduras sin problema.

—Pues que bien —soltó sarcástica y rodó los ojos—. ¿Y si les ve alguien entrando?

—No les verá nadie. Tú no vayas a tu piso hasta que yo no te llame ¿de acuerdo? Ya te comentaré lo que me digan si encuentran algo.

—De acuerdo —susurró Rukia y se pasó la mano libre por la frente—. Estoy cansada de todo esto, Nii-sama. Enserio.

—Lo sé, Rukia, pero es lo mejor para ti.

Ella se quedó en silencio durante unos segundos.

—Ya me dirás algo.

—Hasta luego.

Separó el móvil del oído y colgó. Estaba agotada de que los problemas no terminaran nunca. Quizá lo mejor hubiera sido aceptar el trato que le propuso Byakuya… Sacudió la cabeza para quitarse esos pensamientos de la cabeza. Si no hubiera conocido a Ichigo si que habría sido la mejor opción pero el estar con él, ahora mismo, era una de sus prioridades. Sería incapaz de alejarse de él como lo fue cuando llegó el momento de decidir si quedarse o no. No se arrepentía de haber tomado esa decisión y agradecía con todo su corazón que Kensei la hubiera contratado. Si los problemas seguían viniendo, los afrontarían juntos.

Se levantó de la cama y sacó la ropa limpia de la mochila. Se puso la ropa interior, el pantalón y, cuando iba a ponerse el jersey, salió Ichigo con una toalla alrededor de la cintura.

—¿Qué te ha dicho Byakuya? —le preguntó éste yendo hacia su mochila.

—Que pasarán unos especialistas para mirar el piso y que no vayamos por ahí hasta que no me llame él —se puso la prenda superior—. También cree que ha podido ser obra de Shinrei.

Ichigo se puso los bóxer limpios y el pantalón.

—Está claro. Espero que no encuentren nada y que esos hombres solo hayan entrado para, yo que sé, hacer fotos al lugar.

Rukia asintió y fue al baño para peinarse.

—¿Entonces que hacemos ahora? No podemos ir allí.

—Podemos pasar por mi casa —entró la cabeza por el jersey—. Así le pregunto a mi padre si puedo quedarme más tiempo contigo y cojo más ropa.

—Vale.

Terminaron de arreglarse, de recojer la ropa que llevaban ayer y salieron de la habitación. Vieron a otra pareja que también salía de su cuarto y esperaron a que viniera el ascensor después de picar al botón. Rukia observó de reojo a la chica y por las facciones del rostro intuyó que tampoco era mayor de edad. A Ichigo no se le notaba tanto pero a aquella chica sí. Supo que habrían hecho lo mismo que ellos para que pudiera pasar, a no ser, pensó la morena, que fuera portadora de un carnet falso.

Entraron en el ascensor y enseguida estuvieron en la planta baja. Ichigo agarró de la mano a Rukia por si tenían que salir corriendo pero los dos resoplaron aliviados de que ya no estuviera la misma recepcionista, sino un hombre. Lo saludaron y salieron a la calle riéndose por lo bajito del poco control que había en aquél lugar. Aunque, era algo que agradecieron.
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El frío de principios de Diciembre asomaba por cualquier lugar del país. El cielo estaba cubierto de una capa de nubes grises y muchos pensaban que pronto nevaría. Los meteorólogos aún no cercioraban nada pero los ancianos que había por el barrio ya lo aseguraban. Lo notaban en los huesos, eso es lo que decían.

Senna salió a la calle para caminar un poco. Hacía varios días que no había podido salir debido a sus mareos pero como éstos habían mitigado un poco, se sintió con valor de salir y que le diera algo el aire. Su madre le propuso de acompañarla pero la joven quiso ir sola. Su padre aún no la hablaba demasiado. En el desayuno le había preguntado como se encontraba, sin embargo después de que ella respondiera con un leve ‘mejor’, el silencio entre ellos los envolvió de nuevo. La única que intentaba entablar conversación era su madre porqué sabía que su marido no iba a pronunciar ni una palabra más. Senna también lo sabía. Su padre ya no era el mismo con ella.

Suspiró mientras caminaba y observó el vaho que se formó con su aliento. Sus pasos la guiaron hacia la calle donde estaba la casa de Ichigo. Se asomó por la esquina y la vio. Pensó que siendo sábado por la mañana aún estaría ahí dentro, quizá desayunando o todavía durmiendo. Sonrió levemente al imaginárselo con el pelo revuelto y enrollado en las sábanas.

Quería verlo y hablar con él. Pero sobretodo, quería ocupar el lugar de la morena. Quería estar donde ella estaba en esos momentos: en sus pensamientos y en su corazón.

Sin embargo, ese ya no era su lugar. Ahora estaba fuera de allí, muy lejos de él. Decían que el tiempo todo lo curaba, pero solo se referían al que vendría. El tiempo del pasado podía llegar a doler como un puñal clavado en las entrañas.

Cuando iba a pasar de largo, escuchó la voz de Ichigo acercarse por la otra calle y se escondió enseguida. Apretó los labios al verlo caminar agarrado a esa bajita. Parecía que llevaban un cartel encima de ellos que ponía 'hemos pasado la noche juntos'.

No pudo verlos más de diez segundos y dio media vuelta. Lo que estaba claro era que el amor no correspondido podía llegar a ser demasiado cruel… como veneno podían ser los celos.

—Tiempo, Senna. Tienes que darte tiempo para olvidarte de él.
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—¿El campeonato es la segunda semana de Diciembre? —preguntó Rukia mirando hacia arriba para ver como éste asentía—. Ya habré acabado el trabajo pero no podré gastarme ese dinero en ir…

—No hace falta que vengas, de verdad.

—Pero yo quiero ir a verte.

Ichigo sonrió.

—Puedes ir con mi familia los días que vayan ellos. Aunque lo más seguro es que vayan solo para la final.

—¿Tienes tan claro que vais a llegar a la final? —preguntó Rukia alzando las cejas y hablando burlona.

—Vamos a ganar enana, que no es lo mismo.

Ichigo abrió la verja metálica que casi siempre dejaban abierta y pasaron dentro. Sacó las llaves de su bolsillo y abrió la puerta principal dejándola pasar primero a ella.

Yuzu e Isshin, que estaban en la cocina, se asomaron al vestíbulo y sonrieron al verlos quitándose los zapatos para pasar dentro.

—¡BIEEEEEEENVENIIIIIIDOS! —exclamó el mayor abalanzándose sobre ellos y abrazándolos fuerte—. ¡HABÉIS VENIDO LOS DOS JUNTITOS A VISITARNOS!

—¡Viejo loco, que nos vas a ahogar! —gritó Ichigo dándole una patada para tirarlo lejos. Los dos empezaron a toser pero Isshin se levantó y corrió hacia su hijo tirándolo al suelo en un placaje.

—¡¿Así saludas a tu padre después de una semana sin verlo?! —preguntó sujetándole los brazos por detrás en la espalda—. ¿Con una patada?

—¿Cómo cojones quieres que te salude? ¡Si no te aparto, nos ahogas! —levantó la pierna e hizo que rodaran poniéndose él encima y agarrándolo de la misma manera—. ¡¿Así tratas a tu indefenso hijo?!

—¡De indefenso nada! ¡AHHHH! ¡QUÉ ME PARTES EL BRAZO!

Rukia los miró con una gota cayendo por la sien y negó con la cabeza.

—¡Que bien que estéis aquí, Rukia-chan! —se volteó hacia Yuzu y se sonrieron—. ¿Habéis desayunado?

La morena se rió avergonzada rascándose la nuca.

—La verdad es que no.

—Pues entra, entra —dijo la pequeña moviendo la mano—. ¡Oni-chan! ¡Ven a desayunar tú también!

—Sí, ahora voy —soltó a su padre y se levantó de encima de él.

Isshin lo miró con el ceño fruncido.

—¿No habéis desayunado? —se incorporó y se sacudió la ropa—. ¿Qué hacéis aquí tan temprano por cierto?

—Bueno… hay unos problemas en su piso y hemos tenido que salir.

—¿Problemas? ¿Goteras o algo así?

—¡Sí! ¡Goteras eso!

Isshin negó con la cabeza.

—Mientes faltal, chaval —alzó los hombros y se dispuso a ir hacia la cocina—. Pero bueno, cosas vuestras. No me meteré.

—Papá, espera —le agarró del hombro para detenerlo.

—¿Qué ocurre?

Ichigo miró hacia otro lado sonrojado y metió las manos en los bolsillos.

—Me gustaría poder quedarme más tiempo viviendo con ella.

El padre cruzó los brazos y le observó con el rostro serio.

—¿No crees que vas muy rápido? Ella será más mayor pero tú solo tienes diecisiete años.

—¿Y que importa eso? —le preguntó conectando la mirada con su padre—. Quiero estar con ella. No estoy faltando a clases ni dejo de estudiar.

—¿Vas enserio con Rukia-chan?

Ichigo esbozó una pequeña sonrisa.

—Digamos que me he dado cuenta de cómo la miraba.

Isshin se quedó en silencio observando los ojos de su primogénito.

—¿Y se lo has dicho a ella?

El joven carraspeó sonrojado de nuevo antes de soltarle la noticia.

—Somos pareja ahora.

—Pues entonces no voy a ser yo el que os niegue estar juntos —dijo con voz seria hasta que sonrió abiertamente y le agarró por el cuello—. ¡AYYY QUE CONTENTO ESTOY! ¡SOIS NOVIOS! ¡SI ES QUE LO SABÍA, SOY EL MEJOR EN NOTAR ESTAS COSAS!

—¡ME VAS A PARTIR EL CUELLO!

Isshin lo soltó y corrió hacia el póster de su mujer.

—¿Has oído eso, Masaki? ¡Rukia-chan es su novia! ¡Pronto nos harán abuelos!

—¡QUE TE CREES TÚ ESO! —gritó Ichigo.

Karin bajó por las escaleras con el pelo revuelto recién levantada.

—¿Se puede saber a que vienen tantos gritos? Como se nota que estás aquí, Ichi. Todo está más en calma cuando no estás.

Ichigo la miró de reojo.

—Yo también me alegro de verte.

Yuzu, que había estado hablando con Rukia mientras desayunaban, se quedó callada al escuchar los gritos de su progenitor. La melliza esbozó una sonrisa encantada en su rostro y observó a la morena con los ojos brillantes. Ésta tenía las mejillas ardiendo.

—¡Kyahhh! ¡Que bien que seáis novios! ¿Cómo fue? ¿Te dijo él que te quería? ¿Fuiste tú primero? ¿Estáis muy enamorados? ¡Cuéntame!

—Pues… —pronunció Rukia sin saber ni por donde empezar con tanta pregunta.

—No te va a contar nada, cotilla —dijo Ichigo que entraba en la cocina seguido de Karin y se sentó al lado de su novia—. Confórmate con los dramas que ves por la tele.

Yuzu hizo un mohín con la boca.

—Joo, Ichi-nii. Yo quiero saberlo.

—Eso es algo entre ellos dos —opinó Karin sentándose al lado de su hermana y sonriéndole a Rukia. Le había caído bien la ahora pareja de Ichigo cuando vino a cenar con ellos hace algunas semanas—. ¿Has visto los últimos partidos?

—No he podido verlos, ¿quién ha ganado?

Isshin se separó de la pared y acarició el póster con una sonrisa nostálgica hacia su mujer escuchando las voces de los jóvenes en la cocina.

—Nuestros hijos se hacen mayores, Masaki —le susurró como si le contara un secreto que solo podía saber ella—. Yo sé que cuidas de ellos.
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Shinrei estaba en su coche de camino al club de golf para tomar algo con sus amigos. No había hablado con ellos desde que se había marchado el día anterior de malas formas. Lo bueno de su relación con aquellos dos nobles es que no tenía que inventarse ninguna excusa sobre lo que le pasó. Lo diría claramente. El capullo de su sobrino había decidido al final jugar en el campo contrario y estaba más que dispuesto a joder sus planes.

Tanto que, estaba seguro, que los hombres que estaba viendo entrar en el piso de Rukia en aquél momento y empezar a registrar cada milímetro, los había contratado él.

Ya le has ido a llorar a tu hermano para que te ayude —pensó mientras se encendía un cigarrillo y abría un poco la ventanilla para que el humo se fuera por ahí.

Contempló apretando la mandíbula como uno de los hombres encontraba la diminuta cámara en la ducha. Tomó otra calada para relajar el cabreo que le estaba entrando cuando otro de los tíos quitó la de la habitación.

Cabrón, esa era mi favorita —tiró todo el humo por la boca pidiendo que no hallaran la última que quedaba en la cocina.

Desde ahí tenía mucha visibilidad de lo que pasaba en el piso e incluso si ella era de las que gritaban sería capaz de escucharlos cuando estuvieran en la cama.

Pasaron unos minutos y los hombres hablaban entre ellos diciéndose que ya no había más. Shinrei sonrió. Escuchó como uno de ellos  les decía antes de marcharse que él se encargaría de llamar al señor Kuchiki.

Sabía que habías sido tú el que los había contratado, Byakuya —se dijo a sí mismo dando otra calada.

El coche entró en el parking y el chófer lo detuvo en su plaza.

—Señor, ya hemos llegado.

—Espera un momento —levantó la mano—. Pronto me va a llamar alguien.

—Sí, señor.

Abrió más la ventanilla y se fumó tranquilamente lo que le quedaba de cigarro. Ponía las manos en el fuego que enseguida que terminara de hablar con aquél hombre, su sobrino lo llama… Su móvil sonó y el nombre de Byakuya apareció en la pantalla. Lo sabía.

—¿Has cambiado de opinión respecto a lo del apellido de Rukia? —le preguntó nada más descolgar.

No, ¿has puesto cámaras en su piso?

—¿Cámaras? ¿Alguien ha puesto cámaras donde vive?

No te hagas el inocente, tío.

—¿Por quien me tomas, Byakuya? Yo no sé nada de esas cámaras.

Pues parece muy de tu estilo.

—Ten cuidado, me estás acusando de algo muy grave. Yo lo que quiero es que Rukia salga de la familia no tenerla vigilada como para poner cámaras.

—No te creo.

—Me da igual que no me creas. ¿Tienes pruebas de que yo las haya puesto? —al notar el silencio por parte del joven supo que la respuesta era no—. Pues como no las tienes no puedes acusarme de nada. Será mejor que vigiles a Rukia porqué está claro que esas cámaras las habrá puesto alguien para tenerla controlada.

Shinrei sonrió encantado. Sabía de sobra que su sobrino no era idiota y que no se estaba creyendo nada de eso. Las cámaras eran del tamaño de un grano de arroz pero sus precios eran bastante elevados. No mucha gente podía permitirse el lujo de comprar semejantes cámaras y menos dos ya que no era conocedor de que quedaba otra en el piso. No obstante, por mucho que lo supiera no podía hacer nada para demostrarlo. No tenía pruebas que lo delataran.

Pues espero que ese alguien no la controle o lo pagará caro.

—Yo también lo espero. En este mundo ya no hay decencia —se rió por dentro—. Bueno, que vaya bien en Corea. Haz bien tu trabajo, abogado Kuchiki.

Escuchó como su sobrino colgó y soltó una carcajada.

Por fin, algo que sale medianamente bien —pensó mirando la tablet y observando el piso vacío—. Voy a tenerte vigilada Rukia… y a ti también Kurosaki. No me gusta el control que estás teniendo sobre ella pero quizá pueda beneficiarme de eso. Al fin y al cabo, una persona enamorada es una persona… con un punto débil.

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CONTINUARÁ…

¡¿En qué está pensando Shinrei?! ¿Ahora ha puesto los ojos en Ichigo? O.O esto se complica cada vez más. Han podido quitar dos de las cámaras pero sigue habiendo una :S ¿Qué pasará con todo eso? Soy la autora pero también me como las uñas xDD

Kaien y Miyako son tan tiernos! Ohhh ^/////^ No sé si se notará pero he querido hacer que se pueda ver la diferencia entre la forma en la que actúan éstos dos en la cama y la de Ichigo y Rukia. Que se notara que los primeros son una pareja de adolescentes de diecisiete años y los otros aunque él tenga esa edad, al estar con Rukia que tiene veinte, las relaciones son como más maduras, no sé si se notará la diferencia :D Espero que sí jjajaja

La familia de Ichigo ya saben que son novios! Yuhuu!! Ya sí que es oficial oficial ehh, incluso Senna empieza a darse cuenta de que se estaba equivocando en pensar que solo estaban de rollo y que era mentira, ¿qué pensáis de todo eso?

¿Y de Byakuya y Hagiwara? jajajaja tema en el que hay mucha controversía xD Unos piensan una cosa y otros otra, está guay que haya debate en esto ^^ Por cierto, Mio es el nombre de Hagiwara :D

Me ha hecho mucha gracia imaginarlos en el LOVE HOSTAL jajajaja El típico hotel del amor que hay por Japón xD Al final se lo han pasado bien y todo ahí :)P

Bueno, nos leemos en los comentarios. Espero que os haya gustado ^^
¡¡Un abrazo y muchos besos!! 
Kiss Kiss <3

19 comentarios:

  1. Maldito hijo de #@#$ es un desgraciado, pero Ichigo a podido joderle el rato, ahora el maldito no contento con mantenerlos espiados, piensa usar al fresa para manipular a Rukia, seria divertido que otra vez le salga el tiro por la culata muajajajaja, cada vez estaría más frustrado.
    Si Kaien y Miyako son un amor hacen una pareja perfecta.
    Intenso lo del hostal yo quede con la duda, como salieron del hostal sin que la recepcionista descubriera a Ichigo????
    Byakuya lo esta e pesando a intentar eso es bueno para el que se enamore nuevamente, se de una nueva oportunidad
    Por fin Senna peso a progresar y ha darse cuenta que ya no tiene oportunidad, ojalá siga progresando.
    Gracias por el capitulo =D estuvo maravillosque tengas linda noche un beso

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    1. ¡Hola Angie! No sé que pensará hacer con Ichigo pero conociéndole nada bueno, estaría bien que se le estropearan todos los planes y que se jodiera bien xD
      Lo del hostal lo he retocado un poquito, la parte de la mañana cuando salen. Antes de publicarlo le estuve dando vueltas y al final no puse nada, pero ahora sí que lo he puesto jeje
      Sí, Byakuya lo está intentando aunque le cueste pero tiene que seguir haciendo su vida :D y Senna también parece que se está dando cuenta de las cosas.
      Me alegro que te haya gustado ^^ Gracias a ti por quitarte un ratito para dejarme un comentario, lo agradezco muchísimo <3
      Muchos besos!

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    2. Ya releí el capítulo me gusto lo que agregaste.
      Gracias a ti por tomarte la molestia a responder nuestros comentarios y también gracias por oír responder a mi pequeña incógnita =D

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  2. Vaya!! rayos porque no encontraron la tercera cámara, que cólera! la verdad que si se noto la diferencia entre la pareja de Kien y la de ichigo y rukia, creo que de cierta forma tienes razón! Con respecto a Byakuya, creo que él también merece ser feliz! no solo aquí sino también en el manga! Es que es tan lindo!! ( no se porque me atraen los hombres serios) bueno en fin, me encantó. Espero con ansias la actualización! Cuídate!

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    1. Ya, la tercera al final no la encontraron, pero por lo menos la de la cama y la ducha sí, fiuu, que asco el tío ese! Sí, Byakuya se merece ser feliz :D Lo que tienen los hombres serios son como ese velo de misterio que atrae no? Como que no sabes lo que piensan y sientes curiosidad jejeje
      Me alegro que te haya gustado y me hayas dejado un comentario <3
      Cuídate, besitos!

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  3. Me encantoooo, lo sexual nunca falta y me gusta..... No pienses mal estubo Muy calentitos los panchos más vale que el sobrino se valla a llorar a la Iglesia y que dejé de molestar al la linda pareja y te soy sincera me gustaría que rukia volviera a bailar que y que ichigo se ponga como celoso por lo de ellos ahora no es sólo reuniones en la cama, hay amor y para que el amor se fortalezca hay peleas en medio(obvio las menos posibles pero no todo es color de Rosa?) Bueno a lo que iba el se pone celoso y no quiere que otros ombres la veas de esa forma más que sólo el.
    Es una opinión y me gusta la idea de que biakuya busque a una persona para que este a su lado después de la muerte de su esposa me encanta striptease espero que siga así que dure a mi me gustan los fanfic largos como este ♡♡ ♡♡ ya también se hagan nuevos y por cieto este es mi primer comentario y espero que te guste y sirva.

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    1. ¡Hola! Me alegro mucho que te hayas animado a comentarme, me hace muy feliz :D Encantada de conocerte <3 Por cierto, me gusta tu nombre y la foto, Naruto siempre será uno de mis mangas favoritos, me dio mucha pena que se acabara.

      A mí también me gusta poner cositas sexuales jiji soy una pervertida lo sé xD Es muy buena idea esa que dices pero te voy a contar una cosita y vas a ser creo que la primera en saberlo y es que yo ya tengo pensado toda la trama general hasta el final, no todos los detalles obvio pero si lo más importante y te aseguro que va a ser largo xD Vamos a tener fic de Striptease para rato jajaja
      Y otras cositas que irán saliendo nuevas :D

      Espero poder leerte por aquí más a menudo <3
      Cuídate, besitos!

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  4. Hola
    Dichoso Shinrei siempre haciendo de las suyas, haber que tendra planeado con Ichigo, me muero de ganas por saberlo, y espero que no meta a su familia en esto.
    Creo que una de las partes que más me ha gustado del capítulo ha sido cuando Isshin le decía al poster de Masaki que sus hijos estaban creciendo, era tan bonito asdjalkdjf si eske me encanta cuando Isshin se pone así.
    Y Kaien y Miyako son tan ajsdklfjadfjalj si esque me encantan estos dos.
    Y Senna por fin se da cuenta de las cosas
    Y lo del Hostal me encanto, aunque yo creía que iba a coger las esposas ajajajajaj
    Y que me falta?? A si mi queridisimo Byakuya y la secretaria... nose, sigue sin gustarme jajajajaj
    Aaa por fin tengo casi terminado mi amv (después tengo que editarlo y reeditarlo) y por fin ya tengo una idea para el reto, ya estuve escribiendolo ayer y ya tiene 1000 palabras, espero que llegue a las 3000 o por ahí
    Nos leemos!!
    pd. no me va el avisame :(

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    1. Hola Kai! Me he peleado un montón con ese botón de avísame pero no consigo arreglarlo. En algunas entradas funciona pero en otras no. Ya no sé que más hacer :(

      A mí también me encanta cuando Isshin se pone así, es un amor y quiere mucho a su familia :D Lo de las esposas también hubiera estado bien jajajaja
      Ohhh que chulo, ya tengo ganas de ver tu AMV jiji que harás? lo subirás a Youtube? Luego yo lo pongo aquí también vale? ^^
      Eres la primera que me cuenta algo de como lleva lo del reto xD Espero que los demás que me dijeron que harían algo no se retiren jajaja Estoy muy contenta de que lo estés haciendo jijiji ya tengo ganas de leerlo también :D
      Nos leemos! Besos! <3

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    2. tenía pensado subirlo a youtube, y cuando por fin lo haga me pondre con el que te comente jajajajaj
      Pues si, por fin tengo algo, aunque no se si sera lo que la gente se espera ajajjajaj ya lo tengo todo pensado, solo me falta un detallito y terminar de escribirlo

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  5. ASD-kasdñalksdñalksdñasld me encanto!!! Miyako y Kaien!! *//* mi vido jajaja alsdlasd >///< Maldito Shinrei si le tocas un solo cabesho naranja a mi Ichigo o a sus lindas hermanas te mato!! >:X a su papá realmente no importa ya que él se puede defender solito pero a ellos no >:X jajaja ok no jaja Yuzu esta loca *aunque si estuviera en su lugar también haría ese tipo de preguntas jajaja Keigo es un idiota jajajaja lo amo <3 me cuesta trabajo asimilar que Nii-sama esta con Mio QnQ me gustó la escena pero asñdlkasd >n< Nii-sama es del pueblo owo)/ jajaja Senna me da penita u.u pero me alegro que de ya se este dando cuenta que Ichigo no la ama, que salga adelante, eso si me gusta :3 la hace menos odiable :B Rukia es una pervertida ¬3¬ e Ichigo no se queda atrás jajaja realmente me gusto mucho esa escena X//D DIOS!! Me puse roja con solo leerlo jajaja X//DD me encanto :3
    Espero leer el próximo capítulo pronto *//* cada vez se pone mejor!! >3< maldito Shinrei deberían matarlo :v
    jajajaja nos leemos~ :3
    Cuídate~ C:
    Bye-bye :B

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    1. jajajajaja yo también entiendo a Yuzu porqué haría exactamente lo mismo preguntar de todo xDD Nii-sama es del pueblo jajajaja que buena esa frase!
      Los dos son unos pervertidos, Ichigo y Rukia ^/////^ Qué iban a hacer en un Love Hostal? Pues darse muuuchoo amooor! jajajaja
      Shinrei también debería de ser del pueblo para que pudiéramos acabar con él xDD
      Nos leemos Majo <3
      Besos!

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  6. Otro capitulo muy bueno :)
    Ayyy otra vez ese tio perversote querioendo hacer de las suyas jajaja al final ni con camaras pudo ver algo, lo malo es que se quedo con un "premio de consolación " espero que como la caara esta en la cosina se manche la lente de salsa o de alguna cosa, a ver que hace el tio.
    Ayyy byakuya y su secretaria me dan tanta ternura >///< como que si quiere, como que mejor no jajaja ya mejor para no regarla la dejan en buenas noches y cada quien para su cuarto jajaja espero que alguno se decida a dar el siguiete paso, como sea esto fue algo así como una primera cita, no?
    Uyy y cuando entran al love hotel, jaja me dio mucha risa imaginarme a ichigo metiéndose a escondidas y luego la frase de "a donde me traes?" Jajaja fue muy chistoso.

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    1. Hola Aimee! Estaría bien que se le manchara la cámara y no pudiera ver nada pero seguiría oyendo, ayy a ver que pasará con todo eso :S
      Sí jeje Byakuya y Hagiwara están en ese tira y afloja pero parece que están muy bien juntos :D Una primera cita, sí ^^ aunque ellos no lo hayan llamado así, se ha notado que había feeling entre ellos no? ^////^
      jajajaja me alegro que te haya gustado el capítulo!
      Nos leemos!
      Besos <3

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  7. OMG no puedo con tantooo xD ESTA MUY GENIIAAAL cada vez mas intrigante jeje Si se nota la diferencia entre Kaien y Miyago y por Ichigo y Rukia, no se como ponerlo en palabra pero creo que es porque Kaien y miyako tienen historia y es como muy tierno, Ichigo y Rukia su relacion es mas intensa y apasionada obviamente ambas parejas con mucho amor, pero si se nota la diferencia y me encanta *-* No puedo con ese sadico de Shinrei x-x Y Byakuya con Mio, son tan kuchis :3 jejeje Ya quiero el siguiente :3 nos leemos

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    1. Me alegro que se note la diferencia entre las dos parejas, es justo como dices :D Ese Shinrei está fatal de la cabeza y a ver que tal avanzan Byakuya y Mio jijiji
      Nos leemos guapa! besos <3

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  8. Vaya vaya.
    No sé si es porque he estado viendo tanto romanticismo (cofcofdoramascofcof) e inocencia (cofcofdoramasysusbesoscadaeternidadcofcof), que este capítulo me ha parecido muy salvaje (¡No es una crítica, para nada!)
    Jajajaja.
    Uuuy, me da alegría, saber que encontraron las cámaras, pero me da rabia que no encontraron una, ¡algo pasará con esa cámara! Yo que Byakuya, les daba la mitad de la paga a esos que fueron a buscar, como dijo Shinrei xD Nonono, son profesionales y se dejan ese detalle, nononono.
    Parece que todo se está arreglando y va con calma todo C:
    Pero... ¡no me fío! es esto lo que suelen decir de la calma antes de la tormenta, no sé. Yo estoy en guardia, esperando el momento trágico para que me duela menos de lo que debería. jaja
    No sé cómo funciona aún eso del capítulo para los suscritos (¡Porque no me llega nada!) así que parece que hasta que se arregle, esperaré lo mismo que todos los demás no suscritos (aunque eso no cambia mucho, ya que me puedo ver el blog cada 100 años)
    (¿Estoy usando muchos paréntesis?) (Nah, no lo creo, nunca son suficientes, como el consomé de pollo)
    Jajaja, ya me callo.

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    1. Me alegro que te haya parecido salvaje jajaja Con los doramas ya se sabe, nada de nada o besos sin movimiento xD
      Pues sí! Debería pagarles la mitad por olvidarse de esa jajaja
      Eso del capítulo para los suscritos lo hice solo para el anterior capítulo ^^ pero como tampoco quiero que algunos se enfaden ni nada de eso (yo no obligo a nadie a suscribirse) pues lo publiqué al día siguiente y no volveré a hacerlo :D El nuevo capítulo lo tendréis en el blog todos a la vez :)
      jajaja (nunca son suficientes ^^)
      Nos leemos Leslie-chan! <3

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  9. Este tipo ashhh -.- se ve q no tiene nada q hacer ... me da rabia q siga queriendo meterse con Rukia ( Ichigo tiene q caerle a golpes xD) . Y es bueno q Byakuya se le haya enfretado , defendiendola *--*. jajajaj Yuzu es una loquilla xD jajajajaj y Ichigo con su comentario de los doramas jajaja mori xD . Un abrazo by: Jenni

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