STRIPTEASE Capítulo 25: Amenaza

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STRIPTEASE
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CAPÍTULO 25
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AMENAZA
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Rukia acabó de colocar su ropa en el armario sin darse cuenta de que había estado todo el tiempo sonriendo mientras lo hacía. Se sentía ilusionada de volver a estar bien. No le gustaba que a la semana que viene Ichigo se fuera a Tokio para el campeonato, pero como le había pedido él, iban a disfrutar juntos de esta semana que empezaba mañana.

Cerró el armario pensando que tenía que volver al piso a por toda la demás ropa que se había dejado allí. Al pensar eso, arrugó la frente y miró el despertador que tenía Ichigo en la mesita.

Sí que tardas… —se acercó a la ventana y vio que estaba dejando de llover. Esbozó una pequeña sonrisa—. ¿Con que ibas a venir antes de que acabáramos de desayunar eh?

Salió del cuarto y bajó las escaleras. Observó que Isshin estaba sentado en la mesa del salón con un montón de papeles desperdigados enfrente de él y supo enseguida que eran facturas. Sintió empatía al ver como se rascaba la cabeza y fruncía el ceño. No debía de ser fácil mantener una casa y a tres hijos solo con el sueldo que ganaría con esa clínica pequeña que tenían.

 Al escuchar la voz de Karin gritar, se acercó al sofá donde ella y su hermana estaban viendo la televisión.

—¡Quita esto! ¡Yo quiero ver los deportes!

—¡No, yo quiero ver a Don Kanonji!

—Ese ya no está de moda, ahora hay otro médium más famoso.

—¿De que habláis? —preguntó Rukia sentándose en el sofá junto a ellas.

Karin giró la cabeza hacia ella.

—Dime por favor que a ti no te gusta este tipo de programas.

—La verdad es que no veo mucho la tele.

—Mejor que no la veas, porqué para ver a este tío raro.

Yuzu se enfadó.

—¡Que no es raro! ¡Es el mejor!

—Que sí, que sí, lo que tú digas —balbuceó Karin.

Rukia se rió por lo bajito antes de que sonara el timbre de la casa. A Yuzu se le esfumó el enfado.

—Seguro que es Oni-chan —se levantó del sofá y apuntó a Karin con el dedo—. Ya verás como a él también le gusta Don Kanonji.

—¡Ichi no picaría, lleva llave! —la vio correr hacia la puerta.

La ex bailarina asintió y echó una ojeada a su móvil, preguntándose porqué tardaba tanto. Quería ir con él al piso para no tener que ir sola.

—¡ONI-CHAN! —se escuchó por toda la casa el grito asustado de la pequeña.

Isshin se levantó enseguida de la silla y corrió hacia la puerta, al igual que las otras dos. Al llegar, todos abrieron los ojos y la boca impactados y horrorizados. Dos hombres cargaban a un Ichigo inconsciente, con toda la ropa empapada y sucia, con la cara y las manos llenas de sangre.

Su padre y Rukia se acercaron de inmediato con el miedo tatuado en el rostro. Karin apretó los dientes y pasando unos brazos por encima de los hombros de su hermana le dio media vuelta y la alejó de ahí, llevándosela a la cocina. Era muy impactante ver a su hermano de esa manera y no quería que Yuzu, que había empezado a llorar, siguiera viéndolo. Incluso a ella, se le hacía difícil mirarlo.

Su hermano se había metido en peleas pero jamás había acabado tan ensangrentado como esta vez. ¿Qué había pasado?

—¡Ichigo! —gritó su padre agarrándole la cara para que reaccionara—. ¡Despierta hijo!—. Miró a los dos hombres que reconoció enseguida como dos vecinos que vivían cerca—. ¿Qué ha pasado? ¿Quién le ha hecho esto?

—No lo sabemos, Kurosaki-san —habló uno de ellos también asustado—. Lo hemos encontrado en el callejón de al lado de mi casa tirado en el suelo. Al acercarnos nos hemos dado cuenta de que era su hijo, doctor, y lo hemos traído directamente.

Rukia lo escuchó con el cuerpo temblando y la cara descompuesta. Era muy doloroso mantener la mirada en Ichigo, con el líquido rojo oscuro de la sangre manchando su cabello naranja y goteando por su piel, sin que acudiera a ella imágenes de su hermana llena de sangre tirada en el cristal roto del coche, sin vida.

Ni siquiera pudo hacer nada cuando Isshin ayudaba a los hombres para que cruzaran el salón y pudieran entrar por la puerta que comunicaba con la clínica. Ella los seguía,  observando como las gotas caían en el suelo dejando un camino, hasta que lo depositaron en una de las camas vacías.

Veía como los tres hombres hablaban pero ella seguía paralizada.

"Cuando la ambulancia llegó, ya no pudieron hacer nada. Murió en el acto"

—Reacciona, Rukia —se dijo a si misma cerrando los ojos—. Eso forma parte del pasado. Ichigo es tu presente. Reacciona. ¡YA!

Los abrió y parpadeó varias veces seguidas. Apretó los puños obligándose a olvidar esa imagen y regresar a lo que tenía que hacer. Ayudar a Ichigo. Observó que en la habitación había un lavabo. Agarró un recipiente y un trapo blanco y lo llenó de agua.

—Nosotros vamos a llamar a la policía, ahora volvemos —avisó el otro hombre.

—De acuerdo, gracias —dijo Isshin mientras con una tijera cortaba la sudadera que llevaba su hijo.

Los dos hombres se marcharon y Rukia se acercó para empezar a limpiarle la cara con cuidado. Cuando el mayor pudo abrirle la sudadera y mirar el torso de su hijo, se llevó una mano a la boca al ver los moratones que tenía por todos lados. La morena también se asustó.

—Dios mío…

Isshin acercó sus manos para palparle con cuidado por los hombros, los brazos y el pecho.

—No tiene ningún hueso roto, menos mal —se acercó a las costillas—. También están bien. Por lo menos sabemos que no tiene ningún pulmón perforado.

Los dos suspiraron.

—Lo que sí que tiene es fiebre —dijo Rukia poniendo una mano en la frente—. Está ardiendo.

—Sí, lo he notado enseguida. Si dicen que lo han encontrado tirado en el suelo, habrá estado debajo de la lluvia todo el tiempo. Está empapado y la temperatura es muy baja ahí fuera —explicó Isshin intentando mantener la calma. Él era médico y aunque el paciente era su hijo debía mantener la cabeza fría—. Lo primero que vamos a hacer es quitarle la ropa mojada. Ayúdame.

—Sí.

Isshin levantó la parte de arriba de su cuerpo para que Rukia pudiera quitarle lo que quedaba de la sudadera rota y apartar la sábana sucia. Lo dejó en la cama y le puso encima la bata típica que se abría por la espalda encima mientras la morena le quitaba los zapatos, le bajaba  los pantalones de chándal junto al bóxer y lo que quedaba de la sábana que se había llenado del barro de la ropa. Lo taparon con la bata y antes de que Rukia le pusiera otra sábana limpia por encima, su padre aprovechó para mirarle algunos moratones que tenía en las piernas. No eran tan graves como los del torso pero seguramente, pensó, le dolerían cuando se despertara.

Rápidamente, se puso unos guantes, limpió con alcohol una zona del antebrazo y le colocó una vía. Le inyectó un medicamento para que se le bajara la fiebre seguido de una bolsa de suero que colocó en la parte de arriba de la cama. Rukia le limpió las manos, acariciándole los nudillos que tenía abiertos de los golpes que él mismo había dado, cuando los dos hombres regresaron.

—Ya hemos llamado a la policía. En breve, vendrán para verlo y tomarnos declaración.

Isshin después de auscultarle el pecho se acercó a ellos para hacerles una reverencia.

—Muchas gracias por encontrarlo y traerlo aquí —se incorporó y los miró agradecido—. Si hubiera seguido en la calle con la fiebre que tiene, ahora estaría mucho peor.

—No nos des las gracias, doctor. Lo importante es que su hijo se recupere y puedan encontrar a los malnacidos que le han hecho esto.

Kurosaki asintió repetidamente apretando la mandíbula y mirando a su hijo que seguía sin despertar.

Rukia agachó la mirada sintiendo su corazón retumbar en la garganta. Ella ya podía hacerse una idea de quien había sido. Shinrei, el que había colocado unas cámaras en su piso ahora se había atrevido a ir directamente hacia él. No podía dudar de eso. ¿Quién sino le iba a hacer algo así a Ichigo?

Repentinamente, tuvo ganas de vomitar al cruzarle el pensamiento de que no había sido Shinrei quien le había hecho sino ella misma por haber aceptado venirse a su casa poniéndole en peligro.

Los dos hombres se sentaron en unas sillas que había en el pasillo mientras Isshin empezó a limpiar con alcohol las heridas del rostro y darle algunos puntos para cerrar unos cortes en las cejas. Al acabar empapó otro algodones en alcohol y le siguió curando las heridas de las manos que Rukia había limpiado de suciedad. Notó que la chica estaba muy callada y la miró de reojo.

Había acabado de limpiar la otra mano y ahora ya solo se veían las marcas rojizas de los nudillos. Distraídamente, le acariciaba la mano con los pulgares sintiendo como las ganas de llorar la abrumaban.

—Sé que es difícil ver a la persona que quieres de esta manera —le dijo observando como ella no levantaba la cabeza—. No te preocupes, se pondrá bien. Ichigo es muy fuerte. Ha salido a mi. Pillaremos a quienes le han hecho esto y lo pagarán.

Rukia dejó la mano en la cama pegada a su cuerpo.

—Sí —susurró. Se agachó para recoger la ropa y la colocó encima de una mesa metálica—. Dejo esto aquí. Podrían tener sangre de los asaltantes y ser una prueba para la policía.

El mayor se sorprendió de que hubiera pensado en eso. Él no había caído. La oyó susurrar un ‘ahora vuelvo’ antes de que saliera por la puerta sin darle tiempo a decir nada. Dirigió la mirada hacia su hijo que tenía la piel algo sonrojada por la fiebre y respiraba por la boca.
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Byakuya acabó de peinarse y de vestirse en el baño de la habitación del hotel. Como era domingo podía aprovechar para vestirse más informal. Un suéter gris sin ningún estampado y unos pantalones negros con bolsillos. Estaba acostumbrado a llevar trajes todos los días pero no le desagradaba cambiar de vez en cuando. El buen humor con el que se había despertado esa mañana ayudaba bastante.

Él no era de los que saltaban de alegría o de los que se ponían música para bailar y cantar mientras se duchaban. Sin embargo, una especie de felicidad había inundado su cuerpo nada más despertarse y ser consciente de cómo habían acabado Hagiwara y él antes de que cada uno se fuera a su habitación.

No hubo ningún beso pero el abrazo largo que se habían dado después de que ella hubiera aceptado a esperar el tiempo que él necesitara para poder empezar otra relación, le había hecho muy feliz. Aunque no se le notara a simple vista.

Alguien llamó a su puerta y salió del baño para abrir. Era uno de los trabajadores del hotel que le subía el desayuno a la habitación con un carrito. Dejó que lo entrara dentro y le entregó una propina antes de que se marchara.

Levantó la tapa de metal brillante y vio dos tazas para el café, dos vasos con zumo y dos platos con tortitas y frutas variadas. Esbozó una pequeña sonrisa y con el teléfono del hotel llamó a la habitación de Mío para avisar de que ya habían traído el desayuno.

Llevó el carrito a la mesa redonda y escuchó como después de unos pocos minutos abrían la puerta.

—Buenos días, señor —saludó la mujer nada más entrar.

Byakuya volteó la cabeza hacia ella. También iba vestida más informal dejando de lado los traje chaqueta que solía vestir para trabajar. Llevaba un jersey de punto rosa pastel y unos vaqueros pitillos. Estaba guapísima.

—Buenos días —la observó acercarse a la mesa donde estaba él—. Cuando estemos solos puede llamarme por mi nombre.

Hagiwara sonrió.

—Lo haré si deja de hablarme de usted.

Byakuya también sonrió, más levemente que ella y le apartó una silla con educación.

—Lo intentaré.

Ella le hizo un movimiento con la cabeza para agradecerle el gesto mientras se sentaba y él se colocó a su lado. Le contemplaba, mientras servía los cafés y le acercaba uno de los platos, para ver si se sentía incómodo con su presencia después de lo que habían hablado por la noche. Sin embargo, agradeció y se sintió contenta de que no sentía nada de eso. Él se movía tranquilo e incluso quería que empezaran a tener más confianza con el otro y dejar de llamarse como llevaban haciéndolo desde que se conocieron. Era un gran paso.

—Byakuya —le sonó extraño llamarle así pero que él la mirara con unos ojos serenos, la tranquilizó—. Lo que hablamos anoche… ¿sigue en pie?

—Claro —respondió sincero—. Me gustaría intentarlo con us… contigo. Sería más idóneo que fuera yo quien te preguntara a ti. No quiero que te sientas obligada a esperar por mi ni nada por el estilo. Estoy seguro de que pretendientes no te faltaran.

Hagiwara sonrió tímida y algo sonrojada por el elogio. Puso las manos alrededor de la taza de café para poder calentárselas.

—No me siento obligada. A mí también me gustaría intentarlo y por eso te dije que esperaría por ti —se rió bajito—. Me parece raro no hablarte de usted.

Byakuya dio un sorbo al zumo de naranja antes de asentir.

—A mí también —volteó el rostro hacia ella, que también lo miraba—. Supongo que poco a poco se convertirá en algo normal.

—Supongo que sí —dijo Mío sonriéndole. Se quedaron mirándose en silencio a los ojos y ella notaba como el calor que sentía en las mejillas bajaba lentamente por su cuerpo. Soltó una carcajada nerviosa—. ¿Qué me miras tanto?

—Que estás mucho más guapa sin maquillaje —contestó Byakuya sin dejar de mirarla, notando como la mano que tenía más cerca de ella deseaba apartarle el cabello del cuello y rozarle la piel.

La mujer respiró hondo sintiendo como ese calor se instalaba dentro de su pecho y un leve estremecimiento seguía bajando. Como deseaba que la besara ahora mismo. No obstante, sabía que debían ir poco a poco como había dicho él, aunque fuera difícil.

El ruido del móvil de Byakuya cortó el ambiente íntimo que se había creado entre ellos.

—Disculpa —dijo el abogado levantándose y caminando hacia la mesita al lado de la cama donde había dejado el aparato. Arrugó la frente al ver que era Rukia—. Ahora vuelvo, Mío.

—No te preocupes —alzó un poco la voz para que la escuchara mientras él se metía en el baño para hablar.

Dejó salir un suspiro para calmarse y empezó a comer preguntándose si hubieran llegado a besarse si esa persona que le había llamado no hubiera interrumpido.
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—¿Qué ocurre, Rukia? ¿Sigues en tu piso? —preguntó Byakuya nada más cerrar la puerta del baño. Frunció el ceño cuando escuchó unos sollozos a través del auricular—. ¿Rukia? ¿Estás llorando? ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien?

—Yo sí… —susurró la morena después de otro sollozo.

—Me estás preocupando. ¿Qué ha ocurrido?

Es Ichigo… —hizo una breve pausa lo que pensó que se estaría limpiando las lágrimas—. Le han dado una paliza.

Byakuya apretó la mandíbula y se pasó la mano libre por el rostro apoyándose de espaldas a la puerta de madera.

—¿Quiénes?

No lo sé… pero estoy segura de que tu tío tiene algo que ver —suspiró—. Como lo odio.

—¿Por qué lo piensas? —preguntó metiéndose esa mano libre en el bolsillo y cerrándola fuerte en un puño. Si había sido su tío, ya estaba sobrepasándose. Ya no solo iba a por ella, estaba metiendo al chico que ahora era su pareja. Al que sí podía tocar.

Porqué ayer mismo me mudé a su casa. No aguanté quedarme allí y me ofreció que me viniera aquí —él asintió sabiendo que Kurosaki había hecho bien—. No creo en las casualidades, Nii-sama.

—Yo tampoco. ¿Cómo está él? ¿Dónde le han pegado?

Está con fiebre, con moratones por todo el torso, en las piernas y heridas en la cara y en las manos —se volvió a escuchar que volvía a llorar y balbuceó—. Le han encontrado unos vecinos tirado en el suelo. Ha sido esta mañana. Acaba de marcharse la policía de hablar con esos hombres y de ver en el estado en el que está Ichigo. Cuando lo han traído estaba lleno de sangre, Nii-sama.

—Rukia, tranquilízate.

Yo no quería que le pasara nada —lloró más fuerte—. Es por mi culpa. No tendría que haber aceptado venir aquí.

—No es tu culpa, ¿me oyes? Tú no has hecho nada malo —le habló firme—. Voy a llamar ahora mismo a Shinrei a ver que me dice de todo esto.

Dame su número —alzó la voz enfadada—. Quiero hablar directamente con él.

—No.

¡Sí! —exclamó—. ¡No quiero que se vuelva a acercar a Ichigo nunca más! Que no vuelva a atreverse a tocarle ni un solo pelo. ¡Quiero hablar con él!

—Estás muy alterada, Rukia. No voy a dejarte hablar con él.

Sé donde vive, Nii-sama.

—¡Ni se te ocurra! —se separó de la puerta con el ceño más fruncido—. Te prohíbo rotundamente que vayas a su casa. Quédate en casa de los Kurosaki, yo llamaré a Shinrei.

Hubo una pausa en la que solo la escuchaba resoplar y sollozar. Entendía que estuviera enfadada y con ganas de decirle cuatro cosas a su tío pero no iba a dejarla que hablara con él y menos que fuera a su casa.

Dile que no se atreva a volver a acercarse a él. ¡Que si quiere algo de mí, que venga a mí! Pero que a Ichigo lo deje al margen. Díselo, por favor.

Byakuya respiró hondo. No iba a decirle lo de que si quería algo que fuera a ella. Lo sentía por ese chico pero para él, Rukia era mucho más importante.

—Luego te llamo. Si la policia encuentra cualquier prueba me lo dices, ¿de acuerdo?

—susurró.

—Hasta luego —colgó y salió del baño para hablar con Mío—. Disculpa que te deje sola tanto rato. Tengo que hacer otra llamada.

La mujer sonrió y movió la mano para restarle importancia.

—No pasa nada. Estoy segura de que es por tu familia, ¿verdad?

Byakuya asintió con pesar.

—Sí, todos son problemas —la miró a los ojos—. No era esta mi idea de un desayuno juntos.

—La mía tampoco, pero habrá más.  Podemos no contar esto como la primera vez y desayunar juntos otro día. ¿Qué te parece?

El abogado esbozó una pequeña sonrisa ladeada.

—Me parece bien. Voy a hacer esa llamada y luego podemos hacer algo de turismo por la capital.

—De acuerdo.

Byakuya dio media vuelta y volvió a meterse en el baño. Buscó el número de móvil de su tío en la agenda y marcó. Había mantenido el enfado a raya delante de Mío pero del bienestar que había sentido al despertar ya no había ni rastro.
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Yoshino se asomó por la puerta de la cocina para ver que no venía nadie mientras hablaba por su móvil.

—No, ahora no vengas —susurró a la persona que estaba en la otra línia—. Mi marido aún está en casa. Yo te avisaré cuando se vaya —esbozó una sonrisa pícara al escuchar lo que le decían—. Podrás hacerme lo que quieras mientras me traigas lo que te he pedido. Esta mañana me he tomado lo último que tenía —sacó una pequeña bolsita de plástico vacía de su bolsillo—. Cinco gramos, sí. Es suficiente para mí —observó que se acercaba una de las criadas y se metió la bolsita de nuevo en el bolsillo—. Te llamo luego.

Colgó sin esperar que la otra persona se despidiera y salió de la cocina con el cuello estirado, la mirada altiva y el rostro serio. La criada cuando pasó por su lado le hizo una reverencia. Yoshino ni la miró y siguió caminando.

Cuando estaba a punto de subir las escaleras escuchó el tono de llamada del móvil de su marido, que se lo había dejado en el salón. Se acercó y vio que salía el nombre de su sobrino Byakuya. Sabiendo que Shinrei iba a tardar en volver, lo descolgó ella misma.

—Hola sobrino.

Hola —dijo sorprendido al escuchar la voz de la mujer—. ¿Está mi tío?

—Está en el gimnasio, en su sesión de sauna —se sentó en el sofá y cruzó una pierna por encima de la otra—. No puede ponerse pero quizá yo pueda ayudarte.

No, gracias. Es algo que tengo que hablar con él personalmente.

Ella se quedó callada unos segundos.

—¿Tiene que ver con Rukia? —preguntó sabiendo que no había casi nada más que él tuviera que hablar con su marido—. No he podido conversar antes contigo pero tengo que decirte que haces mal en querer que siga en la familia. Todos estamos en contra. Eso no es muy bueno para ti.

Me da igual, tía. No voy a dejar que Rukia se quite el apellido Kuchiki.

—¿Por qué es tan importante que lo mantenga y ponerte a tu familia en contra? —cuestionó arrugando la frente—. Sé que es la hermana de la que fue tu esposa, ¿pero no crees que ya es hora de afrontar la verdad? Rukia no pertenece a esta familia ni lo ha pertenecido nunca. Es una Ukitake y así debería volver a llamarse.

Porqué así puedo protegerla mejor —respondió sincero y sin dudar.

Yoshino abrió los ojos sorprendida por esa respuesta.

—¿Protegerla? ¿De quién? ¿De nosotros?

Ya sabe de quien debo protegerla.

A la mujer, como un flash, le vino a la cabeza algunas palabras que le había dicho su marido.

—Sí —asintió—. La chica es su tipo.

—Lo sé y han pasado una serie de cosas que me hacen reiterarme más en mi decisión.

—¿Qué cosas? —preguntó frunciendo el ceño.

No puedo decírtelas, tía porque no tengo pruebas. Más tarde lo llamaré.

—De acuerdo —le dijo sin estar muy convencida—. Voy a borrar esta llamada, si le llamas de nuevo no digas que ya le habías llamado antes.

Vale. Adiós.

—Adiós —colgó, borró la llamada y dejó el móvil en su sitio.

Se quedó pensando en lo que le había dicho su sobrino. Habían pasado una serie de cosas pero no tenía pruebas. Arrugó más la frente al recordar aquella vez que había entrado en el despacho de su marido sin avisar y se había encontrado con él y sus dos amigos mirando a la pantalla del ordenador. Enseguida que la vieron, Shinrei la giró.

No le había dado importancia, pero ahí había importante y se lo estaba ocultando. La primera vez pensó que sería pornografía pero ahora ya no lo tenía tan claro.

Se levantó del sofá y con paso rápido se dirigió al despacho de su marido. Echó un vistazo al reloj de pulsera y supo que le quedaba poco rato para que él acabara y saliera de allí. Tenía que darse prisa.

Cerró al pasar dentro y fue directa al ordenador. Lo encendió y empezó a revisar las carpetas.

A ver… si estaba mirando algo con esos dos impresentables tiene que ser alguna imagen —apretó en la carpeta de las fotografías estando atenta en todo momento al ruido del pasillo. Notaba su corazón latiendo con fuerza—. Aquí no hay nada. Tiene que estar en otro lado —siguió revisando casi todas las carpetas hasta que dos fotografías en una en donde solo había documentos llamaron su atención—. ¿Qué es esto? —las abrió y se quedó parada.

Sus ojos y su boca se abrieron estupefacta. En las dos fotografías salían Rukia y su novio de pelo naranja que vino a la cena, de espaldas mientras la besaba por el cuello y por los pechos que aparecían desnudos. Una de las manos del chico la tocaba en la entrepierna. La morena tenía los ojos cerrados disfrutando de las caricias.

¿La estás espiando y le haces fotos? —sabía que tenía a alguien detrás de ella para saber que hacía y donde iba. Así habían sabido que estaban en aquel restaurante, pero ella pensaba que era para saber si hablaba o se veía con Byakuya, no para lo que estaba viendo ahora mismo con sus ojos—. Ella sigue siendo una Kuchiki… ¿Qué coño estás haciendo gilipollas? Es de la familia…

Asqueada apretó las dos imágenes y quiso enviárselas a su email. Al abrirlo salió el de él, ya que no lo había cerrado. Resopló y observó la puerta. No se escuchaba nada. Se le iba a salir el corazón por la boca. Tenía razón Byakuya en desconfiar de su tío. Si estaba haciendo eso mientras aún era una Kuchiki ¿Qué no haría si dejaba de serlo?

Se fijó que había un mensaje nuevo que no había leído. No lo abrió y se lo envió a su correo directamente desde el de él junto a las dos fotografías. La voz de su marido sonó en el salón hablando con una criada.

Rápido, rápido —se apresuró a envíarselo y a borrar el mensaje de la bandeja de salida—. Corre, vamos —escuchó unos pasos que entraron en el pasillo y a su marido silbar. Cerró las ventanas que tenía abiertas y apagó el ordenador. Se levantó del asiento observando que aún seguía apagándose.

Shinrei, con un albonoz blanco y una toalla en sus hombros, agarró el pomo de la puerta para abrir pero un criado lo detuvo.

—Señor, ¿quiere que le prepare un zumo de frutas?

—Sí, estaría bien. Me vendrá estupendo hidratarme.

—Ahora mismo se lo preparo, señor —hizo una reverencia y se marchó por donde había venido.

El mayor abrió la puerta de su despacho y se paró en el marco al ver a su mujer leyendo un libro de los que tenía en la estantería.

—¿Qué haces aquí?

—Pues eligiendo un libro para leer —le respondió con voz tranquila aunque por dentro estuviera con los nervios a flor de piel—. No son de adorno, querido —volteó y caminó hacia él con el libro en la mano—. ¿Ha ido bien la sauna?

Shinrei la miró de arriba a abajo desconfiado y extrañado de encontrársela ahí, con la puerta cerrada.

—Por supuesto.

Ella le sonrió cínica y se marchó. Él la observó caminar antes de cerrar la puerta tras él. Fue a su ordenador y vio que estaba apagado. Respiró hondo sentándose en el sillón y apretando el botón para encenderlo. Enseguida abrió el correo maldiciendo internamente habérselo dejado abierto y se puso a revisarlo a ver si su mujer había hecho algo. El nuevo mensaje seguía sin abrir y en la bandeja de salida no había nada de ella.

Alzó las cejas sin estar del todo conforme. Era muy fácil borrar lo que uno hacía pero quiso creer que su mujer no tenía ningún motivo para meterse y revisar sus cosas. Desde siempre había sido así. Cada uno hacía su vida y no se metían en la privacidad del otro. Rechistó quitándose esa idea de la cabeza. Su mujer no le había mirado nada.

Abrió el mensaje nuevo que no tenía ningún asunto escrito y descargó la imagen que le habían envíado. Sonrió encantado cuando la vio. Un chico tirado en el suelo sucio y mojado por la lluvia que caía encima de él, con la cara ensangrentada al igual que sus manos. El color del cabello y la forma del rostro le delataba. Era el novio de Rukia, no había duda.

Sacó su móvil, que lo había encontrado en el salón, del bolsillo y llamó al hombre encargado de vigilar a la morena y de haber realizado ese trabajo.

—¿Ha recibido la fotografía, señor?

—Sí, ahora mismo la he visto. Estupendo. Buen trabajo. Hoy mismo os pondré el dinero por este servicio adicional.

—Gracias.

—¿Qué ha ocurrido por ahí? ¿Ya lo han encontrado?

—Sí, unos vecinos lo han encontrado cuando la lluvia ha parado y lo han llevado a la clínica. La señorita Kuchiki no ha salido. Ha venido la policía y después se han marchado junto a esos vecinos para ir hasta el sitio donde lo vieron.

—Entiendo que hayan llamado a la policía, es lo normal. ¿No habéis dejado ninguna prueba, no?

—Está todo limpio. Además algunas heridas que nos hizo ese chico sangraron pero no como para que salpicaran en su ropa —respondió profesionalmente—. Uno de mis hombres se acercó a esos vecinos para preguntar que era lo que estaba ocurriendo con la policía y pudo sacarle que el chico aún está inconsciente y no han podido hablar con él. Que el padre avisará a unos agentes cuando despierte para que le tomen declaración.

—Estoy seguro de que no dirá nada con respecto a mí ni que sospecha que he podido ser yo por no poner en peligro a su novia —sonrió de lado—. Esto marcha muy bien. Había pensado en dejar que ella misma se fuera de esa casa y volviera a su piso, pero puedo utilizar esto para amenazarla. Por una vez, después de tantos intentos, me van a salir bien las cosas.

—¿Quiere que haga algo, señor?

—No, de lo siguiente me ocupo yo. Seguir vigilando y me comentáis de cualquier movimiento.

—Sí, señor.
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Byakuya y Hagiwara habían salido del hotel y caminaban por las calles de Seúl tomados del brazo. La lluvia que había visto por las noticias que había hecho en Japón, aquí no iba a llegar. Hacía frío pero el cielo estaba claro. Intentaba mantener la conversación con Mío pero sus pensamientos estaban puestos en Rukia y en lo que había ocurrido.

La entendía y sabía que tendría que estar fatal de pensar que su pareja había sufrido por estar con ella. Si lo quería, como sabía que lo hacía al recordar como se miraban y se movían uno alrededor del otro, debía estar destrozada.

—¿Byakuya?

Él parpadeó y la miró.

—Perdona. Tengo la cabeza en otra parte ahora mismo.

—Desde que has recibido esa llamada estás ausente. Sé que no vas a decirme nada pero me preocupas.

Byakuya asintió.

—Lo siento. Tendría que contártelo. Si quiero que empiece haber algo entre nosotros debería ser sincero contigo, Mío. Pero por ahora no puedo contarte mucho. Solo podría decirte que mi tío está obsesionado con algo y está haciendo cosas que no debería hacer.

—Al hablar tan ambiguo estoy imaginándome muchas y distintas obsesiones.

Kuchiki se rió bajito.

—Ya —no pudo seguir hablando porqué su móvil volvió a sonar. Era su tía Yoshino. Notó como Hagiwara movía el brazo para apartarse y darle intimidad pero él la agarró la mano—. Hablaré contigo al lado.

Mío respiró hondo, entrelazando sus finos dedos con los de él. Estaban fríos pero ella notó la calidez con la que la agarraba.

—¿Estás seguro? No me importa entrar en alguna tienda y darte tu espacio.

—Estoy seguro —siguieron caminando y descolgó. La voz de su tía no le dejó ni saludar.

—¿Has vuelto a llamar a Shinrei?

—No, iba a hacerlo cuando pasara un poco más de tiempo. ¿Qué ocurre?

—Tenías razón en desconfiar de él. Le interesa Rukia y parece que no le está importando que siga siendo una Kuchiki.

Byakuya frunció el ceño y apretó la mano de Mío inconscientemente. Ella lo miraba preocupada sin saber que le pasaba. Por el ruido de la calle no podía escuchar la voz del otro lado del teléfono. Solo la de él.

—¿Cómo lo sabes?

—Tengo pruebas.

—Dámelas ahora mismo —le ordenó alzando la voz. Su secretaria miró alrededor viendo como algunas personas miraban hacia ellos. Agradeció que la mayoría no entendiera el japonés.

—No lo voy a hacer, Byakuya. A mí también me parece mal lo que está haciendo pero sé que le denunciarías en cuanto las tuvieras y sabes que no nos gustan esas cosas a nosotros. Llamaríamos mucho la atención y para mal. Podría filtrarse en los medios de comunicación. Solo te voy a decir una cosa.

—¿El qué? —preguntó negando con la cabeza enfadado y con ganas de golpear hasta destruir las malditas apariencias que siempre querían mantener en su dichosa familia.

—Será mejor que se aleje de ese chico con el que está ahora. Siempre he sabido que a tu tío le da igual lo que tenga que hacer con tal de conseguir lo que quiere. Su novio parece estar en medio de sus planes o lo que sea que esté tramando.

Byakuya ató cabos rápidamente. Si Yoshino le estaba diciendo eso solo significaba una cosa.

—¿Tienes pruebas de la paliza que le han dado a Kurosaki? Así se llama ese chico.

Hubo un silencio por parte de su tía. Hagiwara se asustó al escuchar esa frase. ¿Paliza? ¿Quién era Kurosaki? No recordaba haber oído nunca ese nombre.

—No voy a decírtelo pero por su bien dile a Rukia eso que te acabo de decir. Que se aleje de él y vigile sus espaldas.

—¿Por qué la estás ayudando? Tú también querías que se fuera de la familia.

—Y lo sigo queriendo. Sinceramente a mi me da igual lo que quiera con Rukia, pero cuando ella deje de ser una Kuchiki. Ahora se está pasando y está haciendo cosas que pueden llamar mucho la atención hacia nuestra familia.

—Entonces entenderás que no quiera que deje de ser una Kuchiki.

—No lo comparto pero lo entiendo. Por mi parte no voy a volver a insistir en que deje la familia, aunque visto lo visto a Shinrei le está empezando a dar igual. Por eso te he dicho que le digas eso y que vigile a quien abre la puerta, incluso siendo una Kuchiki.

—Quiero que guardes esas pruebas y no te deshagas de ellas. ¿Lo harás?

Se escuchó un suspiro.

Las guardaré, nunca se sabe cuando pueden llegar a ser de utilidad —respondió—. Voy a colgar. En lo que a mí respecta yo jamás he hablado esto contigo. Si dices algo, lo negaré todo y eliminaré las pruebas.

—No diré nada, tía.

Se despidieron y colgaron. A Byakuya se le quedó una sensación de angustia junto con rabia dentro del cuerpo. Pensaba que obligando a que Rukia siguiera siendo una Kuchiki podía protegerla pero eso ya no bastaba. Shinrei había ido a por Kurosaki para hacerle daño a ella. Abrió los ojos al comprender lo que pasaba.

—Lo ha hecho para amenazarla —pensó mirando hacia el suelo sin ver nada en particular—. Para obligarla a que deje la familia.

—Byakuya ¿Qué está pasando? —le preguntó Hagiwara nerviosa colocando la mano libre en el torso masculino, cubierto por el abrigo, para llamar su atención de tan ensimismado que estaba en sus pensamientos—. ¿Paliza? ¿Guardar unas pruebas? ¿Estás metido en algún caso fuera del bufete?

—No, no es ningún caso —le agarró también aquella mano mirándola a los ojos—. Vamos a tomar algo en alguna cafetería y te lo cuento.

—¿Vas a contarme todo?

Byakuya dudó durante unos segundos hasta que tomó una resolución. Si quería seguir adelante con ella debía ser sincero. No podía ser tan egoísta de pedirle tiempo y no contarle lo que estaba sucediendo.

—Todo.
.

.

Rukia estaba sentada en una silla que había acercado hasta la cama donde Ichigo aún estaba dormido. Su padre le había dicho que la fiebre había remitido pero hasta que no tuviera fuerzas y el cansancio se le fuera del cuerpo no despertaría. Por suerte no estaba grave y, como había dicho Isshin, Ichigo era un joven fuerte. 

La policia había venido para tomar declaración a los hombres que lo habían encontrado y para ver como se encontraba Ichigo. Isshin les enseñó los golpes y dejó que le hicieran algunas fotos para que constaran en la denuncia. Al preguntar si le habían robado algo, dijeron que no. En los bolsillos del pantalón sacaron la cartera donde había dinero y el móvil que había dejado de funcionar por los golpes y por el agua.

Los agentes descartaron que fuera un robo. Se llevaron la ropa y siguieron a los hombres para ver el lugar donde había estado tirado bajo la lluvia después de que le dijeran al médico que los avisara si despertaba para poder hablar con él.

Habían comido los cuatro en silencio en la cocina solo roto por las preguntas que hacían las dos mellizas y las escuetas respuestas que les daba su padre. Miraban de reojo a Rukia pero ella se mantenía callada, removiendo la comida con el tenedor sin ninguna gana de llevársela a la boca. A ninguno se le pasó por alto los ojos algo rojos que tenía. 

Al acabar, todos se levantaron y la morena fue directa a la clínica para estar con Ichigo. Ahí es donde estaba ahora mismo. Observándole el rostro lleno de heridas y tiritas sintiéndose demasiado culpable como para acariciarle la mano vendada.

¿Qué te he hecho, Ichigo? —pensó bajando la mirada.

Escuchó como unos pasos se acercaban y por el rabillo del ojo vio unos zapatos de hombre que se pararon en la puerta abierta.

—¿Aún no despierta? —preguntó Isshin cruzándose de brazos. Vio que la chica negó con la cabeza levantándola para mirar a su hijo. Su respiración era irregular y parecía que quisiera ponerse a gritar, no obstante se contenía y no hablaba—. Hay algo que te estás callando, ¿verdad? ¿Sabes quien le ha hecho esto a Ichigo?

Rukia no se atrevió a mirarlo.

—No —mintió—. Yo no sé nada. ¿Por qué iba a saberlo?

—No lo sé. En realidad no sé nada de ti, Rukia-chan. Desconozco quien eres a parte de la novia de mi hijo. No tengo ni idea ni a que te dedicas, donde trabajas o quizá no tengas porqué me dijiste que no tenías dinero —dijo Isshin con el rostro serio. No le gustaba hablarle de esa manera pero estaba preocupado por lo que le habían hecho a Ichigo—. Pasa algo en tu piso que no podéis explicarme y venís aquí los dos para quedarte durante un tiempo.

—Si el problema es que me quede aquí, recojo mis cosas y me voy —se giró hacia él con la frente arrugada y los ojos apenados—. Yo no quería venir, se lo dije a Ichigo.

Isshin frunció el ceño y dio unos pasos hacia dentro de la habitación.

—¿Y por qué no querías venir? No lo entiendo. Ni a mí ni a mis hijas nos molesta que estés aquí. Ese no es el problema, el problema es la casualidad de que el primer día que te quedas en mi casa a Ichigo le hacen esto —le señaló con el dedo sin dejar de mirarla.

Ella se levantó sintiéndose acorralada y asustada.

—¡Yo no tengo nada que ver! ¿Crees que a mí me gusta ver a Ichigo así? ¡Yo lo quiero!

—Pues entonces explícame que ha pasado con tu piso y por qué hay cosas que te estás callando.

—No me estoy callando nada.

—¡Mentira! Cuando has salido de esta habitación, has subido al cuarto de Ichigo y Karin me ha dicho que has hablado con alguien por teléfono mientras llorabas. ¿Con quién has hablado?

A Rukia se le estaban crispando los nervios y sentía las manos agarrotadas. Su corazón latía con tanta fuerza que la hacía temblar.

—Yo… no…

—Sé que tienes algo que ver en todo esto. ¡Dime ahora mismo todo lo que sepas!

—Papá… —balbuceó Ichigo despertándose de su letargo.

—¡Ichigo! —exclamó Isshin acercándose a él—. ¿Cómo te encuentras?

Rukia soltó todo el aire que estaba reteniendo y cerró los ojos aliviada por un momento sintiendo como unas pequeñas lágrimas producto de los nervios se escapaban de los ojos y resbalaban por sus blancas mejillas.

—Me duele todo… —respondió en un murmullo entreabriendo la mirada. Miró a su padre—. Tengo hambre.

Isshin sonrió y le pasó la mano por el pelo, que aún estaba algo sucio, como cuando era un niño.

—Voy a decirle a Yuzu que prepare una sopa caliente —anunció dándose la vuelta y compartiendo una breve mirada con Rukia antes de marcharse.

Cuando se quedaron solos, la morena se acercó con el rostro triste viendo como el pelinaranja había vuelto a cerrar los ojos.

—Ichigo.

Él se estremeció al escuchar su voz diciendo su nombre antes de abrirlos de nuevo para mirarla. Cuando estaba volviendo del sueño había escuchado a su padre y a Rukia hablar como si estuvieran muy lejos de él pero había llegado a captar algunas palabras. El querer decirle a su padre que parara, hizo que su propia voz saliera de su garganta, pero ahora enfrente de ella no deseaba que supiera que los había escuchado.

—Estás aquí.

—¿Dónde iba a estar? —le habló en el mismo tono bajito que hablaba él.

—Temía que te hubieras marchado.

Rukia le acarició suavemente la piel de la mejilla donde no tenía heridas.

—Es lo que tendría que hacer… pero no puedo dejarte así. Tengo que cuidar de ti como tantas veces has cuidado tú de mí —esbozó una sonrisa conciliadora aunque supo que no lograba que dejara de parecer triste—. ¿Qué clase de novia sería si me fuera ahora?

Él cerró los ojos cansado.

—Mi chica ya me curó las heridas una vez —susurró notando como ella apoyaba la frente en la suya sin dejar el peso. Solo el roce.  Notaba el calor reconfortante de su rostro y el aroma tan familiar del jazmín.

—El día que nos conocimos, ¿te acuerdas? Me protegiste de Yammy.

—Jamás podría olvidarme de aquél día —entreabrió los ojos para contemplar los de ella, dándose cuenta de que el blanco había dado paso a unos tonos rojizos que delataban que había estado llorando. Como él no quería verlos— y ni de aquél beso que me diste.

Ella pasó el dedo índice por sus labios sin llegar a tocar las heridas.

—Ahora no podría hacerlo sin que te doliera —el final de la frase casi ni se escuchó si no hubieran estado a centímetros de distancia. Al pronunciarlo en su cabeza fue como si volviera al presente, a lo que había ocurrido. Contrajo el rostro y otras lágrimas cayeron en Ichigo antes de que ella escondiera su cara en el hueco del cuello—. Lo siento. Perdóname. Todo esto es por mi culpa.

Esto era por lo que no le iba a decir que los había escuchado. No quería hacerla sentir peor. Sabía que estaba pensando lo que acababa de pronunciar.

—No es verdad.

—Sí que lo es —levantó la cabeza y lo miró—. Te dije que no quería venir aquí. Que podía ponerte en peligro, a ti y a tu familia —se incorporó y movió los brazos señalando su cuerpo—. Mírate. Mira como has acabado por mi culpa.

—Deja de decir eso, enana. Tú no has hecho nada malo. No es tu culpa —respiró hondo para poder seguir hablando sintiendo dolor en las costillas al inflar los pulmones—. Sino de la maldita familia Kuchiki.

Rukia apretó los dientes.

—¿Cuántos fueron? ¿Estaba Shinrei? —apoyó una mano en su hombro con cuidado—. Cuéntam…

Isshin apareció cortando la conversación. La joven se apartó un poco para que su padre se pusiera donde estaba ella y se pasó los dedos por el rostro para limpiarse las lágrimas.

—Yuzu ya te está preparando la sopa. Karin está hablando con Tatsuki —colocó una mano encima de la frente de su hijo—. Ahora ya no tienes fiebre.

—¿Cómo estoy?

—Internamente no tienes nada grave salvo unos moratones —le apartó la sábana y la bata para verle el torso—. Te he vendado pero tienes golpes en las costillas y en el pecho. Las de las piernas son bastante leves —le tapó y le miró el rostro—. Tu cara ha quedado horrible.

—Gracias por el halago, viejo —soltó sarcástico agradeciendo por dentro tener un padre médico y no tener que ir al hospital.

—¿Qué es lo que ha pasado? Te encontraron unos vecinos tirado en el suelo después de que dejara de llover. Hemos avisado a la polícia y hemos puesto una denuncia. Ahora después de que comas los llamaré para que les expliques que es lo que ocurrió.

Ichigo dirigió una breve mirada a Rukia y ella se dio cuenta. Cuando empezó a hablar supo que no iba a decir completamente la verdad.

—Fueron tres. Me abordaron cuando estaba cerca de ese callejón y me pegaron. No tengo ni idea de por qué ni de quienes eran. Iban vestidos de negro y con la lluvia no pude verles bien el rostro.

—¿No te dijeron nada? —preguntó Isshin frunciendo el ceño—. No fueron unos ladrones. No se llevaron ni tu cartera, ni el dinero, ni tu móvil, nada. ¿Solo te pegaron y ya está?

—Pues parece ser que sí.

El mayor resopló enfadado y miró a Rukia deseando que dijera algo. Que le explicara que había en esa historia que no cuadraba. Estaba seguro de que ellos dos sabían algo que se estaban guardando y eso no le hacía nada de gracia. Sin embargo, ella apartó la mirada y se dirigió a Ichigo.

—Voy a ir al piso a por las cosas que me faltan de traer, ¿de acuerdo?

El pelinaranja la miró fijamente a los ojos con los suyos entreabiertos.

—Luego vienes, ¿verdad?

Ella asintió y se marchó. Isshin se cruzó de brazos volviendo la vista a su hijo sorprendiéndose de que lo mirara serio.

—¿Qué pasa?

—Os he escuchado —dijo Ichigo—. Te he escuchado decirle todo lo que le has dicho a Rukia.

—¿Y acaso no es verdad? Os estáis callando muchas cosas y no me apetece sentarme en el sofá dándome igual lo que acaban de hacerle a mi hijo.

—Ella no tiene nada que ver, papá.

—¿Tú te crees que a mí me ha gustado decirle esas cosas? Me cae bien Rukia-chan —agarró la silla donde había estado la joven y se sentó con el cuerpo hacia delante y los codos en las rodillas—. Pero entiéndeme. Quiero saber lo que está pasando. ¿Por qué os calláis cosas?

Ichigo volvió a respirar hondo sintiendo de nuevo el dolor. Le entendía. Claro que lo hacía. Sabía perfectamente lo difícil que era darse cuenta de que no te contaban la verdad. Suspiró y giró la cabeza hacia su padre viendo como éste lo miraba esperando que le explicara algo. Cualquier cosa que le hiciera ver un poco más la luz de todas las dudas que tenía.

—No te cuento todo porqué podría meter a Rukia en problemas con su familia. Más de los que tiene.

Isshin arrugó la frente sin entender.

—¿Quién es su familia?

—Una de las familias nobles de Japón —observó como su padre abrió mucho los ojos sorprendido—. No te saldrá mucha información de ellos en internet, son muy reservados. Pero son una de las familias más ricas y con más patrimonio del país. Unas personas muy influyentes.

El mayor suspiró negando con la cabeza. No se esperaba para nada aquello.

—¿Ha sido su familia los que te han hecho esto? ¿Es por qué no quieren que estés con ella?

—Porqué quieren que Rukia deje de ser una Kuchiki.

—¿Cómo puede dejar de serlo?

—Ella no tiene sangre de esa familia —rechistó—. Una larga historia y además bastante personal.

—Entonces eso de que le falta el dinero es mentira.

—No es mentira. Ella no recibe nada del dinero que tienen ellos.

Isshin levantó las manos para poner las cosas en orden.

—Pero si ella no pertenece realmente a esa familia, ¿cómo se apellida realmente?

—Ukitake —murmuró Ichigo empezando a dolerle más fuerte la cabeza.

Su padre se quedó callado pensando.

¿Ukitake? ¿De que me suena ese nombre?

En ese momento, entraron Yuzu y Karin. La primera entró cargando una bandeja que la dejó en la mesa portátil con ruedas en el suelo. El olor de la comida invadió la habitación e Ichigo intentó incorporarse de inmediato. Sus tripas reclamaban comida ya que no había desayunado casi nada. Isshin se levantó de la silla enseguida para ayudarlo. Karin apretó un botón en la cama para levantar la parte de arriba y que él se pudiera sentar más cómodamente.

—Toma Oni-chan —dijo Yuzu mirándole triste las heridas de la cara—. Está sopa caliente te sentará muy bien. Te he preparado también pollo a la plancha pero come la sopa primero antes que se enfríe.

Ichigo le sonrió como pudo por las heridas en sus labios y se colocó la mesa delante.

—Gracias Yuzu. Seguro que estará buenísima como siempre.

Karin le observaba doliéndole el ver a su hermano de esa manera. Menos mal que decidió apartarse y llevarse a su hermana a otro lugar hasta que su padre y Rukia le hubieran limpiado la cara sino aquella imagen de su rostro lleno de sangre se le hubiera grabado a fuego en la mente. El poquito que había podido ver antes de reaccionar ya era suficiente. Deseaba que se fuera de sus recuerdos cuanto antes.

—He llamado a Tatsuki para que avisen a los profesores que estás enfermo y no podrás ir a clase por unos días —le anunció—. Le he dicho que estás resfriado. Tú ya se lo contarás. No quería que viniesen aquí todos preocupados. Te agobiaran y no te dejarian descansar.

—Gracias Karin —agradeció a su otra hermana sabiendo que era un afortunado por tener a su familia junto a él cuando vio de reojo que su padre caminaba hacia la puerta—. Papá —le llamó haciendo que éste se parara y se girara—. No le vayas a decir que te he contado algo.

—No le voy a decir nada —dijo Isshin sabiendo a quien se refería.

—Prométemelo.

El mayor se quedó unos segundos callado. No iba a prometerle eso.

—Después de la comida te traeré unas pastillas para el dolor.

Salió de la habitación antes de que su hijo pudiera volver a detenerlo y fue directamente a su despacho con sus pensamientos dando vueltas intentando recordar algo que no le venía a la cabeza.

Ukitake… ¿Dónde he escuchado ese nombre? —entró y se cerró sentándose en su silla y abriendo su agenda de pacientes—. ¿Será un paciente? —revisó todos los apellidos que empezaban por la letra ‘U’ y no encontró ese en particular—. No está. Que memoria tengo. Hace poco que alguien me ha dicho ese nomb… Espera. Alguien me lo ha dicho —sacó su móvil del bolsillo y revisó las llamadas que le habían hecho a él. Bajó con el dedo los nombres hasta que se quedó parado en uno.

Syunsui Kyoraku… ¿Fuiste tú quien me lo nombraste? —apretó en su nombre para llamarlo y salir de dudas.

Después de unos tonos, descolgaron.

Hola Isshin-san —se escuchó la voz de su amigo por la otra línia—. ¿Cómo estás? No esperaba una llamada tuya después de haber hablado el otro día.

—Hola Syunsui-san. De eso mismo quería preguntarte, de lo que hablamos la última vez.

Pues hablamos de muchas cosas, refréscame la memoria —se rió.

—¿Te acuerdas que me comentaste sobre el estado de uno de tus pacientes?

¿El hombre que está en coma?

—Sí, ese. ¿Cómo se llamaba?

Ukitake Jushiro. ¿Por qué?

Isshin se quedó helado. Ukitake. ¿Sería aquél hombre familiar de Rukia?

¿Qué ocurre con él, Isshin-san? —la voz de su amigo le hizo volver de sus pensamientos.

—¿Tiene a alguien que vaya a visitarlo? —preguntó—. ¿Una chica con el pelo moreno y bajita?

—No sé si puedo decirte toda esa información.

—Hemos hablado ya del paciente antes que es el importante —deseó que le respondiera—. Además yo también estoy sujeto al juramento hipocrático. Soy médico como tú.

Hubo un silencio en la otra línea hasta que habló.

—Sí, es su hija. Viene a visitarlo muy a menudo. Es la única persona que ha estado con él durante todo este tiempo que lleva en coma.

Isshin tragó saliva antes de preguntar.

—¿Rukia Kuchiki?

—Sí. La misma.
.


.

Rukia entró en su piso y apoyó la espalda en la puerta en cuanto la cerró. Otra vez la sensación agobiante de ese lugar la inundó por completo. Había estado tan bien en ese piso que ahora se le hacía cuesta arriba sentirse de esa manera. El estar sola y saber que Ichigo no iba a entrar por la puerta de un momento a otro hacía que sintiera pánico de quedarse ahí mucho más tiempo del que podía controlar.

Resopló y respiró hondo varias veces dándose ánimos a que se separara de la puerta y fuera a su habitación y al baño a por las cosas que le quedaban. Miró la cocina pensando que también tendría que recoger la poca comida que tuviera en los armarios y en la nevera, aunque dudaba que ella sola pudiera cargar con todo.

Luego llamaré a Renji por si me puede ayudar con el coche —se dijo a si misma alejándose de la puerta y dejando su bolso en el sofá—. Tengo que pagar el alquiler de Noviembre antes de irme también.

Caminó rápido hacia su cuarto sintiendo la opresión del lugar en el pecho y empezó a sacar la ropa de los armarios. Cuando tuvo varias prendas fuera, se escuchó el timbre de la puerta y no del portal, haciendo que soltara al suelo dos pantalones.

Empezó a respirar rápido por la boca volviendo a escuchar el timbre. Se obligó a dar pasos hacia delante y caminar hacia la puerta.

—¿Quién es? —alzó la voz para que lo escuchara quien sea que estuviera detrás.

—Soy yo, Shinrei.

Rukia apretó la mandíbula y los puños deseando matar aquel maldito hombre con aquella maldita voz. La imagen de Ichigo inconsciente con fiebre y lleno de heridas hizo que apretara mucho más fuerte las manos llegando a clavar las uñas en la piel.

—Le dije que no quería volver a hablar con usted —se acercó a la puerta para no tener que gritar—. Ahora mismo no estoy de humor ni para fingir que le tengo respeto.

—¿Me odia? ¿Por qué?

—Es usted un miserable. ¿Cómo se atreve a preguntarme eso? Por supuesto que le odio.

Se escuchó una falsas carcajadas.

—Mire señorita Kuchiki, he tenido que venir corriendo cuando me han dicho que venía hacia aquí. Abra la puerta y así podremos hablar más tranquilamente.

Rukia frunció el ceño aún más.

—¿Qué te lo han dicho? Vaya, me alegro que confirme que ha puesto a gente detrás de mí para que me espíen —soltó sarcástica.

—Abra la puerta o avisaré a mis hombres que la tiren abajo.

La joven se mordió el labio inferior odiándole más aún. Puso el cuerpo firme y abrió la puerta con fuerza, mirándole lo más negativamente posible. Él, por lo contrario, sonrió de lado y entró con la cabeza alta.

—¿Puede especificar porqué me odia tanto?

La morena cerró de un portazo.

—Usted lo sabe bien.

—¿Se refiere a lo de las cámaras que me contó Byakuya? —preguntó Shinrei ingenuo—. Yo no sé nada de eso.

—¿Y sobre la paliza que le han dado a Ichigo esta mañana? —cruzó los brazos con el rostro cabreado—. ¿Sabe algo o también va a hacerse el sueco?

—¿Ichigo? ¿El del pelo naranja de la cena? ¿Su novio? ¿Le han dado una paliza?

Rukia se apretó los brazos con las manos hasta hacerse daño, imaginando que era el cuello del noble.

—Estoy cansada de sus estúpidos juegos… Es un ser despreciable.

El mayor se metió las manos en los bolsillos y esbozó una sonrisa ladeada sin dejar de mirarla. Ella deseó borrársela a golpes pero ahí seguía. Una sonrisa que escondía muchas cosas pero que no decía nada. Solo transmitía superioridad.

—Yo también estoy cansado de estos juegos  —dijo con voz calmada— y es precisamente por eso que ordené que le dieran ese sustito a tu novio —le encantó ver como la cara de la chica se descompuso—. Si fui yo, igual que lo de las cámaras. Aunque por desgracia tu hermano las quitó casi todas. Falta una por quitar —se rió encantado—. Mire, seré bueno y se la quitaré yo mismo.

Rukia se apoyó de nuevo en la puerta con mucho más pánico del que había sentido antes y le observó caminar hacia la cocina, estirar el brazo y el cuerpo y quitar una minúscula cámara entre uno de los armarios y la pared. Mientras estaba de espaldas aprovechó para acercarse al sofá y así poder coger el bolso donde estaba el móvil pero la voz de Shinrei la detuvo.

—Quieta ahí. Ni se atreva a llamar a alguien —le advirtió levantando un dedo y guardándose la cámara en el bolsillo—. No lo va a hacer. Ni siquiera a mi sobrino. No tenéis ninguna prueba física. Haga lo que haga será su palabra contra la mía. Usted dirá que yo he hecho todo esto y yo lo negaré. ¿A quien piensa que van a creer en un juicio? ¿A un miembro de sangre de una familia importante de Japón o… —la miró de arriba a abajo—  a una ex stripper que vive en este antro? Tiene mucho que perder, señorita.

Rukia caminaba hacia atrás a medida que él se acercaba hasta que se detuvo en mitad de la sala. Su corazón retumbaba en su cuello dándole una sensación de ahogo insoportable.

—¿Por qué ha tenido que atacar a Ichigo?

Shinrei alzó los hombros.

—Simple. Porqué la gente que se entromete en mis planes nunca ha sido de mi agrado —respondió como si fuera algo normal—. Antes me daba igual que estuviera viviendo con usted, incluso yo quería veros, por eso lo de las cámaras —sonrió de una forma algo obscena—. Pero en varias ocasiones me ha jodido la diversión —dejó de sonreír y la miró serio—. Y a mí no me gusta que me jodan y menos un niñato de diecisiete años.

Rukia resoplaba negando con la cabeza. Quería irse de ahí.

—Está loco, es un enfermo.

—Soy un hombre al que le gusta conseguir lo que quiere.

—¡¿Y que es lo que quiere?!

—Que deje de ser una Kuchiki, cuanto antes. No me gusta esperar y estoy siendo muy paciente con usted —contestó colocándose bien la corbata. Se sentía sucio al estar entre esas cuatro paredes.  No eran para nada a lo que él estaba acostumbrado.

—¿Y si no dejo de serlo?

Shinrei volvió a esbozar una sonrisa ladeada.

—Pues su querido novio sufrirá las consecuencias. El fin justifica los medios, ¿no se suele decir eso? Me daría igual que siguiera viéndose con él por todo ese rollo del amor y esas chorradas que creéis los jóvenes, pero ahora sí que me importa. No quiero que vuelva a estar con él, ni quiero que vuelva a vivir con él ni que vuelva a quedarse a dormir bajo su mismo techo. No mientras siga siendo una Kuchiki. Es un manipulador, ¿no se ha dado cuenta? Hace lo que quiere con usted —sentenció disfrutando internamente por la cara de la hermosa joven que tenía delante—. Si alguno de mis hombres la ve con él, los volveré a llamar para que le den otra paliza. Lo de hoy ha sido solo un susto. Un aviso. El segundo ya no lo será.

Rukia tenía unas ganas horrorosas de gritar. La imagen de Ichigo volvió a ella haciendo que unas lágrimas se desbordaran de sus ojos.

—¡¿Cómo se atreve a amenazarme con él?! ¡Deja a Ichigo en paz! ¡Él no tiene nada que ver en esto!

—Me gusta ver como lo defiende porqué eso me hace entender que hará lo posible para que no vuelva a pasarle nada malo. Ya sabe lo que tiene que hacer si no quiere que sufra. Dejar de ser una Kuchiki, aquí y ahora —abrió su abrigo y de un bolsillo interior sacó un documento doblado y una pluma. Estiró el papel de la renuncia y lo dejó en la mesa de enfrente del sofá—. Aquí tiene. Firme y dejaré a su novio tranquilo.

Rukia observó aquél papel como si fuera un objeto extraño que no debía de estar ahí. Deseaba firmarlo y que ese hombre se alejara de Ichigo pero también pensaba en su hermano y en lo que le había dicho siempre que ella quería deshacerse de ese apellido.

‘Si lo mantienes puedo protegerte mejor’

¿Pero quién protegería a Ichigo sino lo hacía ella? Lo quería demasiado como para no ponerlo por delante de su propia seguridad.

—El tiempo corre en su contra, señorita Kuchiki. Si quiere tiempo para pensarlo pue…

—¡No! —exclamó tomando una decisión. Levantó la cabeza para mirarlo a los ojos lo más firme que podía con el surco de las lágrimas marcado en su rostro—. Firmaré ese documento.

Shinrei sonrió encantado. Todo estaba saliendo genial por una vez.

—Muy bien, pues firme con mi pluma.

—Ahora no.

Se le borró la sonrisa.

—¿Cómo?

—Tengo un trabajo que acabará este viernes. Si firmo ahora, el contrato que ya he firmado no sería válido y no puedo permitirme eso —dijo Rukia apretando los puños para darse fuerzas—. Estoy dispuesta a firmar la renuncia a mi apellido el mismo viernes en el que finalice mi contrato laboral.

El noble arrugó la frente.

—¿Cómo sé que no me estás mintiendo? ¿Qué esto no es más que una farsa como la de la última vez?

—Nunca miento si la vida de una persona a la que quiero está en juego. Si quitándome este maldito apellido puedo proteger a Ichigo, lo haré sin dudar.

Shinrei recordó como su sobrino le dijo una vez que por el bien de Ukitake, Rukia habría aceptado sin dudar su oferta de no haber encontrado un trabajo. La salud de su padre estaba por delante. Ahora era la salud de su pareja la que estaba por delante de ella.

—Está bien —se agachó para recoger el documento y la pluma—. Pero si el viernes no lo firma… —la miró con los ojos entrecerrados— su querido novio lo pasará mal, muy mal.

—Lo firmaré. Se lo juro —levantó un dedo como había hecho él antes—. Con una condición durante el tiempo que siga siendo una Kuchiki.

—Ya me imagino cual es —se rió por lo bajito negando con la cabeza—. Quiere seguir con él ¿verdad? ¿O me equivoco? —ella bajó el dedo y apretó la mandíbula—. Los jóvenes sois tan previsibles. Os ciega el amor. Es casi ridículo —alzó los hombros—. Haga lo que quiera, sino tengo el documento firmado el viernes igualmente mandaré a mis hombres a por él. Eso sí —la miró—. Nada de vivir con él, eso lo sigo manteniendo. Puede verle y curarle las heridas pero usted se quedará aquí y él en su casa. Si no lo cumple, no habrá acuerdo y su novio tendrá que comer con un tubo metido en la boca, ¿ha quedado claro?

Ella asintió notando como sus fuerzas la estaban abandonando. La adrenalina de la rabia y del enfado se estaban marchando y la estaban dejando echa polvo. Como si hubiera estado subiendo una montaña con quilos de peso a su espalda y ahora sintiera las consecuencias en todo su cuerpo.

—Estupendo. Como siempre es un placer hablar con usted pero estoy deseando poder tener una conversación con la señorita Ukitake —sonrió aunque ella no lo miraba y dio media vuelta—. Ya puede tranquilizarse en este lugar, ya no hay ninguna cámara —abrió la puerta y giró la cabeza hacia ella—. O puede que sí —soltó una carcajada divirtiéndose de inducirle miedo aunque fuera mentira—. Hasta el viernes… preciosa.

Rukia escuchó ese sucio susurro antes de que cerrara la puerta. Sus piernas no la aguantaron más y cayó de rodillas al suelo. Lo único que la reconfortaba era que Ichigo no iba a volver a pasar por lo mismo ni tenía que separarse de él, pero un miedo por su propia vida le recorrió de la cabeza a los pies.

Le pareció hasta escuchar el tic tac de un reloj invisible.
.
.
.
.
CONTINUARÁ…

¡MALDITO SHINREI! ¿Cómo se le ocurre amenazarla de esa manera para que deje de ser una Kuchiki?
Es despreciable, arghh!! Si el viernes no firma esa renuncia irán a por Ichigo >.< Madre mía!!
¿Qué pasará? ¿Que pensáis vosotros? ¿Es la mejor decisión que ha tomado Rukia?

¿Y sobre el padre de Ichigo? Yo entiendo que se ponga así porqué al fin y al cabo es su hijo y se preocupa por él. Todos lo haríamos por nuestra familia. 
Es amigo de Syunsui, el doctor de Ukitake, ¿qué pensáis de eso? ¿De qué habrán hablado sobre el padre de Rukia?

Yoshino ha visto las fotos pero se las guarda y no se las da a Byakuya ¬¬ Normal en este mundo donde las apariencias son todo. 
Por fin, Byakuya se va a atrever a contarle todo a Hagiwara, son tan lindos estos dos!! :D Tenía que meter algo bonito en este capítulo con tanta tensión y angustia jaja

¿Qué pasará ahora? ¿Está será su última semana como Kuchiki?

Espero que os haya gustado :) ¡Nos leemos en los comentarios!
Besos <3

20 comentarios:

  1. HIJO DE PUTAAAAAAAAAAAAAAAAAA no lo soporto.
    no seas tan boba Rukia habla con Biakuya no te dejes enredar por esa escoria, no dejes que el gane debiste grabarlo así tendrías su confesión de el directamente
    No le hagas esto ha Ichigo el ahora te necesita
    gracias por el capitulo Naty <3

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    1. Ya ella intentó ir al móvil pero él la detuvo :S Ella lo ha hecho para protegerlo y que no le haga nada y aunque puede seguir con él, ese malnacido no la deja vivir con él sino le harán más daño ¬¬ que asqueroso!
      De nada Angie <3 Siempre contenta de leer tus comentarios :D
      Besos!!

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  2. NOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!! PUTO SHINREI VIEJO RABOVERDE!!!! DE VERDAD!!! asdLÑAKSJDÑASLKDJAÑKSLNÑASLKDNAÑSLKDASÑKLDJ RUKIA MAS TE VALE NO FIRMAR O JURO QUE SHORARE!!! TT_______TT En verdad, espero que alguien hable con ella o algo porque o si no realmente voy a llorar TTnTT no quiero que se valla de la casa de Ichigo ;n; Isshin detenla por favor!!!!!! asdlkasjdñkldsa TT-TT maldito viejo, ojala valla a la cárcel y lo violen ahí y le hagan cosas feas para que aprenda!! >:'C aaarrrrgg!!! Estoy furiosa!! >:X maldita mujer de Shinrei *cuyo nombre no recuerdo XD* debería de entregarle las pruebas a Nii-sama para que el puerco ese se valla a la cárcel >:C....ok ya, tranquila.......alñsdjkañslkdjañslkdj ñoo >:X lo odio de veras!! Dx añlskalsdj ya poniendo eso de lado...... OMG Isshin sabe de Ukitake!!! :OOO qué cosa le habrá dicho Kyouraku!? -Asdñasdñads me dejaste picada con eso Dx maldición quiero saber que hará Isshin *tengo la esperanza de que él no dejará que Rukia se valla ¬3¬* aksldjasd pensándolo bien....no será que él pueda ayudar a Ukitake.... OMG dime que si por favor!! Ya quiero que despierte XD Owww Nii-sama le contara todo a Hagiwara :3 <3 ..... aún me sigue incomodando eso .___. pero bueno, si Nii-sama es feliz.... naa lo prefiero solo y para el pueblo jajaja pero asljañdskl <3 :3 es lendo <3 jajajaja KARIN APARECIÓ!! \(owo\) (/owo)/ /(owo)\ \(owo)/ jajajaja la amo <3 XD espero que aparezca mas u3u jejeje
    DIOS maldita sea, cada vez que leo algo de Shinrei me dan ganas de... aarrgg -3- mejor me calmo o soy capaz de matar a alguien -w-
    Esperaré con ansias el próximo capítulo :B ya quiero que salga!! por favor que las semanas pasen rápido ;n, no podré resistir con la preocupación Dx aslkñdjasdk bueno espero que tengas una bonita semana C:
    Nos leemos *pronto espero ;n; *
    Cuídate~ C:
    Bye-bye~ :B

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    1. Siento tu odio de Shinrei hasta aquí xDD Estaría bien eso de mandarle a la cárcel para que le violaran y se lo cargaran allí!
      Sí, Isshin sabe de Ukitake, me alegro de haberte dejado picada jijiji y Byakuya le va a contar todo a Hagiwara aunque siga siendo para el pueblo jajaja
      Yo también espero que tengas una bonita semana! :D
      Besitos Majo! <3

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  3. Condenado tío! que lindo se leían byakuya y Mío...ahhh.
    Saludos!!

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    1. Shinrei es un asqueroso! Hacen buena pareja esos dos verdad? jejeje Muy lindos!
      Un abrazo Joanna! <3

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  4. Hola!!! Hace rato no comento, perdon, esta historia esta reeee buena, estoy que mato al tio ese, que linda la relacion de byakuya y mio, ojala ishin entienda a rukia e ichigo se recupere. Espero con ancias el proximo capitulo, gracias por la historia. \(*-*)9

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    1. Hola Lina! No pasa nada mientras sigas pasándote para leer mi historia :D
      Me apunto a lo de matar a ese tío! Byakuya y Mio son muy lindos, me gusta mucho escribir cositas de ellos jeje A ver que pasará con Rukia e Ichigo.
      De nada :D Gracias a ti por comentar! ^^
      Un abrazo <3

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  5. Estoy sin palabras, de verdad. ESTUVO MUY ESPECTACULAR, estoy muda salvo por ese grito, lo lei anoche y que en shock o.O ese Shinrei es un desgraciado hija de p***
    Pero esto cada vez esta mejor :D Espero el siguiente pronto :( tengo miedo por Rukia.

    By: Sango Sarait

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    1. Gracias! De verdad me alegro de que el capítulo te haya dejado sin palabras :D
      Es un desgraciado, sí. A ver que pasará en el siguiente y con Rukia e Ichigo :S
      Nos leemos! Besos <3

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  6. Ese malditoooo!!! Shinrey!!! Desgrciado loco!!!
    Eso si que no me lo esperaba, pense que no iba a pasar de ahí pero ahora parece que tiene la sarten por el mango!!

    Es imprecionante ver a Ishin en su papel de padre, si es cruel decirlo pero en bleach siempre a sido un personaje mas comico que nada y rara ves se lo ve serio y como que no se le ha visto en su rol de padre, por eso me gusta verlo tan preocupado y carinoso con su hijo :3 jeje veo que aun que diga que Rukia le cae bien va a terminar por no tragarla por hacer sufrir a su hijo.

    No se si se moleste pero quisiera hacerle unas cuantas preguntas, no soy periodista ni nada por el estilo pero espero que me de una apertura.
    Como siempre su trabajo me encanta y espero anciosa el siguiente capitulo.


    Por cierto con respecto a lo que dijo en este capitulo de "la leyenda shinigami" sobre dar ideas para el foro, podria ser algun sonfic?
    Se que es clicheado pero en todos los que sonfic que he leido han sido inspirados en cansiones en ingles, pero que tal uno inspirado en musica en espanol?
    En el ichiruki por la diferencia de edades que realmente tienen me imaginaba una cansion llamada "cara de nino" de jerry rivera. Lamentablemente de escritora me como la camisa y solo puedo aportar con ideas me dias chafas.
    Con todo le dejo una parte de la cancion:

    Por mi edad tu me dejaste
    Que fue un niño lo que hallaste
    Y que comienzo a vivir y no es así

    Otras mujeres he amado
    He sufrido y he llorado
    Y he vivido lo mas dulce del placer

    No soy niño empedernido
    No me juzgues te lo pido
    Reconoce que el amor llego esta vez

    Soy cara de niño
    Con alma de hombre
    Quiero amarte para siempre
    pero tú no me respondes

    Jeje ahora si me despido.
    Chau.

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    1. Sí, parece que le ha salido bien esta jugada, está loco de verdad! A mí me encanta poner a Isshin más serio en ocasiones que lo requieren. Es lo que tú dices, en el manga siempre sale muy cómico y rara vez se le ve de esa manera seria y preocupada y es así como más me gusta verle jajaja aunque también sus risas.

      Claro puedes hacer las preguntas que quieras, yo con gusto te responderé :D Muchas gracias por lo de que te gusta mi trabajo y gracias también por tu idea. Estaría guay hacer un song fic con esa canción, nunca he hecho un fic así pero estaría divertido. Me lo pensaré Andrea y escucharé esa canción ^^ La letra es muy bonita <3
      Nos leemos! Besos!

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  7. Shinrei me cae de la patada e.e
    Incluso él merece más el morir que Ulquiorra e.e
    Ese empeño en que deje de ser Kuchiki, no sé cómo le hacen para siempre encontrar un camino >:I
    ¡Ichigo! Los hubieras rasguñado, de perdido así se queda rastros de piel entre las uñas y al menos sabes quiénes son (nah, mentira xD)
    Me dio como que un estrujoncito al corazón cuando Yuzu estaba emocionada de recibir a Ichigo y lo vio así :c

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    1. Estoy contigo! Merece más morir que Ulquiorra!
      jajajaja te imaginas a Ichigo arañando? Sería buenísimo xDD Hubiera estado bien por eso de la piel.
      Ya pobrecita Yuzu, menos mal que Karin siempre la proteje y quiso apartarla aunque también lo hiciera por ella misma. No sería muy bueno para unas niñas pequeñas ver a su hermano de esa manera.
      Nos leemos Leslie! ^^ Besos!

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  8. Siento no poder dejar un comentario antes no he tenido casi tiempo para leerlo, lo he acabado este jueves y estaba liadisima con un trabajo y cumpleaños de una amiga y bla bla bal ajajajjajajaja
    Que asqueroso Shinrei!!!! al final ha conseguido lo que quería, temo mucho que le hará a Rukia cuando ocurra eso. Pero estoy segura que nii-sama hara algo al respecto!!!!
    Ha sido un capitulo buenisimo llenisimo de tensión, y lo de Isshin ayyyy ya sabe lo de Ukitake, espero que hablaran sobre alguna medida o algo para conseguir despertarlo, y entonces el podría evitar que le pasara algo a Rukia!!
    Y estas consiguiendo que Mio me empiece a caer bien ajjajaja que mono es Byakuya-sexy-sama es tan adkfajkdjfalksjfaj
    Nos leemos!!

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    1. jajajaja no importa Kai :D Felicidades a tu amiga! ^^
      Shinrei se está llevando todas las papeletas del más odiado porqué joder es incansable. A ver que pasará con eso y con lo de que Isshin sabe sobre Ukitake.
      Bien!!! jajaja me alegro de que te empiece a caer bien Mio xDD Byakuya es un amor <3
      Nos leemos Kai! Besitos!

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  9. 25 CAPITULOS!!!! FELICIDADES!!!! Y QUE CAPITULO... HA ESTADO DE INFARTO!!!! Nataliaaaaaaa-senpai T_____T hace cuantas semanas no me he dignado a dejar un comentario por aquí -_____- soy maaaalaaaa y hasta me dejaste un MD por twitter, verdad? Bueno eso tiene explicación, sentía que debía contestarte por aquí, pero bueh el twitter es útil por ser tan instantáneo, pero quería comunicarme contigo por este medio y pues... Me han pasado tantas cosas igual suena a justificación y no tengo justificación (lo sé)... El fic ha avanzado tanto y siento que lo mínimo por tanto esfuerzo y constancia es un mensaje de apoyo y agradecimiento... Eso me hace tan feliz, has crecido tanto y veo que tus ganas de escribir siguen intactas, es corto el tiempo que sigo el fic (este año, desde su segunda temporada) y a pesar de tus propias responsabilidades aun consigues mantenerme y manternernos atentas y cruzando los dedos y con ansias de un nuevo capítulo... Has conectado con tus lectores y eso no lo logra cualquiera, es hermoso ^/////^
    Yo por mi parte me encuentro en limbo personal, hace poco he cumplido los 25 años y estoy en pleno cambio de carrera, tratando de adaptarme a un nuevo trabajo y nueva rutina... Nuevo yo! No he podido conectarme a internet desde pc y el móvil es bastante limitado (se borran mis mensajes!!!!) pero sería mentir si digo que no he seguido la historia... Aunque estoy un poco perdida... Es que ha pasado de todo y eso me gusta mucho!!!! Gracias infinitas por que en la tormenta que está hecha mi mente, tus escritos me sacan una gran sonrisa :D y hasta lagrimitas n_n los problemas y cosas que hacen que me deprima vuelan lejos con tu maravillosa historia... Gracias por eso y me disculpo por no apoyarte porque siento que tú sí me apoyaste... Espero salir de este proceso pronto aunque aveces me pongo muy depresiva y esa sensación es muy fea... Tengo el twitter y el correo (que procuraré utilizar más seguido) así que si tengo algún problema sé que puedo confiar en ti, verdad? Gracias por anticipado :)))) Y buenas vibras y bendiciones!!!!!

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    1. Hola Sibyla!!! Ya te echaba de menos! Me hace muy feliz saber de ti :D Muchísimas gracias por todo lo que me has puesto TToTT Voy a llorar!!! Que bonito! ♥♥♥ No sabes lo contenta, lo ilusionada y lo emocionada que me siento al leer todas estas cositas ^////^ Sobretodo, me alegro de haber conectado con vosotras y de poder sacarte sonrisas. Que por lo menos el tiempo que estás leyendo puedas olvidarte de los problemas :D De verdad, muchas gracias de corazón!♥
      Entiendo perfectamente que no hayas podido comentar. Te felicito atrasado tus 25 años!! FELICIDADES! ^^ Te envío muchas fuerzas y ánimos en esta etapa de una 'Nueva tú'! No te deprimas porqué eres una mujer fuerte! Los cambios son difíciles pero estoy segurísima que todo te va a ir muy bien, te lo mereces!! No te disculpes porqué sé que me apoyas igual que yo te apoyo a ti. Nos apoyamos mútuamente :D Por supuesto que puedes confíar en mí ^^
      Muchas gracias otra vez, nunca me cansaré de dar las gracias ♥ Buenas vibras y bendiciones para ti Sibyla!!
      ¡¡¡Un abrazo muy fuerte!!! :)

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  10. HIJO DE PUTA , MALNACIDO @#$$%%^&* (mier... O.O se me salio todo xD) . ese Shinrei me da una rabia . Lo peor es q su esposa tiene pruebas . Joder si no quieres a ese tipo destruyelo -.- , dale las pruebas a Byakuya y ya esta .. pero no aaash . Ese tipo se terminara undiendo yo se que si . El no podra impedir q Rukia este con Ichigo . Me sorprende como todo se une , resulta q Isshin sabe de Ukitake por Kyoraku o.o . Ya quiero ver q hara el , porq estoy segura q de alguna forma ayudara a Rukia. Como siempre estoy encantada con esta historia q cada vez me atrae mas *-*/ . Sigue asi !!. Un abrazo by: Jenni

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